El discurso de Javier Milei en Davos fue polémico por muchas razones: negó el cambio climático, acusó al feminismo de todos los “males” del país, apuntó contra la diversidad sexual, llamó “agenda sanguinaria y asesina” a las políticas públicas que garantizan el derecho al aborto. Pero también desmintió las brechas entre hombres y mujeres y aseguró que - en un país donde cada 33 horas matan a una mujer por el solo hecho de ser mujer - la figura de femicidio está de más.
“El feminismo radical es una distorsión del concepto de igualdad y aún en su versión más benévola es redundante, ya que la igualdad ante la ley ya existe en Occidente”, dijo el Presidente y agregó: “Todo lo demás es búsqueda de privilegios, que es lo que el feminismo radical realmente pretende, poniendo a una mitad de la población en contra de la otra cuando deberían estar del mismo lado. Llegamos, incluso, al punto de normalizar que muchos países supuestamente civilizados si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima”.
Acto seguido, señaló que ese movimiento estableció, por ejemplo, “que la vida de una mujer vale más que la de un hombre, enarbolando la bandera de la brecha salarial de género”, y continuó: “Pero cuando uno mira los datos es evidente que no hay desigualdad para una misma tarea, sino que la mayoría de los hombres tienden a profesiones mejor pagas que la mayoría de las mujeres. Sin embargo, no se quejan de que la mayoría de los presos son hombres, ni que la mayoría de los plomeros son hombres, ni que la mayoría de las víctimas de robo o asesinato son hombres y ni que hablar de la mayoría de las personas que murieron en guerras”, completó.
Sus palabras fueron crueles y ofensivas, además de lejanas a la libertad de la que tanto se jacta. Sus opositores lo denunciaron, algunos seguidores se sintieron desilusionados y lo compartieron en redes sociales. ¿Cómo impacta ese discurso en quienes una noche se acostaron con hijas o madres vivas y al día siguiente tuvieron que enterrarlas?
“No hace falta ser investigador para ver a diario en las noticias que una mujer muere cada día en manos de un violento, que muchas veces era su pareja y otras tantas algún desconocido, no hace falta ser un estudioso para ver cómo los hombres violan y violentan mujeres a diario. No solo lo vemos en las noticias, lo vemos en nuestros barrios, en las escuelas, en la calle sin más”, escribieron desde la organización Atravesados por Femicidios en un comunicado.
“Es por eso que como familiares directos de víctimas, que hemos atravesado el dolor de lo que significan estas muertes absurdas pero evitables, de una mujer de nuestras familias, queremos alertar sobre la peligrosidad de estos mensajes”, agregaron. Y le pidieron al Presidente que recuerde que “existe una ley sancionada, que es la Ley Nº 26.485 que refiere a la protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres; y que como representante de todos los argentinos, tiene el deber de no solo respetarla, sino velar por el derecho de que sea de efectivo cumplimiento”.
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“Me parece aberrante, terrible”, dijo a Rosario3 Fabiana Morón, mamá de Julieta del Pino, la joven de 19 años que encontraron enterrada en el patio de la casa de Matías Romero, un vecino del pueblo donde vivía, cuando se le consultó por las palabras de Milei.
Aberrante que en 2025 se discuta un término que fue utilizado por primera vez en 1976 por la psicóloga sudafricana Diane
Rusell en el Tribunal de Crímenes contra la Mujer celebrado en Bruselas y que lo definió como “una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres cometido por un hombre, por el hecho de ser mujer, tanto en el ámbito público como privado".
Un día después de la presentación de Milei en Davos, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona acompañó al Presidente diciendo que “sin importar nuestro sexo, somos todos iguales ante la Ley y merecemos la misma protección y respeto porque “ninguna vida vale más que otra”. Eso nadie lo discute.
Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal Argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra.
