Durante dada edición de Colectividades miran a diario el cielo. Saben que, en algún momento, la lluvia interrumpirá la fiesta. Alrededor de eso, se tejió un mito: que el mal tiempo que suele acompañar la celebración más popular de la ciudad obedece a una maldición gitana.

¿De dónde salió ese mito? Lo alimentó en los años 90 un propio integrante de la comunidad gitana de Rosario, que dijo que su abuela había lanzado el conjuro, enojada porque habían ido a pedir a la organización que les habilitara un stand y esa posibilidad fue rechazada.

Pili, el apodo de aquel joven que ya no es un muchacho, recordó este jueves al mediodía en Radio 2 que en una entrevista él dijo que su abuela, luego de aquella negativa, se quitó el pañuelo que llevaba en la cabeza, lo extendió en el piso, levantó la mirada hacia el cielo y lanzó la maldición.   

El mito se alimentó con cada lluvia. Que se repetía invariablemente y generaba inconvenientes. Era “creer o reventar”, dijo en el programa El Contestador. “Ponés la fiesta el 2 de octubre o el 10 de diciembre y llueve, no es mi culpa”, insistió.

Pero no es esa la novedad sino que Pili le confesó a Pablo Motto, conductor del programa, que todo aquello fue mentira, que se trató de un ardid al que recurrió para ganar notoriedad en un momento en el que pugnaba por entrar a una de las primeras ediciones de Gran Hermano.

“Me vino bien para el marketing porque yo quería entrar a la casa de Gran Hermano. Pero fue todo mentira, no existe tal maldición, solo Dios sabe por qué llueve”, agregó.

“Es hora de que mis hijos, mis amigos, los oyentes de Radio 2 sepan la verdad. Fue un mito, no es nada cierto”, insistió. Aunque luego lanzó sugestivo sobre la existencia de las brujas: “Pero que las hay, las hay”.