Ante la derrota electoral nacional por cerca de 15 puntos, el presidente Mauricio Macri criticó la propuesta de gobierno del Frente de Todos, liderado por Alberto y Cristina Fernández, al advertir que “el problema mayor es que la alternativa kirchnerista no tiene credibilidad y confianza en el mundo”. Así explicó la reacción de los mercados, que depararon un salto en el dólar de 47 a 62 pesos (para luego cerrar en aproximadamente 57 pesos) y caídas en bonos y acciones argentinas que van del 20 al 50%

Tras llamar al kirchnerismo a hacer “una autocrítica”  y “resolver” esa falta de credibilidad, el primer mandatario advirtió que “hay un problema grave entre el kirchenrismo y el mundo, que no le confía lo que tiene que hacer. No es fácil, porque ellos ya gobernaron y tienen que hacer algo distinto de lo que hicieron antes". En su tramo más duro, tras hablar recién a la tarde, Macri azuzó: “Esto es solo una muestra de lo que puede pasar. No podemos volver al pasado porque el mundo ve esto como el fin de la Argentina”, amenazó. Metió miedo.

En lo económico, el gobierno reaccionó con una suba de tasas hasta alrededor de los 74 puntos y una intervención del Banco Central apenas por encima de la diaria para contener el tipo de cambio. A los 60 millones de dólares autorizados por el Fondo Monetario Internacional, licitó hasta llegar a 105 millones de dólares. En total, fueron cinco intervenciones que no alcanzaron a calmar las ansiedades de los bancos, que operaron con spreads (diferencias entre el tipo comprador y vendedor) de hasta tres pesos.

Más tarde, el vencedor de las primarias, Alberto Fernández, advirtió que el gobierno "volvió a mostrar hoy su impericia", al elevar la tasa de interés al vender, sin resultados favorables, todos esos millones de dólares para contenerlo. Aclaró que no era cierto que el presidente lo hubiese llamado, como había dicho Macri en conferencia de prensa, y reclamó que el oficialismo se haga responsable de tomar medidas para hacer frente a la crisis. Después, con Ernesto Tenembaum y María O´Donnell, aflojó la tensión.

Soy yo o el caos

“Soy yo o es el caos”, atribuida a Charles De Gaulle en 1958 durante la V República en Francia, ya fue pronunciada en Argentina incontables veces a lo largo de las décadas recientes. Durante la presidencia de Fernando de la Rúa, el ex ministro de la convertibilidad, Domingo Cavallo, fue convocado a dirigir la cartera económica de para proyectar un crecimiento anual del 5% en el marco de una serie de medidas para reactivar la industria. ”Planes de Competitividad”, se los llamó. Desde aquellos días tenemos impuesto a las operaciones bancarias y en aquel momento, “superpoderes”, delegaciones poder Legislativo en el poder Ejecutivo. Los mercados tuvieron reacciones negativas: principalmente organismos internacionales de crédito. Cavallo reaccionó con un plan de "Déficit cero", un recorte general de gastos en la administración pública. Pero en el Congreso la resistencia fue alta y De la Rúa pidió un esfuerzo tanto a los legisladores opositores como a los propios y a la población en general.  “Si no hay arreglo, llega el caos”, dijo y fue la frase del momento.

"Si alguien me pidiera que definiera a Mauricio Macri en una sola palabra, la única que se me ocurre es: caos. Sí... Mauricio Macri es el caos y por eso creo firmemente que hay que volver a ordenar la Argentina". Esto escribe Cristina Fernández de Kirchner en "Sinceramente", el libro que le da la excusa para animar divertidas tertulias de historia, literatura y política. Un libro de propaganda.

En las elecciones legislativas de 2009, el ex presidente Néstor Kirchner aseguraba que “sin mayoría parlamentaria volveremos a caer en el vacío de 2001”. Otra vez, el caos o nosotros.

Mientras tanto, el caos. Posta. Ya jaqueados por la caída de consumo, los planes de autoahorro se congelan, la cotización de los autos no se define y las concesionarias no venden. En Rosario, los panaderos denuncian que no les venden harina. En las financiadoras de salud y sanatorios privados (también en hospitales), los insumos de media y alta complejidad no tienen lista actualizada por sus proveedores. Los comerciantes reenvían mails en la desesperación ante un comunicado escueto: “lLes informamos que momentáneamente están suspendidas las ventas y entregas”.

Gabriel, fotógrafo profesional, contó que el rollo de papel fotográfico saltó de 2.200 a 3.700 pesos. De base. Hasta se lo pidieron por 5.500 pesos, asegura. Mientras el dólar aumentó en un porcentaje, en el precio final el aumento es de casi el triple, denuncia.

En los comercios rosarinos, informa Rosario3, aseguran que los valores de los artículos de almacén no se modificaron pero reconocen que la industria alimenticia suspendió ventas por la devaluación. En el rubro electrodomésticos, los proveedores también frenaron envíos a la espera de nuevos costos en dólares.

Señores presidente y vencedor de las Paso (aún un ciudadano común): esto ya es caos. Y ninguno de los dos, pero principalmente quien ocupa la primera magistratura por su grado de responsabilidad, dan muestras de estar a la altura de las circunstancias.

Ninguno de los dos es sincero en reconocer que estamos ante una economía bimonetaria, con gran parte de los precios dolarizados automáticamente. Pero que además es gobernada por la desconfianza, el “sálvese quien pueda” y las coberturas de precios del “por las dudas”.

Gustavo Cerati hubiera cumplido 60 años justo el domingo, día de las Paso.

Una de sus letras, Entre Caníbales, habla de un esperado encuentro amoroso, metafórico. Invita a disfrutar del cuerpo del otro en un momento en que el tiempo se detiene.

En Argentina no hay amor, ni esa confianza íntima. Mucho menos, metáfora.

Todos sus recientes mandatarios, en momentos de debilidad, infundieron miedo. En lugar de generar confianza, agitaron fantasmas. Entre caníbales. Literal.