Por donde pasa y habla Pilar Rahola siempre deja tela para cortar. Es que la reconocida periodista y analista española estuvo en la ciudad y en un mano a mano con Rosario3 señaló la “ambivalencia” de la política internacional del gobierno argentino como así también sobre la figura del presidente Javier Milei. Fue muy dura con la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner. Cree que el país y el kirchnerismo “deben cerrar” una etapa. Disertó sobre el conflicto en Medio Oriente y sorprendió con su mirada “optimista” ya que “han pasado cosas que se pueden volver a atrás”.

La también ex diputada catalana llegó a Rosario, invitada por el Centro Sionista, para hablar sobre “Israel y los desafíos de Occidente a partir del 7.10”. Su visita formó parte de un periplo por la Argentina con una serie de conferencias donde también aprovechó para entrevistar a figuras como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, o el vocero presidencial Manuel Adorni.

Rahola llegó a Rosario, invitada por el Centro Sionista, para hablar sobre “Israel y los desafíos de Occidente a partir del 7.10”.

–¿Usted es optimista en cuanto a la resolución del conflicto en Medio Oriente?

–Después del ataque del 7 de octubre (de 2023) que fue una herida mortal y nos hundió en el desánimo, hoy soy altamente optimista porque hay un cambio de paradigma y una vuelta de tuerca que nos va a llevar a tres cosas inevitables para bien. Una es la creación de una alianza de Israel con los países del entorno donde Siria será la primera en firmar. Otra, es la resolución final de la cuestión palestina, que espero sea con el desmembramiento de Hamás donde están pensando en cómo se salvan o salen de allí. Y la tercera es que Irán ha dejado de ser un problema, se le han caído los aliados, es decir su círculo de fuego, e Israel demostró que es la principal potencia militar en la región. Es un optimismo realista, aunque cada día todo puede cambiar, han pasado cosas que no se pueden volver a atrás.

–¿Cómo ve la posición argentina en cuanto al conflicto?

–De ambivalencia. El gobierno cambió el paradigma internacional del país ya que Argentina estaba muy mal situada sobre el eje bolivariano. El gobierno se ha situado en la línea de las grandes democracias del mundo, por eso lo aplaudo. Es más, puedo entender una relación preferencial con Israel y es el elemento distintivo. Lo que me resulta más cansino es la dimensión militante excesiva en el tema religioso judío, no acabo de entenderlo ya que esto forma parte de lo privado y no de lo público. Un presidente gobierna para todos y en un país donde hay muchas religiones.

–Argentina tiene dos antecedentes como lo fueron los atentados a la Embajada de Israel (1992) y a la sede de la Amia (1994), ¿no cree que hay un cierto temor en nuestra sociedad sobre posibles represalias ante un posicionamiento tan cercano a Israel?

–Los atentados fueron un auténtico laboratorio de lo que después vendría. La situación de Argentina se convirtió en un banco de pruebas de un fenómeno terrorista que estalló en Buenos Aires y eso fue el aprendizaje en materia de atentados. Argentina tiene una sensación de riesgo que se agrava con la infiltración de Irán mediante el eje bolivariano y con la dimensión delictiva del Hezbollah a través de la triple frontera.

Sin embargo, sin ser profetisa, hoy no es momento para atentados en Latinoamérica. Los atentados del 90 venían de la derivada chiita que hoy tiene problemas para sobrevivir, Irán ahora no está pensando en ir haciendo atentados sino está preocupado para que el régimen sobreviva, están heridos, son un régimen odiado por su pueblo, y perdieron aliados. El objetivo de Irán no es hacer atentados en Argentina sino salvar a Kamhenei y los ayatollah. Nos alejamos del miedo, no creo que las relaciones de Milei con Israel vayan a generar atentados. Sí, creo, que vamos a tener atentados de corte sunita en Europa, que provendrán del Estado islámico o de células de Al Qaeda. Ese es el riesgo y el miedo.

Una mirada sobre Milei

 

–¿Cuál es su mirada sobre la figura de Milei?

–También ambivalente. Siempre tengo una posición crítica con el poder y concibo a la democracia en términos de confianza. Por un lado confío en los nuevos presidentes elegidos para la gestión de lo público, pero no es un acto de fe religiosa ya que un presidente no es un salvador o un líder absoluto, sino un CEO de la empresa pública que es la República. Uno tiene que mirar a un presidente con la simpatía de que puede cambiar las cosas pero al mismo tiempo con una distancia para tener espacio para la crítica.

En el caso de Milei, elogio su política internacional y aplaudo su política económica temporalmente porque creo que ha hecho un gran cambio de paradigma. Es un país confiable en lo económico, con seguridad jurídica para poder venir a invertir. La mayoría de los economistas la avalan. Pensaban que el trauma social iba a ser más grande y no lo fue producto de las reformas económicas. Lo que me está preocupando es la regeneración democrática y no puedo evitar ser crítica.

