El Centro Único de Donación Ablación e Implante de Órganos (Cudaio) presentó este miércoles una iniciativa lúdica para que docentes de escuelas primarias instalen en las aulas una temática tan importante como la donación y trasplante de órganos. 

Según comentó Mario Perichón, director de Cudaio, el principal objetivo de "El otro soy yo" es generar herramientas para incidir en la educación. El material estará digitalizado y se subirá a las plataformas educativas para que todos los docentes puedan leerlo y utilizarlo con niños de entre cinco y ocho años.

El contenido está pensado para las infancias ya que tanto Sonia Sandmann y Natalia Piedrabuena creadoras de "El otro soy yo" consideran que la salud y la educación van de la mano. En ese sentido, Piedrabuena comentó que el objetivo principal es “construir personas más solidarias y la donación es eso, ayudar a otros”. 

La modalidad lúdica para enseñar sobre la donación de órganos y trasplantes se realizará con un cuento y una obra de teatro.

Tal como explicaron los profesionales en la presentación, lo que buscan es generar una cadena de conocimientos que comienza con la capacitación docente, ese aprendizaje se traslada a las infancias y ellas luego comparten lo aprendido en sus casas con el resto de las familias. De esta forma, la donación y trasplante de órganos “no volverá a ser tabú nunca más”.  

La particularidad de “El otro soy yo” es que se trata de un método lúdico, es decir que los más chicos aprenderán mientras juegan. Y la principal moraleja es que “el otro somos cualquiera de nosotros”. 

Siguiendo en esta línea, Piedrabuena dijo que es necesario “generar conciencia para lograr una sociedad donante y de esa forma sacar a las más de siete mil personas de la lista de espera”. 

Acto seguido, Sandmann con peluches y cajas de medicamentos, explicó que a los alumnos se les realizará una mini obra de teatro junto con un cuento que tiene como protagonista a un sapo, un caracol y una babosa. 

El material estará digitalizado para que docentes santafesinos puedan capacitarse.


La historia gira en torno al caparazón del caracol. El sapo le tiene miedo pero la babosa quiere uno para sentirse segura como el caracol. Entonces los amigos salen en búsqueda de un refugio para babosa. Como no encontraron, el caracol ofrece un pedazo de su caparazón para que la babosa siga viva. Y desde entonces los dos caminan juntos, compartiendo casa. 

La propuesta terminará con una breve reflexión de cada docente que tendrá como eje la importancia de pensar en el otro. Además, se le entregará a cada niño una cajita con un pequeño espejo porque “el otro puedo ser yo”. 

“Donar órganos no es algo solo intelectual sino que debe llegar al corazón. Y es hermoso que se le explique a los chiquitos con un cuento tan lindo, que habla de amigos y compartir porque la donación de órganos es un gesto de amor”, señaló  Ezequiel Lo Cane, papá de Justina Lo Cane, la niña de doce años que falleció mientras esperaba un corazón. 

Quien además adelantó que la Casa Justina de Rosario está en marcha: “Ya me reuní con el equipo de Javkin. Falta definir el espacio físico y empezar a construirla para seguir con este tipo de actividades, promoverlas y fortalecerlas con las otras casas Justina”.