A diez días del inicio de la reforma constitucional en Santa Fe, el gobernador Maximiliano Pullaro viajó a Estados Unidos junto con los dos ministros de mayor protagonismo en el gobierno provincial: Pablo Olivares de Economía y Gustavo Puccini de Desarrollo Productivo.

Antes de subir al avión, el gobernador autorizó al Ministerio de Economía a avanzar con la emisión de títulos de deuda que le aprobó la Legislatura, previa solicitud de avales al gobierno nacional. El contexto no es el mejor para ir a buscar dinero al exterior, aunque la Casa Gris confía que el historial de cumplimiento del Estado santafesino, sumado al orden fiscal demostrable, le permitirán una emisión parcial de los 1.000 millones de dólares que en total fueron habilitados.

La operación de crédito incluye la posibilidad de recomprarles a los inversores la deuda tomada en 2017 a un 7%, tasa que hoy es imposible de conseguir para el país. Desde ya que el dinero que se tome será con un interés alto. El riesgo país, que cuando se aprobó la ley hace un mes estaba en 650 puntos, llegó a 700 puntos esta semana y cerró en 679 el viernes. 

Sin embargo, la administración de Maximiliano Pullaro considera que el costo del crédito se compensa con la oportunidad de “recuperar décadas de retraso en infraestructura” porque se trata de montos y plazos de devolución que no tienen punto de comparación con lo que ofrece el mercado de crédito local. Recuerdan que en abril de 2024 la provincia recibió ofertas por 128 mil millones de pesos y finalmente aceptó 50 mil millones a tres años.


Gobernadores versus Milei

 

Antes de subirse al avión para buscar recursos en Nueva York y Washington, Pullaro y el resto de los gobernadores dieron por terminadas las conversaciones con el gobierno de Javier Milei por los fondos del impuesto a los combustibles y los Aportes del Tesoro Nacional que le venían reclamando. 

En un hecho inédito, el 3 de junio todos los mandatarios, sin importar las procedencias políticas, definieron una comitiva para dialogar con el Jefe de Gabinete y el ministro de Economía. Los delegados se reunieron con Francos y le propusieron la eliminación de los fondos fiduciarios para transporte, infraestructura y obras hídricas que se financiaban con parte de la recaudación del impuesto a los combustibles y que el dinero vaya a las provincias Otro tanto con el fondo de los ATN, que acumula cifras millonarias que el gobierno no ejecuta. Las provincias pidieron repartir esos recursos teniendo en cuenta que son las que atienden las emergencias y las obras de infraestructura y que es dinero que administra la Nación, pero no es propio, por lo tanto no afectaría el equilibrio fiscal.

El lunes 23, ante la falta de propuestas del gobierno nacional se volvieron a reunir los gobernadores. Asistieron funcionarios nacionales que fueron en nombre de Caputo y Francos. Después de la reunión, sin resultados, los gobernadores resolvieron impulsar dos proyectos de ley, lo escriben y lo firman. La saga siguió la semana pasada, cuando en la reunión del Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal a la que asisten los ministros de Economía y Hacienda de las provincias y que no trata la distribución de impuestos, el gobierno pretendió abrir una instancia de conversación.

“¿Cómo van a pretender ahora negociar con los empleados de los gobernadores que ya tomaron una decisión y la hicieron pública? Ahora a negociar en el Congreso”, resumió un funcionario santafesino.

Evidentemente hubo una valoración política errónea del gobierno, que no midió la determinación de los gobernadores de ir por esas dos cajas. Los ninguneó. O quizás pensó que podría dividirlos y desarmar el frente de las provincias como tantas otras veces. Cuando se dio cuenta del error era tarde.

Ahora discutirá en inferioridad de condiciones en el Congreso, que le es adverso, con el agregado de que los gobernadores aliados, que en más de una oportunidad le salvaron las papas a Milei, esta vez están en la vereda de enfrente y tienen los votos para aprobar ambas leyes y también para rechazar un eventual veto presidencial. El miércoles la Casa Rosada tuvo una muestra de lo que le espera cuando diputados que otras veces colaboraban, esta semana dieron quórum y votaron por el emplazamiento a las comisiones para que avancen la emergencia pediátrica y la ley de financiamiento universitario. 


La cuenta regresiva

 

Al tiempo que busca recursos en Estados Unidos y articula con el resto de las provincias para ampliar la torta de coparticipación nacional, Santa Fe está a nada del inicio de la reforma constitucional, el lunes 14 de julio.

El viernes se postergó por segunda vez el encuentro entre Unidos y Más para Santa Fe (Ciudad Futura, el massismo y el PJ) a pedido de éste último. Se reagendó para este lunes al mediodía, luego del encuentro que los convencionales del peronismo mantendrán en la sede del PJ, donde buscarán definir si la presidencia del bloque queda en manos del rosarino Juan Monteverde o del senador Rubén Pirola.

La disyuntiva no es menor y excede lo que es la presidencia del bloque, porque en definitiva expresa las contradicciones con las que camina el frente Más para Santa Fe, donde conviven la renovación y el ala más conservadora; la centroizquierda y la centroderecha; kirchneristas y antikirchneristas, la representación de los centros urbanos y la base del poder territorial repartido en departamentos.