Veo algunos tics que no me gustan como el hecho que sus seguidores son más bien militantes de una fe religiosa y no ciudadanos que no pueden criticar a Milei porque si no los expulsan del paraíso. El debate público es muy sucio y feo por ambos lados. Y hay algunas posiciones de Milei que son demasiado divinas. La democracia se trata del respeto de los Poderes y si no consigues un acuerdo en el Parlamento debes buscar otro, no puede imponerlo por decreto porque no eres un rey, sino un presidente democrático. La falta de respeto a la prensa y al Parlamento me preocupa como elementos de cara al futuro.

Es posible que estemos ante la presencia de un gobierno que recién empieza, defendiéndose del kirchnerismo y poniéndose en un punto de trinchera. Pero Milei tiene que entender no está en la trinchera sino en la Casa Rosada, no es lo mismo ser candidato que ser el presidente. Argentina es un país serio e importante, que da una imagen al mundo. Cuando Milei visita a Estados Unidos o a Israel está dando una imagen de estadista; en cambio cuando va a España y empieza a gritar y se abraza con la extrema derecha no da una imagen de estadista. Esa dualidad entre el presidente que hace bien las cosas y el candidato bronca me preocupan.

La condena a Cristina 

 

–En otro reportaje usted dijo que la condena a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner cerraba una etapa. ¿Sigue pensando lo mismo?

–Yo pensaba que la cárcel para Cristina cerraba una etapa, pero no, la instaló en el balcón para mi sorpresa y escándalo.

Nunca le perdonaré el Memorándun con Irán ya que me pareció una traición a su propio país con un acuerdo para el silencio de las víctimas y la inocencia de los autores. Esto te inhabilita políticamente como así también haber protagonizado el escándalo de corrupción organizada y sistémica, de red criminal, más grande de Latinoamérica en la perspectiva democrática. Si tú tienes el honor que tu pueblo te elija presidenta no podes hacer pornografía y no puedes robar. Y no puedes volver a la política. No entiendo cómo se ha permitido que durante días y días haya una exhibición impúdica del personaje haciéndola pasar como una víctima cuando fue condenada por corrupción.

Argentina ha conseguido una condena, pero le han dado un balcón y se ha convertido en un spot publicitario. Es una condenada por corrupción, que no tiene voz, y la tipa se presenta como una víctima. Háganme el favor de cerrar esa etapa tan oscura de la Argentina. Esto no significa que en el mundo del kirchnerismo no puedan salir líderes sólidos. Pero Cristina no puede volver nunca más a la política porque es una corrupta y la corrupción te inhabilita para volver a la política.

–Para un sector de la sociedad argentina Cristina es una perseguida por la Justicia...

–Los que creen que es una perseguida es porque no deben hacer cuentas. Nadie se hace rico con la política cuando vives de un sueldo público, nadie con ese sueldo se hace millonario, la política no te puede hacer rico sino es por corrupción. Cuando una persona como Cristina ha acumulado tanta cantidad de dinero, propiedades y hectáreas, no se la puede considerar como una víctima. Una familia que se ha enriquecido por el poder de la manera que lo hizo debe ser una víctima de ella misma, de su afán de lucro.

Los liderazgos mundiales

 

–¿Cuáles son los riesgos que observa en las democracias liberales en el mundo?

–En las democracias liberales estamos perdiendo el centro político y nos estamos yendo hacia los extremos. Un caso es Alemania, sus posiciones siempre fueron desde la democracia cristiana a la socialdemocracia, así se ha expresado una inmensa mayoría del país, pero siempre con estabilidad. En las últimas elecciones dinamitaron ese equilibrio eligiendo a sectores vinculados con posiciones del nazismo y extrema derecha y otro más cercano al troskismo. Es que el espacio central se debilita y éste es un signo de debilidad.

–¿Y qué opina de liderazgos como el de Viktor Orban en Hungría, Donald Trump en Estados Unidos, Milei en Argentina o Nayib Bukele en El Salvador, muy cercanos desde lo ideológico?

Milei es más serio que Orban y tiene una dimensión distinta, con un equipo muy sólido. Trump es un motosierra gritón desde lo mediático pero cuando le bajas los decibeles ves que apunta a cuestiones claves. Habla de Groenlandia porque China es una amenaza y está intentado quedarse vía la ruta del Ártico. Le apunta a los aranceles y es porque algo hay que hacer en ese sentido. O la situación de Ucrania con miles de muertos donde alguien tiene qué decir que hay que acabar con eso.

Todos (estos liderazgos) tienen algo en común y es que son propaganda Tik Tok: frases fáciles, mucho ruido, exhibición, falta de complejos. Es una parte bronca, pero después algunos de estos están situando bien las cosas. Quizás nuestras sociedades están necesitando este tipo de liderazgos. Recuerda que hoy una parte importante de la población del mundo se informa por Tik Tok. Trump es eso, te informa por Tik Tok.