Sabina sin R -como se hace llamar en redes sociales, donde es muy popular- tiene 21 años, nació y pasó su infancia y adolescencia en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, al norte de la provincia de Buenos Aires, y luego se mudó a Rosario para estudiar y recibirse de martillera pública y corredora inmobiliaria, profesión que ejerce hace ya 4 años. 

Desde chica, siempre sintió curiosidad por aprender y probar cosas nuevas, lo que la llevó a acercarse al mundo de la música y el arte. A los 5 años comenzó a estudiar piano, y con el tiempo también llegó a aprender técnicas de pintura y restauración de objetos.

Hoy tiene su propio taller de arte en San Nicolás, en donde comparte un espacio con su madre para trabajar con distintas manualidades pensadas para la decoración de interiores.  

Uno de los objetos fabricados por la nicoleña en su taller.

Cuenta que disfruta mucho cocinar, sobre todo para compartir comidas con sus familiares o amigos. "Lo de dar amor con la comida viene de familia, principalmente de mis abuelos Mirta y José", dice Sabina recordando los tradicionales almuerzos de domingo en los que se lucía "la pasta de la nona". 

¿Cómo empezaron los videos?

 

Con la llegada de la pandemia de covid-19 y la consecuente cuarentena, la nicoleña comenzó a dedicarle gran parte de su tiempo a las redes sociales para subir videos e interactuar con sus seguidores, que en TikTok ya superan los 4.5 millones. 

Su perfil en TikTok, la red social en la que más seguidores tiene

Aunque en un principio, Sabina no sentía mucho interés por el tipo de videos colgados en la plataforma. "La verdad no me gustaba la aplicación", admite la ahora propietaria de una cuenta con millones de vistas. 

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"Me costó mucho empezar a hacer videos porque no se me ocurrían ideas para grabar, y tampoco quería hacer lo que hacían todos. Así que en junio, teniendo un solo seguidor que era un amigo mío, empecé a hacer lo mismo que hago actualmente: reaccionar a videos", contó sobre sus inicios en la popular red social.

Sobre su primer video, Sabina detalló que esperaba tener como máximo unos 50 likes, pero los números fueron mucho mayores. “Bueno, sé que mi risa es contagiosa y que este video quedó divertido. Voy a poner la cuenta pública y ver qué pasa”, pensaba antes de compartir ese video que la llevaría a conseguir miles de seguidores en poco tiempo. 

A partir de allí, siguió subiendo sus video reacciones y la cuenta no paró de crecer. "Hice algunas que se hicieron virales en casi todas las redes y en menos de un mes tenía un millón de seguidores, que fueron dos millones una semana después de llegar al millón", contó.

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"Fue demasiado sorpresivo, porque yo no empecé a hacer videos con esa finalidad. Solo quería compartir mi humor, y creo que eso, junto con mi risa y mis comentarios espontáneos, fue lo que motivó a tanta gente a seguirme y a querer reírse conmigo", agregó.

Sabina cuenta que a la hora de grabar, la mayoría de sus videos los hace a partir de otros en los que la etiquetan sus seguidores, que mira por primera vez mientras se graba para capturar una reacción natural. "Abundan los videos de chicos musculosos", afirma entre risas. "Saben que clase de reacción puedo llegar a tener", agregó.

"Es gracioso ver cómo, sin decir una palabra, todos pueden entender lo que estoy pensando solo con mi risa y la expresión de mi cara. Me gusta mucho eso, hacer reír a los demás sin la necesidad de decir malas palabras o groserías, sobre todo porque mis videos tienen millones de visualizaciones y tengo muchos seguidores pequeños".

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"Es muy gratificante poder hacer reír a los demás con un humor sano", dice la joven cuyos videos ya divierten a muchos rosarinos.

Y lo que en principio sólo era una divertida "distracción", con el tiempo fue volviéndose más serio. "Esto no les pasa a todos, así que basta de estar sorprendida y empezá a tomártelo en serio para seguir con todo esto, como si fuera un trabajo", se dijo a sí misma Sabina cuando vió el alcance que tenían sus videos. 

Gracias a ese crecimiento, hoy trabaja con distintos emprendimientos para potenciar su crecimiento en las redes, e incluso cuenta con un representante. "Me siento Susana Giménez", bromea al respecto.

"Ya no estoy yo sola en esto y depende de mi seguir intentando que me vaya bien para poder seguir trabajando con todos ellos." 

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La reacción de sus familiares y amigos

 

"En mi familia literalemente no entendían nada ni sabían muy bien cómo funcionaba Tiktok. Y después hasta empezamos a brindar en las cenas cada vez que subía 100.000 seguidores nuevos", explicó cuando se le preguntó si recibe el apoyo de sus parientes y amigos. 

"Mis amigos realmente me apoyaron mucho, con ellos hablo sobre las ideas que tengo y las cosas que quiero hacer. Tanto ellos como mi familia realmente me ayudan mucho con todo esto, porque si no pudiera hablar de todo lo que me está pasando, sería mucho más difícil para mí", finalizó. 

Sabina también tiene su perfil en Instagram, en el que comparte sus videos y la siguen más de 250 mil personas.