En los últimos años, la ciencia comenzó a prestar más atención a ciertos factores cotidianos que, aunque parezcan inofensivos, podrían estar teniendo un impacto mayor del imaginado en la salud. De hecho, uno de estos factores está siendo objeto de un creciente interés por parte de la comunidad científica internacional debido a que podría estar influyendo en funciones biológicas clave de forma silenciosa pero profunda.

La luz artificial y sus efectos silenciosos en la salud

La alteración de los ritmos circadianos afecta la función cerebral y la salud general, según afirman los expertos. De hecho, una nueva investigación demuestra que la luz nocturna no solo afecta la calidad del sueño, sino que también altera profundamente la función inmunitaria, desencadena neuroinflamación, altera el metabolismo e influye en la regulación del estado de ánimo.

En concreto, se publicaron hallazgos innovadores sobre cómo la exposición a la luz artificial nocturna afecta a múltiples sistemas corporales. La nueva investigación va más allá de la simple alteración del sueño y revela profundos efectos en procesos fisiológicos que evolucionaron durante millones de años para funcionar en sincronía con los ciclos naturales de luz y oscuridad.

En tal sentido, las áreas clave de impacto identificadas incluyen:

-Disfunción del sistema inmunitario: la exposición a la luz en momentos inapropiados puede suprimir las respuestas inmunitarias o desencadenar inflamación excesiva.

-Trastornos metabólicos: existe una relación clara con obesidad.

-Regulación del estado de ánimo: se observan vínculos directos con la depresión y los trastornos de ansiedad. 

Además, se están realizando ensayos clínicos que examinan si el bloqueo de los efectos de la luz disruptiva puede mejorar los resultados de pacientes y recuperaciones. Dos ensayos principales se centran en la recuperación de pacientes post accidente cerebrovascular y cirugía cardíaca, poblaciones especialmente vulnerables a las duras condiciones de iluminación de las UCI hospitalarias.

“Los ritmos circadianos son un aspecto fundamental de la biología. Poco de esta ciencia fundamental se ha aplicado a la medicina clínica”, explicaron.

La hora del día: una variable olvidada en la ciencia

La nueva investigación también se extiende al personal sanitario. Un tercer ensayo clínico investiga si los visores de luz azul brillante pueden ayudar al personal de enfermería de turno nocturno a restablecer sus ritmos circadianos, mejorando así calidad del sueño, rendimiento cognitivo y estado de ánimo.

Una propuesta provocativa es reconocer la hora del día como una variable crucial en toda investigación. Según los investigadores, los resultados experimentales pueden variar drásticamente según el momento del día en que se desarrollan los estudios, pero esta información rara vez se recoge en las publicaciones científicas.

Esto tiene profundos efectos en la reproducibilidad de los estudios y podría explicar por qué algunos resultados no se replican.

Implicaciones prácticas para la salud pública

A modo de recomendaciones, la investigación ofrece prácticas accesibles:

-Reducir el tiempo frente a pantallas por la noche.

-Usar luces con colores más cálidos al atardecer.

-Mantener horarios de sueño regulares.

Estas intervenciones simples podrían tener un impacto positivo considerable en la salud de la población.

Fuente: Infosalus.