Después de haber asumido el lunes pasado como integrante de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, Margarita Zabalza (44 años) trazó los principales ejes de su gestión. Habló de “una Justicia más abierta” y “cercana a la ciudadanía”, de “revisar ciertos procedimientos”, y trabajar en el fuero laboral que tiene “alta litigiosidad”, sobre todo, en Rosario con “demoras en la resolución de las causas”. También, se mostró a favor de lograr “equidad de género” en el máximo tribunal.
Zabalza ingresó a la Corte junto a Jorge Baclini –en reemplazo de Mario Netri– para ocupar el nuevo lugar creado por ley el año pasado. Resta la asunción de Rubén Weder, quien reemplazará a María Angélica Gastaldi. En un proceso de renovación que inició el Ejecutivo provincial, su nombre fue propuesto por el gobernador Maximiliano Pullaro y resultó aprobado por la Asamblea Legislativa, no sin algunos cuestionamientos.
La flamante cortesana atendió a Rosario3 en el medio de sus nuevas obligaciones profesionales, además de ser madre de dos hijos y docente de la facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario.
–¿Cómo fue la primera semana en la Corte después de su asunción?
–Muy bien, paso a paso, son muchas cosas. No vengo del Poder Judicial y eso significa empezar a conocer la idiosincrasia interna tanto en lo administrativo como lo jurisdiccional. Es un sistema complejo interna y externamente, así que estoy poniéndome a tono y tratando de tener información sobre lo que sucede desde la organización como la disposición del territorio.
–¿Cómo juega el hecho de no venir del Poder Judicial?
–Todo tiene sus debilidades y también sus fortalezas. Puede ser una debilidad porque me puede llevar más tiempo el conocimiento de las cuestiones del mismo sistema. Pero, al mismo tiempo, es una fortaleza no venir de adentro porque te permite ver las cosas de otra manera y tener otra mirada frente a la interdisciplinariedad de los miembros de los que hoy conformamos la Corte.
–¿Cree que su edad y el ser mujer pueden jugarle en contra?
–No creo que vayan a incidir. Con respecto a lo de edad, el trabajo en complementariedad en un órgano colectivo, con otros miembros con más años y experiencias, es lo que pretendo aprender para aplicar en mi quehacer diario. Tenemos recorridos de vida diferentes y es altamente positivo. En cuanto al género, las mujeres complementan la mirada de los hombres. La Corte necesita tener más mujeres para poder lograr una paridad de género.
–Pero en abril se va la doctora Gastaldi.
–-Sí, María Angélica ha hecho un trabajo inmenso, silencioso y con perfil bajo en lo que tiene que ver con la apertura de camino para las magistradas tanto en Santa Fe como en el ámbito nacional.

–¿Qué objetivos se propuso al ingresar al máximo tribunal?
–Hay objetivos a corto, mediano y largo plazo. A largo plazo, lograr una Justicia más abierta y en vínculo con la ciudadanía, que se sepa más lo que hace. Hay muchas cuestiones que pueden ser criticadas en los diversos aspectos, pero hay un montón de actividades y hechos que no se conocen y merecen ser conocidos. A mediano plazo, avanzar en la revisión de varios procedimientos, al margen de lo penal algo de lo que más se habla porque está vinculado a la persecución del delito y la seguridad pública. Hay otros problemáticas que no están puestas en lo público y que requieren ser revisadas para llevar adelante procesos más cortos y que los jueces puedan resolver más cercanos al conflicto. Nunca hay que olvidarse que detrás de cada expediente, ya sea en papel o digital, hay seres humanos con una problemática.
–¿Tiene algún tema en particular donde pondrá más el foco?
–Me preocupa el procedimiento laboral. Rosario tiene una realidad en población muy semejante a Córdoba, pero con una litigiosidad más alta. Es muy compleja la situación del fuero laboral fundamentalmente en Rosario, a diferencia de otras como la ciudad capital u otras localidades. Hay muchas demoras en la resolución de las causas y no todas no son tan complejas. Quedan temas por resolver en cuanto a los procedimientos. Hoy se trabaja la reforma al procedimiento Civil y Comercial donde se prevén mayores instancias orales. Pero hay que revisar algunas cuestiones en el fuero laboral que por ahora no está sobre la mesa. Es más urgente lo laboral que lo civil y comercial que funciona.
–¿Qué diagnóstico hace sobre la cantidad de juzgados vacantes?
–Hay un alto porcentaje de vacantes en los juzgados. Aunque me falta información, hablan de 98 vacantes. Algunos sí hay que cubrir con urgencia y quizás otros no. Es fundamental el mapa judicial, contenido en la ley orgánica del Poder Judicial, una tarea importante más de gobierno, para analizar territorio por territorio, conocer la cantidad de expedientes y las necesidades reales.
De acuerdos y cuestionamientos políticos
–Usted resaltó en su discurso de asunción el acuerdo político por el cual se nombraron a los nuevos integrantes de la Corte. Ahora bien, ¿no lo hace ruido pensar que a ese lugar no llegan los mejores sino los que elige el gobernador y por un acuerdo político que aprueba la Legislatura?
