Rosario fue a las urnas el pasado 29 de junio y eligió a los 13 nuevos integrantes del Concejo Municipal. Al igual que en las Primarias de abril, el frente Más para Santa Fe fue el espacio más votado y se quedó con cinco bancas. La Libertad Avanza y Unidos se repartieron en partes iguales los ocho escaños restantes.

Pero el dato más llamativo de la jornada no fue quién ganó, sino cuántos dejaron de votar. Según el escrutinio definitivo, participaron 393.519 personas sobre un padrón de 817.149, es decir, apenas el 48,16% del electorado. Son 43.346 votantes menos que en las Primarias, una caída histórica en la participación.

Si a los que no fueron a votar le sumamos los 4.260 que lo hicieron en blanco y los 17.814 que anularon su voto, hubo un total de 423.630 vecinos de la ciudad habilitados para elegir representantes que no lo hicieron.

Menos participación en la periferia

El descenso en la concurrencia se notó en toda la ciudad, pero fue más pronunciado en los barrios más alejados del centro. En las seccionales céntricas, la merma con respecto a las Primarias rondó el 4%. Hacia los bordes urbanos, la diferencia llegó al 6 o 7 por ciento.

Los distritos Centro (54,3%), Norte (49,65%) y Sur (49,92%) quedaron por encima del promedio. En cambio, el Oeste (43,88%), Noroeste (45,92%) y Sudoeste (46,21%) estuvieron claramente por debajo.

A nivel barrial, Zona Cero (extremo noroeste) tuvo la peor asistencia, con apenas el 38% del padrón. Es decir, 6 de cada 10 vecinos habilitados optaron por no participar. Muy cerca quedó Ludueña donde el promedio de votantes fue del 42.76%.

En el otro extremo de esta tabla se encuentra República de la Sexta que promedió un 58% de participación. Seguido muy de cerca por barrio Martin* y el casco histórico de la ciudad donde la participación rondóel 57%, casi 20 puntos por encima de las zonas más relegadas.

*El cálculo de participación de ese circuito electoral se hizo sin contar las mesas extranjeras ya que estas no se asignan por cercanía geográfica y la baja participación que tuvieron los extranjeros en la votación habría llevado el número al 20% de participación.

 Quién ganó y dónde

En este escenario, tres fuerzas se repartieron las bancas. Juan Monteverde, líder de Más para Santa Fe, logró mantener los votos de abril y fue el candidato más votado. Aunque creció poco, le alcanzó para meter cinco concejales.

La Libertad Avanza, que llevó a Juan Pedro Aleart como candidato, fue la que más creció: sumó casi 20 mil votos con respecto a las Primarias. Ese salto le permitió incorporar cuatro concejales.

Unidos, el frente del oficialismo provincial y municipal, también mejoró su desempeño. Carolina Labayru consolidó los votos de su interna y ubicó al espacio en el tercer lugar, obteniendo también cuatro bancas.

El resto de las fuerzas no logró acceder al Concejo. Roberto Sukerman fue el único que creció con respecto a abril (504 votos más), aunque eso fue insuficiente para llegar a una banca. Lisandro Cavatorta, Carla Deiana y Eugenio Malaponte terminaron por debajo de sus registros anteriores e incluso perdieron con el voto nulo.

El mapa del voto en Rosario

En el total del distrito Centro Monteverde ganó con un margen más ajustado que en abril. El candidato de Más para Santa Fe creció en el caudal de votos y se impuso en las seccionales 4, 5, 6 y 7, que abarcan República de la Sexta, Abasto, Echesortu, Pichincha y barrio Agote. 

La intensidad de votos de Más para Santa Fe.

Pero en lo que podría definirse como núcleo más céntrico, el que se quedó con el primer lugar fue Juan Pedro Aleart. El ex periodista se impuso en el microcentro, barrio Martin y parte de la costanera central, sumando allí casi 9 mil de los 19.871 votos extra que obtuvo respecto de las Primarias.

Para el norte de la ciudad la dinámica es muy similar a la del centro. Alberdi, Refinería y La Florida fueron para Aleart, mientras que Monteverde ganó en los territorios más populosos como barrio Industrial, Cotar, Arroyito, Parquefield; Rucci, Sarmiento, Nuevo Alberdi, Fontanarrosa y Olímpico. 

La intensidad de votos de La Libertad Avanza.

Para el Sur, Más para Santa Fe también fue el gran ganador, en este caso secundado por Carolina Labayru. El referente de Ciudad Futura ganó en Matheu, Tablada, Saladillo y en España y Hospitales. Mientras que la actual secretaria de Cercanía logró imponerse en Jorge Cura.

La mejora en su performance electoral, y la caída de la participación, le permitió al oficialismo ganar en zona oeste. Lo hizo gracias a una muy buena actuación en la seccional 19ª que corresponde a los barrios Triángulo y Godoy. En tanto que Monteverde se impuso en una parte de Bella Vista y Aleart en Cinco Esquinas.

La intensidad de votos de Unidos.

Algo similar fue lo que ocurrió con Aleart en el Noroeste. La buena elección de La Libertad Avanza en Fisherton –donde históricamente al peronismo le costó hacer pie– le permitió pintar de violeta ese distrito. También ganó en Larrea y Urquiza. 

En tanto que Más para Santa Fe ganó en Ludueña, donde se registró el pico más bajo de participación, y también lo hizo en Empalme. El populoso barrio de la zona noroeste es el bastión peronista por excelencia. Pero esta vez, en parte por la presencia de otros candidatos de estirpe justicialista que fueron por afuera y dispersaron los votos, Monteverde ganó por una diferencia insuficiente para contener el distrito que sí había ganado en las Primarias.

Por último, en el sudoeste de Rosario también ganó la alianza de Ciudad Futura y el peronismo. Lo hizo principalmente por la actuación que tuvo en la zona norte barrio Alvear y de Las Delicias. En tanto que el oficialismo se quedó con barrio Las Flores, Tío Rolo, Puente Gallego y San Martín Sur. Por su parte, Aleart ganó en la parte baja de Alvear y Las Delicias.

La necesidad de construir legitimidad

Con el resultado ya puesto, el trabajo de los tres frentes será ahora recuperar la confianza de los electores. En un contexto adverso donde 1 de cada 2 vecinos de la ciudad decidió no ir a votar, el trabajo de los concejales será por partida doble: por un lado convencer a quienes emitieron su voto de que la participación no fue en vano y, por el otro, reconquistar a los descreídos que, cansados de que la realidad de sus barrios no cambie, dejaron de hacerlo.