A partir de una nueva investigación, de la cual participó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, se destacó el potencial del microbioma intestinal como herramienta para combatir la diabetes. Dicha patología constituye una de las enfermedades metabólicas más extendidas del mundo. Los resultados se publicaron en Diabetología, Diabetes y Diabetes Care.
El estudio
La investigación muestra una visión integral de las oportunidades y desafíos que presenta el microbioma en su vínculo con la diabetes, así como también resaltan la necesidad de continuar con esta línea de investigación aplicando los conocimientos adquiridos a la prevención y mejora clínica de la enfermedad.
Para arribar a estas conclusiones, se realizó una exhaustiva revisión de estudios epidemiológicos recientes de grandes cohortes de sujetos, incluyendo análisis metagenómicos y estudios en modelos experimentales.
Los hallazgos
Entre las principales conclusiones, los expertos destacan que las personas que presentan diabetes cuentan con una microbiota intestinal menos diversa en especies bacterianas y con menor capacidad para producir butirato, un ácido graso de cadena corta que generan las bacterias intestinales especializadas en fermentación de la fibra de la dieta.
Este metabolito reduce la inflamación intestinal asociada a la ingesta de dietas hipercalóricas y poco saludables, lo que produce disfunción metabólica y estimula la producción de hormonas enteroendocrinas como la GLP-1. Dicha hormona mejora la secreción y sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa y, además, reduce el apetito.
"Entender cómo el microbioma influye en las enfermedades no es una tarea sencilla, ya que varía mucho entre personas por factores como edad, sexo, peso, medicación y estilo de vida. Para identificar patrones consistentes, se necesitan estudios de gran tamaño poblacional y utilizar técnicas de análisis avanzadas en estudios longitudinales que incluyan varios tiempos de muestreo, lo que permitiría diferenciar entre variaciones normales y las que pudieran contribuir a la enfermedad", explicaron los expertos.
Asimismo, se observó que la diabetes se asocia a un aumento de potenciales patógenos, como la bateria Ruminococcus gnavus y otros metabolitos bacterianos en la resistencia a la insulina.
Nuevas vías terapéuticas
El interés por el microbioma no sólo se limita a su papel en el diagnóstico o pronóstico de diabetes. La investigación se centra en saber si la modulación del microbioma a través de dietas saludables ricas en fibra, uso de bacterias intestinales en forma de probióticos, el transplante de microbiota fecal, entre otros, podría ayudar a mejorar el control del azúcar en sangre.
"Aunque algunos ensayos mostraron resultados prometedores, es necesario realizar más investigaciones para confirmar la eficacia clínica y avanzar en su potencial aplicación", sostuvieron. Esto se debe a que la clave radica en comprender cómo interactúan todas las variables del individuo, entre ellas la genética, el ambiente y los componentes del microbioma.
Además, el informe señala que aparte de las bacterias hay otros microorganismos en el intestino como virus y hongos que podrían influir en el microbioma, por lo que requieren ser investigados en su posible impacto en el desarrollo de diabetes. Asimismo, resulta clave investigar la influencia de los fármacos en la microbiota intestinal ya que, en algunos casos, los antidiabéticos producen interacciones que pueden modificar su eficacia. "Si se tienen en cuenta todos estos factores, se podrán diseñar terapias e incluso fármacos más efectivos", concluyeron.
Fuente: Europa Press.