Si bien en la actual situación del PJ no hay posibilidad de que unos conduzcan a otros y se imponen los acuerdos, no es lo mismo que la cara visible y voz cantante sea Monteverde a que sea el senador de Las Colonias Rubén Pirola. Por eso hay sectores que no quieren “regalarle” ese lugar a Monteverde.

Ocurre que el aliado de Ciudad Futura hizo un buen papel al frente de la lista de constituyentes cuando el PJ lo fue a buscar porque no tenía candidato. Y además acaba de ganar la elección en Rosario, lo que puso al peronismo como noticia nacional después de mucho tiempo. 

Para los más cercanos a Monteverde, entre los que se encuentran el intendente de Pérez Pablo Corsalini o la diputada del Movimiento Evita Lucila De Ponti, entre otros, la victoria en Rosario despeja cualquier duda sobre la presidencia del bloque. Relegarlo a un segundo plano en este escenario podría generar ruido.

Del otro lado el temor es no poder condicionar las estrategias del bloque si Monteverde lo preside. El rosarino cultiva un perfil opositor neto al gobierno de Unidos, mientras que el sector que lideran los senadores pone en juego otras variables políticas. Alcides Calvo, Osvaldo Sosa, Armando Traferri y Pirola el 14 de septiembre seguirán siendo senadores por sus departamentos y por lo tanto pretenden conservar una plataforma de convivencia básica en sus departamentos con el oficialismo de turno. En la convención habrá votaciones críticas, por ejemplo los alcances de la reelección para gobernador y vice. ¿Podrá el peronismo mantenerse espalda con espalda en esas circunstancias? No es una pregunta retórica, sino la que se hacen en el propio peronismo.

No hay que perder de vista que el peronismo viene votando dividido en las últimas sesiones de la Legislatura. Pasó cuando los senadores votaron a favor del endeudamiento externo. Y el jueves pasado ocurrió lo propio con la prórroga de la emergencia social, educativa y de salud. En este caso votaron a favor Alejandra Rodenas que pertenece al sector político del senador Traferri; Miguel Rabbia, alineado con el senador Marcelo Lewandowski, que en la constituyente tendrá un bloque independiente del PJ; y Verónica Baró Graf del sector del exdiputado Oscar Cachi Martínez. La constituyente es otro ámbito, por más que algunos protagonistas se repitan.

La casa oficialista

 

Unidos tampoco pudo aún sintetizar sus autoridades, aunque distintas fuentes consultadas dieron por sentado que será un bloque único y no un interbloque como funciona en la Legislatura, y que sea cual fuere la fórmula que se acuerde para conducirlo, la misma será equilibrada con representación radical, socialista y del PRO.
Los próximos ocho días tendrán como eje la definición del reglamento de la convención. Cabe recordar que en la sesión inaugural, los constituyentes votarán una adaptación del reglamento de la Cámara de Diputados y Diputadas para poder utilizarlo en la convención, lo que exige una mayoría calificada de dos tercios. El oficialismo, que pareciera tener asegurada la mayoría absoluta si se mantiene la confluencia de los tres convencionales del Frente de la Esperanza, va a necesitar de una parte de la oposición para aprobar el reglamento.

Unidos ya acordó internamente un primer texto, lo circuló entre los demás bloques y recibió las primeras devoluciones.

Un punto en discusión es el de las mayorías necesarias para aprobar los artículos de la Constitución. Más para Santa Fe, por ejemplo, pretende que sea con dos tercios de los convencionales. El oficialismo descarta de plano esa posibilidad y le quita cualquier sustento jurídico y político.

La Libertad Avanza exige que el número para alcanzar quórum sea 36 convencionales y no 35. Argumenta que sobre 69 convencionales la mitad más uno es 35,5, por lo tanto deberían exigirse 36 voluntades para abrir una sesión.

La integración de comisiones es uno de los aspectos más conversados. El oficialismo planteó un número de mínima y el resto de las fuerzas propusieron números mayores. Todo indica que serán entre cinco y seis, incluida la comisión Redactora. Un convencional que está en la cocina política definió el armado de las comisiones como “un verdadero Tetris”, porque expresa la capacidad de contención del oficialismo al conjunto de los espacios políticos y cuánto protagonismo está dispuesto a conceder y a quién. 

¿El peronismo presidirá una comisión al menos? ¿Todos los convencionales tendrán lugar en al menos una comisión? Esas y otras negociaciones definirán el número de comisiones y la cantidad de miembros que la integrarán. A la vez, las comisiones concentrarán el grueso del trabajo y serán el espacio de escucha de los actores civiles, instituciones y organizaciones que hayan llegar proyectos o busquen influir.  Por lo tanto serán un lugar apetecible para el trabajo político con la sociedad.

El borrador del oficialismo pretende habilitar al presidente de la convención a votar como un convencional más y a disponer del doble voto en caso de empate. Como se trata de una propuesta sin antecedentes en ningún legislativo, salvo en la constituyente de la provincia de Salta, las objeciones son unánimes. La oposición cree es un reaseguro del Ejecutivo para cubrirse de eventuales contratiempos políticos que pudieran surgir.