El papa León XIV clausuró este domingo el Jubileo de la Juventud con una misa ante más de un millón de fieles en la explanada romana de Tor Vergata, instándoles a "aspirar a cosas grandes", defendiendo que "otro mundo es posible" y manifestando su cercanía a los jóvenes de Gaza y Ucrania.
"Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos", animó en su homilía, pronunciada desde el gran escenario instalado en Tor Vergata.
El evento verdaderamente multitudinario, el mayor del aún breve pontificado de León XIV, superó el millón de participantes según las autoridades locales.
La misa había sido esperada desde la víspera por ciento de miles de jóvenes de todo el mundo que pasaron la noche al raso en el gran campamento de Tor Vergata, equipados con mantas o sacos de dormir o reposando sus cabezas en sus propias mochilas o maletas.
En su homilía, instó a los muchachos a no conformarse ni a caer en una vida dictada por el mero consumismo.
"Comprar, acumular, consumir no es suficiente. Necesitamos alzar los ojos", aseveró en su discurso, leído por partes en italiano, inglés y español.
"¡Estamos con la gente joven de Gaza y con los jóvenes de Ucrania! Con todos aquellos países ensangrentados por la guerra", proclamó antes del rezo del Ángelus desde el escenario de la explanada de Tor Vergata.
El pontífice defendió que la amplia participación en este evento juvenil demuestra que "otro mundo es posible".
"En comunión con Cristo y en nuestra esperanza de paz por el mundo, estamos más cerca que nunca de los jóvenes que sufren los más serios males, causados por otros seres humanos", sostuvo el papa, suscitando el aplauso de la multitud.
León XIV se dirigió a los jóvenes para decir que son "pruebas de que un mundo diferente, de fraternidad y amistad, es posible".
Un mundo, dijo, "en el que los conflictos no sean resueltos con las armas y con el diálogo".