Se han identificado 179 genes y reguladores genéticos que actúan como “conductores”, es decir, variaciones en las secuencias de ADN que conducen al desarrollo de tumores. Se trata de un número mucho mayor al que se conocía, y a él se llegó luego de un análisis masivo de genomas completos de 2.658 personas con 38 tipos diferentes de cáncer.

El trabajo es parte del proyecto Pan-Cancer Analysis of Whole Genomes (PCAWG), uno de los estudios de genómica del cáncer más completos hasta la fecha, fue publicado en la revista Cell y reproducido por Europa Press.

Si bien estos conductores representaron un gran porcentaje de los casos de cáncer analizados, no explicaron todos. Algunos científicos, señalaron que para capturar una vista más panorámica de la progresión del cáncer, deben prestar más atención no solo a los controladores genéticos “clásicos” sino también a los “pasajeros”, es decir las miles de mutaciones que no son conductores que constituyen la abrumadora mayoría de las mutaciones observadas en un genoma de cáncer típico.

Hasta ahora se creía que los mismos no jugaban ningún papel en el crecimiento tumoral, sin embargo esa visión está empezando a cambiar mucho. “Muchas de estas mutaciones pueden tener pequeños efectos individuales pero un efecto acumulativo apreciable sobre el desarrollo del cáncer”, aclara Mark Gerstein, profesor de Informática Biomédica y de Biofísica Molecular y Bioquímica de la Universidad de Yale.

Junto a su equipo, descubrió que un subconjunto de pasajeros tiene un impacto signicativo en las regiones genómicas, con frecuencia tanto impacto como los conductores, y colectivamente pueden tener un efecto apreciable en el crecimiento del tumor.

En general, su análisis mostró una contribución adicional del 9% de los “pasajeros” al predecir si una muestra dada era realmente cancerosa. Sin embargo, algunos de estos conductores podrían dificultar el desarrollo del cáncer antes que promoverlo, por eso despiertan tanto interés, ya que podrían ayudar a combatir la enfermedad.