–Hablo en términos de acuerdo político y no de pacto. Los acuerdos políticos son necesarios para construir determinadas cuestiones, como por ejemplo, elegir nombramientos en los tribunales superiores. Se necesitan acuerdos, incluso en lo nacional, y tienen que ver con las mayorías legislativas y con los perfiles de cada propuesta. Que el gobernador me haya incluido en los pliegos pesan mi trayectoria a pesar de mi edad, el comportamiento a lo largo de estos años, incluso en la universidad, el recorrido en las administraciones públicas en lo municipal y provincial, y una mirada diversa. Reivindico los acuerdos políticos para sostener las instituciones democráticas.
–El haber sido propuesta por el gobernador, luego haber sido aprobado su pliego por un acuerdo político y su origen desde un sector político puntal; ¿no la condicionan para su futuro accionar en la Corte?
–No, en absoluto. Es el mecanismo que establece la Constitución donde todos los miembros de los tribunales superiores surgen de una propuesta del Ejecutivo y en acuerdo con el Legislativo. Eso no significa condicionamiento. Cuando uno asume el compromiso de integrar una Corte es con la independencia e imparcialidad para respetar y aplicar el derecho vigente en nuestra provincia y el país. Es parte del sistema republicano, la división de poderes y la forma de elegirse. Esto ha funcionado en las distintas provincias y en otros países.

–Durante el tratamiento de los pliegos, un sector de la oposición cuestionó su falta de experiencia. ¿Le pesa?
–Por cómo se dio la discusión en la Legislatura fue un cuestionamiento para posicionarse por parte de un sector de la oposición. Y lo entiendo. Ahora, ninguno de los que nos cuestionaron asistió cuando fuimos a la Legislatura junto a los otros candidatos. No había nadie para conocernos, hacernos preguntas y después argumentar. Entiendo que fue más una cuestión política que un cuestionamiento por la falta de experiencia.
–¿Qué creen que dirán aquellos que hacen una carrera judicial y tienen como objetivo llegar al lugar más alto que es la Corte?
–No es sólo carrera judicial. No llegan a la Corte sólo los que hacen la carrera judicial. En el caso de Baclini también le requirió terribles esfuerzos a lo largo de su carrera. Ni (Daniel) Erbetta, Gastaldi o (Roberto) Falistocco vienen de la carrera judicial. En un tribunal superior a nivel nacional tampoco todos los ministros vienen de una carrera judicial. Hay muchos que ingresan a trabajar en Tribunales y tienen oportunidad de concursar para ser titulares de un juzgado o camaristas y no necesariamente terminan en un tribunal superior. La Corte es un órgano que tiene que potenciar la diversidad de miradas desde quien viene del ejercicio de la profesión, del mismo Poder Judicial o de una trayectoria académica. Esa multiplicidad y en la diversidad es potenciar.
Algo personal
–¿A qué se compromete?
–Lo importante es el compromiso y responsabilidad de mi parte. La cercanía en el ámbito de trabajo. No van a faltar apertura y diálogo con todos, desde con un ordenanza hasta los ministros de la Corte.
–¿Va a seguir dando clases (es docente de Derecho Tributario y dirige el posgrado de la especialidad en la facultad de la UNR)?
–Sí. No voy a dejar. A pesar del sacrificio que significa es algo que me llena profundamente el alma y me gusta mucho.
–¿Qué emociones la atraviesan por éstos días?
–Un montón. Miedo a equivocarme, soy muy exigente y me he equivocado y también he corregido errores. De alegría, por supuesto. Y el desafío de poder compatibilizar la carrera profesional con mi rol de madre y esposa.
–¿Qué le dijeron en su familia cuando fue elegida?
–Para mis padres, una alegría y un orgullo enorme, con mucha cautela al principio hasta que se concretó en la realidad. De mi marido, un apoyo permanente desde el primer momento.
–¿Cómo se lleva con el hecho de ser la hija de?
–No me puedo quejar porque siempre para mí fue un halago, un orgullo. Nunca nadie lo hizo de manera despectiva; tampoco lo tomé así, siempre con la mejor onda de todo el mundo. Con algunos miembros actuales del Poder Judicial ser la hija de Juan Carlos (por su padre) te abre un vínculo diferente.
Un recuerdo
En ocasión del día del padre, en junio de 2022, Rosario3 publicó una nota sobre cómo la pasión por la política se transmitía a través de las generaciones. Y una de las historias que se contó fue la de Margarita y su papá. En aquella oportunidad, ambos compartieron anécdotas y recuerdos sobre cómo fue el vínculo mientras la política se mezclaba con lo familiar. Todavía estaba muy lejos la posibilidad que la hija mayor de Juan Carlos –militante histórico del socialismo, diputado nacional y funcionario de las distintas gestiones de su partido–podría llegar al escalón más alto de uno de los poderes de Estado santafesino. ¿Fue una premonición?.