Por los crímenes de su madre y de la pareja de ella, apuñalados en enero de 2024 en una vivienda de barrio Plata, Mauricio Cristian Marionsini, un ex prefecto, acordó una pena de prisión perpetua en tiempo récord. Este viernes, un tribunal homologó el acuerdo presentado por el fiscal Alejandro Ferlazzo y la defensa, y así se evitó que el caso fuera a juicio oral. El acuerdo fue convalidado por los jueces Pablo Pinto, Mariano Aliau y Hebe Marcogliese. Casi toda la secuencia homicida había quedado filmada por un circuito de video del interior del domicilio.
Doble crimen atroz
Aquel 20 de enero de 2024, Marionsini –un hombre que tenía severos problemas de consumo de cocaína, había tenido un breve paso por Prefectura Naval Argentina (PNA) y había regresado a Rosario tras vivir unos cinco años en Miami– esperó que se fuera el empleado de la despensa que funcionaba dentro de la propiedad de su madre, Tamara Marionsini (53), en Vera Mujica al 4800, en la intersección con Fragata Sarmiento. Cuando Tamara fue a apagar las luces del negocio, su hijo, que estaba agazapado, la apuñaló por la espalda. Lo siguiente que hizo fue ir a la habitación donde dormía la pareja de la mujer, Silvio Rubén Martini (65), y lo hirió de varios puntazos.
Según la prueba, el ex prefecto volvió después a dirigirse a su madre, a quien volvió a apuñalar y luego reiteró las cuchilladas en el cuerpo del novio de la mujer, que había alcanzado a salir de la habitación para ir al comedor. Como las víctimas continuaban con signos vitales, el fiscal comentó que Marionsini “comprimó sus zonas vitales” hasta matarlos.
Después del doble crimen, Marionsini robó plata del almacén, se quedó con los celulares de las víctimas y se fue a su casa –que está en la parte trasera de la propiedad– para cambiarse de ropa. La secuencia continuó con el homicida limpiando la escena del ataque, ocultando los cuerpos dentro de bolsas de consorcio y trasladándolos hasta otra parte del inmueble. También lavó las sábanas que estaban manchadas con la sangre de Martini.
Como tenía los teléfonos de Tamara y Silvio, Mauricio escribió mensajes a los empleados del comercio para decirles que la despensa no iba a abrir sus puertas el mismo sábado 20 de enero, y se quedó dentro de la casa hasta las 18.30, cuando llegó el Comando Radioeléctrico por un llamado al 911 que habían hecho vecinos que estaban preocupados por el cierre de la despensa, porque la mujer les había respondido los mensajes de WhatsApp de una manera que no era la habitual y porque conocían que ella estaba amenazada de muerte por su hijo –el 13 de diciembre de 2023 le había mordido la cara–, ya que Mauricio pretendía que vendiera el inmueble para saldar una deuda que había contraído.
El legajo penal está repleto de testimonios que mencionan el carácter intratable de Mauricio y la violencia con la que se manejaba. "Cuando yo hablaba con Tamara, ella sabía todo lo que hacía su hijo y tenía mucho miedo. No había forma de controlarlo a este chico, a Silvio muchas veces lo ha hecho llorar de las cosas feas que le decía", dijo una testigo.
Otro testigo contó: "Cuando Mauricio volvió de Miami, se empezó a drogar con todas las drogas habidas y por haber. Tal vez empezó a drogar allá, no lo sé. Antes de Miami, él era un tipo que hacía fisicoculturismo. Las drogas lo consumieron".
Pruebas contundentes
"Tenemos un caso que está probado al extremo, casi en todos los extremos planteados por la Fiscalía", había dicho el fiscal Ferlazzo el 25 de enero del año pasado, ocasión en que fue imputado Marionsini, quien tenía severos problemas de consumo de cocaína. Prácticamente la totalidad de la espeluznante secuencia quedó filmada por cámaras que había en el interior de la vivienda, cuya presencia el homicida no contempló. La prueba fue contundente.
La pena máxima fue por homicidio calificado por el vínculo, por mediar un contexto de violencia de género, por ensañamiento y por alevosía (en el caso de su madre), y homicidio calificado por ensañamiento y por alevosía (por el ataque a Martini). A eso se le agrega hurto agravado, por el robo de dinero y mercadería del inmueble y de la granja.