Abrir una botella de agua, cortar sobre una tabla de plástico o calentar comida en un tupper, son algunas de las pequeñas acciones que, según un nuevo estudio, pueden liberar partículas plásticas que terminan en la comida. El metaestudio de Food Packaging Forum publicado en npj Science of Food, da cuenta de que el uso cotidiano de envases desechables y utensilios de cocina fabricados con materiales sintéticos, puede introducir partículas plásticas en la comida.

La investigación analizó en forma sistemática 103 trabajos científicos previos que detectaron fragmentos de polímeros menores de 10 milímetros en alimentos o simuladores alimentarios que habían estado en contacto con recipientes u objetos hechos con plástico.

Como resultado se creó una plataforma interactiva y de acceso libre denominada "FCMiNo dashboard", la cual permite consultar datos por filtrado de tipo de artículo, material principal, medio analizado o clase de polímero hallado.

Una fuente relevante de exposición

“FCMiNo dashboard es el primer mapa de evidencia sistemática que examina el papel del uso habitual de artículos en contacto con alimentos en la contaminación por micro y nanoplásticos”, explicaron. Y añadieron: “Estos objetos son una fuente importante de exposición humana, pero su impacto ha sido poco reconocido hasta ahora”.

Asimismo, dieron cuenta de que “este trabajo ayuda a cubrir vacíos de conocimiento sobre el origen de estas partículas en la cadena alimentaria, pero también destaca la necesidad urgente de investigar cómo migran desde los materiales de envasado o preparación”.

En tal sentido, los investigadores reclaman una normativa armonizada que obligue a realizar pruebas específicas sobre la contaminación de microplásticos. Mientras tanto, aconsejan a los consumidores optar por alternativas más seguras, como envases reutilizables de vidrio o utensilios fabricados con madera y acero inoxidable.

Fuente: SINC.