La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso comenzó este martes desde las 14 una huelga nacional en plantas aceiteras como puntapié inicial de un plan de lucha en reclamo por aumentos salariales.

La huelga afecta a todas las plantas aceiteras, salvo las ubicadas en el cordón norte del Gran Rosario (San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbués), adonde está centrada la mayor capacidad, porque el Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo –a diferencia de la Federación- apostó a seguir dialogando con las empresas.

“La medida fue tomada tras la provocación por parte de la representación patronal de las cámaras Ciara, Ciavec y Carbio al negarse a la revisión de la escala salarial prevista para el mes de agosto pasado“, expresaron desde la Federación que encabeza Daniel Yofra.

Los aceiteros firmaron en abril un acuerdo por el 25% de incremento salarial con el acuerdo de volver a negociar en agosto que ahora las cámaras empresarias desconocen. Para esta ocasión, reclaman que el salario inicial actual de $68.678 pase a $81.670, tomando como referencia la canasta del Indec de la Encuesta Permanente de Hogares.

Pero desde la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) aclararon que “en mayo se pactó un 25% de aumento y se aclaró que, en caso de que la inflación 2020 superará el 25%, las partes se reunirían nuevamente, algo que no ocurrió”.

Según la entidad, “el paro no beneficia a nadie porque no va en línea con la situación del país ni el contexto que está atravesando la industria. La pandemia afecta severamente todo el Cordón Industrial ya que se ven reducidas las actividades en los puertos y fábricas. Sin embargo, las empresas decidieron compensar a los trabajadores con una suma económica que los gremios no quieren aceptar”

Para Ciara, “la industria aceitera es central para la recuperación del país. El Gobierno Nacional tomó medidas para incentivar las exportaciones del sector y el paro sindical las neutraliza, en un momento en el que el país necesita de las divisas para atravesar la crisis. Además, el contexto de la industria es adverso. La capacidad ociosa instalada asciende al 50% y las perspectivas no son alentadoras. Debido a la sequía, para la presente campaña de la cosecha gruesa, se pronostica una pérdida de producción del 30/40% para el 2021. El pedido de aumento no ayuda a cuidar los puestos de trabajo e incumple con acuerdos anteriores”.