Luego de confirmarse que el cadáver hallado este miércoles en el Paraná frente a la estación Fluvial pertenece a Carlos Orellano, desaparecido el lunes a la madrugada cuando fue a un boliche de este complejo, comienza la investigación para determinar qué y cómo produjo la muerte del joven de 23 años. Y pueden ser clave rastros de sangre encontrados afuera del local.

El fiscal que quedó a cargo del caso, Patricio Saldutti, dijo a la prensa que no se halló hasta el momento sangre “en el interior del boliche” aunque sí en un pasillo lateral que conduce al río así como “presuntos rastros de sangre” en otro corredor de la parte trasera de Ming River House. Todo será sometido a pericias.

“La gente del boliche no reconoce ningún problema esa noche”, señaló el fiscal, y señaló que secuestró las cámaras de seguridad del local y de otros privados de la zona, aunque el sistema de videovigilancia de Ming al parecer no estaba funcionando.

“El dueño dijo que no filmaban desde hace unos días, y él acredita con su celular un contacto donde dice eso”, señaló Saldutti, mientras también se perita material informático de diferentes dispositivos incautados en el lugar.

Detalló también que se secuestraron los teléfonos celulares de los 12 “efectivos de seguridad privada”, de dos policías que cumplían adicionales y del propietario del comercio.

A la espera de la autopsia

 

Desde el lugar donde fue hallado flotando el cuerpo de Carlos, Saldutti ordenó su envío al Instituto Médico Legal (IML) para determinar mediante una autopsia la causa de la muerte.

“Es muy pronto para hablar de una carátula y tampoco puedo dar precisiones sobre lesiones que pudiera o no pudiera tener”, dijo el fiscal, quien ordenó apartar a la Policía provincial de la investigación, justamente porque dos agentes prestaron servicios adicionales en el boliche.

Se aplica de esta forma el llamado protocolo de Minesota para que ningún colega de los implicados tenga acceso al caso, donde sí interviene la división de Asuntos Internos y la Policía Federal.

El cadáver fue trasladado para su autopsia. (Alan Monzón/Rosario3)

¿Muerte violenta?

 

Carlos Daniel Orellano fue visto por última vez con vida el lunes a la madrugada. Había ido a bailar al boliche Ming River House, que se encuentra en La Fluvial y desde entonces no se supo más de él hasta este miércoles, cuando su cuerpo fue hallado flotando en el Paraná en esa misma zona.

No están claras las circunstancias de su caída al agua. Las primeras hipótesis señalaban un hecho accidental –indicaban que Carlos estaba en la baranda y habría trastabillado– o una acción deliberada. No descartaban que el joven se haya arrojado al agua para acabar con su propia vida.

El papá de Carlos, Edgardo Orellano, señaló otras explicaciones posibles a partir de testigos que vieron a su hijo ser golpeado por los guardias de seguridad de la disco. Sostiene que el joven habría sido sacado a los golpes del boliche por patovicas al intentar ingresar al sector “Vip” sin autorización. 

Dicha paliza habría continuado hasta llegar afuera y es entonces cuando se plantean dos escenarios posibles: los propios custodios empujaron al muchacho al río, o bien cayó al agua por un golpe.