Lanzado a pleno al plan de revitalizar la economía local y levantar la autoestima de Rosario con fuertes hitos de transformación urbana, el gobierno provincial creó una unidad de gestión que tendrá a su cargo pilotear los proyectos incluidos en esa estrategia. Las dos iniciativas sobre las que pretende avanzar de manera más urgente son la de la construcción de la Villa Sudamericana para los Juegos Odesur 2026 que se levantará en el ex Batallón 121, cuya presentación será el miércoles, y el programa de urbanización de la zona de la cabecera del puente Rosario-Victoria. 

Dentro del parque de la Cabecera, el más importante dentro del objetivo de construir un total de un millón de metros cuadrados, hay una cuestión clave que la provincia pretende definir en las próximas dos semanas: si se emplaza o no, en un predio ubicado ya en jurisdicción de Granadero Baigorria pero en el límite e integrado con Rosario, el Puerto de la Música.

La alternativa es un Plan B, que de a poco parece ganar fuerza: levantar otro espacio para espectáculos públicos, ya no con la firma del fallecido arquitecto brasileño Oscar Niemeyer sino con la de otro u otra profesional de peso. Porque una cosa está clara: la decisión de que los privados que ganen la licitación para llevar adelante el plan de viviendas y áreas comerciales construyan un centro cultural está tomada.

Fuentes del gobierno provincial revelaron a Rosario3 que el decreto para la creación de esa unidad de gestión ya está listo y a la firma del gobernador Maximiliano Pullaro. También quién será su titular: Jorgelina Paniagua, una arquitecta que fue secretaria de Obras Públicas de la provincia durante la gestión de Miguel Lifschitz y que en los últimos años trabajó en los equipos del intendente Pablo Javkin.   

La novedad ya fue informada al propio Javkin y al intendente de Granadero Baigorria, Adrián Maglia, en una reunión con funcionarios provinciales. Allí se definió que Paniagua y el equipo, que integrarán también funcionarios de Hábitat, el exministro de Obras Públicas de la provincia Julio Schneider y representantes del Ente de Coordinación Metropolitana (Ecom), deberán elaborar un masterplan, una tarea nada sencilla. Es que no solo incluye definiciones sobre el uso del espacio, sino también la reconversión del Remanso Valerio, la reubicación de familias que ocupan terrenos que están arriba de ese barrio costero y cómo se vincula todo el proyecto con Rosario para garantizar una integración que, de alguna manera, borre los límites jurisdiccionales.

Mensajes desde Brasil

Mientras tanto, desde Brasil, los representantes del estudio y la Fundación Niemeyer prometieron dar en estos días una respuesta definitiva sobre si el proyecto original del Puerto de la Música, diseñado por el genial arquitecto Oscar Niemeyer a pedido de Hermes Binner en 2008 para ser emplazado en la zona de Pellegrini y el río, puede adaptarse al nuevo lugar y a las nuevas necesidades. 

Oscar Niemeyer hizo el proyecto a pedido de Hermes Binner.

“El proyecto original fue pensado para otra época, otra ciudad”, dijo a Rosario3 un funcionario provincial. Por caso, la capacidad interior del teatro diseñado por Niemeyer era para 2.500 personas y la del estacionamiento para 400 autos. Provincia y Municipalidad entienden que lo que se necesita hoy es un espacio con capacidad para entre 8 mil y 10 mil espectadores.

Las conversaciones por Whatsapp y videollamadas con los arquitectos brasileños se hicieron intensas en las últimas horas. La pretensión de la administración Pullaro es definir en las próximas dos semanas si el espacio cultural es o no la obra de Niemeyer. 

En caso contrario, adelantó una fuente consultada por Rosario3, se buscará otro diseño, también de un arquitecto de prestigio internacional, algo que en la ciudad tiene varios antecedentes: el tucumano César Pelli, el portugués Alvaro Siza, el rosarino Mario Corea Aiello, por mencionar tres casos, tuvieron a su cargo proyectos emblemáticos durante las gestiones socialistas como centros de distrito y el Nuevo Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). 

Como sea, hay premura. “A fin de año tenemos que estar licitando”, fijan como objetivo en la gestión Pullaro. Que estiman que el plazo de ejecución de todo el proyecto podría rondar los 36 meses.

Cuestiones de plata

El esquema de financiamiento sería similar al del exBatallón 121: el Estado pone la tierra y los privados hacen las obras, lo que incluye las unidades habitacionales, las áreas habitacionales y los espacios públicos, entre ellos el Puerto de la Música o el centro cultural que se defina en su reemplazo.

