El propietario de una distribuidora de la zona oeste de Rosario vivió un momento de terror el viernes por la noche, cuando recibía al último camión con mercadería y dinero. Delincuentes que posiblemente estaban advertidos del movimiento de plata, llegaron en moto, forcejearon con el propietario, al que golpearon salvajemente, y lograron llevarse unos 300 mil pesos. Omar, el titular del negocio, dijo que gran parte de ese dinero estaba destinado a “pagar los sueldos de los empleados”. Consternado, el hombre confió que “esto te hacer pensar si querés seguir o dejar acá”.

Todo quedó grabado en la cámara de seguridad del negocio, que da a la calle. Allí se observa cómo los ladrones arriban al lugar cuando llega el camión e ingresan al interior de la distribuidora de Mendoza al 7300 a las trompadas.

En vivo en De 12 a 14 (El Tres), Omar describió que “la verdad la vi complicada; nunca pensé que me iba a pasar un hecho de estos”. Y agregó que “en ocho años nunca me pasó nada, siempre trabajé muy tranquilo en este lugar”.

El dueño del negocio comentó que “dos individuos se me acercan en moto, yo me apoyo contra el portón para que no entraran pero no pude”. Luego aseguró: “Me pedían la plata, o sea que sabían que había dinero”.

Yo estaba adentro con el distribuidor y con el chofer; me llevaron 300 mil pesos”, precisó Omar. “El delincuente entró y me agarró a las trompadas y a las patadas. Tengo el ojo complicado, los médicos lo están evaluando”, dijo el hombre, mientras mostraba el gran moretón en su ojo izquierdo.

“Yo estoy desde las 6 de la mañana acá para sostener esto y para poder pagar los sueldos a los empleados. Esto me hace pensar si seguir o no”, relató. “Tengo una esposa, una nena, tengo mucho que perder”, afirmó después.

“En este momento tenemos 10 empleados; ya empezamos a reducir horarios porque no quiero comprometerme con gente a la que no le voy a poder pagar”, apuntó Omar.

Y luego destacó que “hay empleados que me dijeron «no me pagués la semana», tengo gente muy buena acá, que hace de todo para mantener la fuente de trabajo”.

“Llamé a la Policía y tardaron 20 minutos en venir, nos dicen que estaban a full con la delincuencia que hay”, concluyó.