— Mariano Cúneo Libarona (@m_cuneolibarona) January 24, 2025
Como dijo el Presidente Javier Milei en Davos, el feminismo es una… pic.twitter.com/n94thxmz5b
Sin embargo, a un Gobierno que le gusta expresarse con datos y estadísticas se le pasó por alto aclarar que la figura de Femicidio se incorporó a la Ley 26.791 el 14 de diciembre de 2012 tras un arduo trabajo de organizaciones de derechos humanos que demostraron que esos crímenes que llamaban pasionales tenían un hilo conductor: la condición de ser mujer de las víctimas.
La modificación permitió cambiar las condenas e incorporó la violencia de género como un agravante. Desde entonces, cuando se trata de un femicidio, la pena condenatoria es perpetua. Además, se ampliaron las figuras de femicidio íntimo, homicidio por odio a la identidad de género y su expresión y el femicidio vinculado, que puede incluir casos en los que un hombre mata a una tercera persona para causarle dolor o sufrimiento a la mujer que es o fue su pareja.
Dos años después de la sanción, la Corte Suprema creó el registro de femicidios con la finalidad de visibilizar una emergencia y trabajar en políticas públicas que erradiquen la violencia de género. La misión de investigar con otras herramientas y miradas bajó a las provincias y por ejemplo Santa Fe creó la Brigada de femicidios para trabajar con protocolos específicos en los crímenes que involucre a mujeres y diversidades, única en Argentina y Latinoamérica.
“Nos capacitamos para ver más allá de un golpe”, explicó a este medio la subcomisaria Ángela Bruschini, que estuvo a cargo de la Brigada que esclareció hechos archivados durante años y dieron respuestas a familias que no sabían qué había pasado con esa hermana, madre o amiga. Y, a medida que el equipo avanzaba con investigaciones, Bruschini y las oficiales que trabajaban a su par sentían “que había un gran avance en la sociedad y que se entendía que se estaban matando a mujeres por el solo hecho de ser mujeres”.
“Históricamente la mujer fue sometida a tratos desiguales, en la educación, trabajo, familia, totalmente estereotipada, limitada y eso trajo violencia, golpes, insultos, humillación, y muerte. No hablo de política, ni de ideología, ni de religión, ni siquiera desde una postura que se podría llamar feminista, es solo una realidad. Esto pasa todos los días, lo sé, lo vemos, lo he visto no solo a mi alrededor, en las noticias, sino también en mi carrera, en mi experiencia y hasta en mi vida privada porque fui víctima de violencia de género, en una época en que iba a denunciar y el comisario se me reía en la cara y me
mandaba a mi casa con mi marido”, expresó la mujer que lleva un año alejada de la fuerzas por varios motivos, entre ellos, la falta de recursos para ejercer su trabajo.
“Se habla de que la figura del femicidio es discriminatorio y considero esta postura una vergüenza, ya que precisamente aparece este agravante por la gran discriminación que ha sufrido la mujer y los maltratos a los que ha sido sometida”, sentenció Bruschini y cuestiponó: "¿Quién está más en riesgo que una mujer que tiene el enemigo dentro del hogar o de su entorno, en el que ella creyó o confió?”.
La Suboficial consideró que en casos de violencia de género, “la muerte aparece antes que la muerte propiamente dicha. Lo he visto muchas veces. El terror en sus rostros, las dudas, la inseguridad. La mujer violentada muere antes de que se la mate, muere emocionalmente, muere su estima, muere su alegría”.
Y aseguró que de aprobarse el proyecto que Javier Milei quiere presentar, “ya no se tendrá dudas sobre un accidente o un supuesto suicidio, ya no se investigará con perspectiva de género, no se indagará en lo que pasaba con esa mujer en su vida, hasta llegar a la verdad y entonces, tendremos un victimario libre o procesado por delitos menores”.
“Siento un profundo dolor. Es ilógico e inexplicable”, apuntó la también docente de Violencia de Género en la escuela de especialidades del Instituto de Seguridad Pública, a quien se le informó que la materia dejará de existir.
Por el momento, hay dos certezas entre tanto revuelo: los femicidios existen y la Ley debe cumplirse.