Desde que se hizo pública la idea, aseguran desde la provincia, los más importantes desarrolladores nacionales, entre ellos Irsa y Eduardo Constantini (padre de Nordelta), expresaron interés en hacerse cargo del proyecto. También hay una idea planteada por el presidente de la Fundación Rosario, Rómulo Bertoya, para reunir a los más importantes jugadores locales. El horizonte que aparece más probable es que se formen consorcios mixtos, como en el exBatallón, donde la licitación la ganó una unión de empresas en la que se asociaron los grupos Eskenazi y Eurnekian con la constructora rosarina Pecam.

Más allá de las cuestiones arquitectónicas que analizan los herederos de Niemeyer, hay un tema económico. El proyecto total involucraría la construcción de 260 mil metros cuadrados de viviendas y áreas comerciales. Una fuente de la provincia hizo, ante Rosario3, un cálculo que definió como conservador: si la incidencia de la tierra fuera de 160 dólares el metro, lo que le correspondería a la provincia serían casi 42 millones de dólares. Este mismo vocero estimó que un Arena moderno podría tener un costo de entre 15 y 20 millones de dólares. El Puerto de la Música duplicaría la inversión: 38 millones.

Eso explica que más allá del valor simbólico que puede significar tener la única obra de Niemeyer en la Argentina, algunos actores de la Municipalidad y la provincia empiecen a ver con mejores ojos ir por el plan B. Esa alternativa pondría también el proyecto a salvo de los cuestionamientos, encabezados por la exesposa de Hermes Binner Silvana Codina y Mario Corea Aiello pero compartidos también por otros arquitectos rosarinos, de que se traslade “como si fuera una torta” un diseño que fue pensado para un lugar determinado a otro con características muy distintas y que encima está fuera de la jurisdicción de la ciudad de Rosario. 

Barrio de los pescadores

Más allá de cómo se defina este asunto, hay una buena noticia para la ciudad: la provincia tomó el planteo de la Municipalidad de Rosario de pensar el inicio geográfico de toda esta megatransformación de la zona norte con la reconversión del barrio de los Pescadores ubicado frente a La Florida y analiza posibilidades de financiamiento del proyecto ya elaborado por la Intendencia y adelantado semanas atrás por Rosario3. Las obras tendrían un costo de 3 mil millones de dólares. 

Un rénder de cómo quedarían los puestos de venta de pescado.

Una alternativa es que el plan para ese barrio –que incluye mejoramiento de veredas y cruces seguros, la construcción de un playón para uso recreativo y la transformación de los puestos de venta de pescado en un mercado– sea aplicable para el crédito francés por 65 millones de euros de la Agencia Francesa para el Desarrollo, destinado al financiamiento de proyectos para preservar la biodiversidad, la adaptación al cambio climático y el desarrollo sustentable. “Eso sería lo ideal”, dicen desde la Municipalidad. La provincia lo cree posible, pero también baraja otras posibilidades. “Si no, se verá si se puede destinar parte de lo que le corresponde a la provincia por las tierras del parque de la Cabecera”, arriesgó una fuente de la gestión santafesina.

La mano de obra

 

La baja de los índices de violencia lesiva en Rosario, con la novedad de que por primera vez en muchos años pasó un mes sin homicidios, genera entusiasmo en la gestión Pullaro, que entiende que llegó el momento de instalar otra agenda y transmitir un nuevo clima social y de negocios. El Santa Fe Business Forum, que se realizó esta semana en la Fluvial, fue una apuesta en esa dirección.

El plan de construir un millón de metros cuadrados persigue no solo un cambio de cara: se trata también de revitalizar a un motor de la economía urbana que es gran generador de trabajo. Justamente el sector es uno de los que más ha sufrido pérdida de puestos laborales a partir del freno a la obra pública definido por el gobierno nacional. Y eso impacta fuerte entre los jóvenes de sectores populares, pues se trata de una actividad que suele ser fuente de primer empleo.

Frente a la oportunidad que puede significar la puesta en marcha de todos los proyectos incluidos en la estrategia oficial –el de la cabecera del puente, el del exBatallón, más las reconversiones de la vieja estación de la EPE en San Martín y Catamarca y en la zona de la cárcel de Ricchieri y Zeballos–, el gobierno provincial lanzará un programa para formar 5 mil chicos en distintos oficios vinculados a la construcción.

Sería dentro del Plan Impulsa, un programa que vincula la oferta educativa con la demanda productiva. Para eso, está a la firma, adelantaron fuentes de la gestión, un acuerdo con la Cámara de la Construcción para garantizar la salida laboral. “A medida que vayan teniendo contratos, irán tomando a estos chicos”, explican.

La idea es que los jóvenes incluidos en el programa realicen las prácticas profesionales en espacios comunitarios, como clubes e instituciones de barrio. Y que como tutores de las mismas participen trabajadores del sector que perdieron el empleo en los últimos meses. Por eso, se incluirá a la Unión de Obreros de la Construcción (Uocra) en los convenios.