Un youtuber conocido como El Quechuga, que integraba un grupo que buscaba notoriedad en redes sociales haciéndose llamar los “caza-violines” –dedicado a la búsqueda por aplicaciones de citas de presuntos pederastas para secuestrarlos, torturarlos y escracharlos– fue detenido junto a cuatro cómplices en una causa que investiga la Justicia bonaerense, que concretó las detenciones a comienzos de mes.
Brandon Joaquín Maldonado, un fisicoculturista de alrededor de 30 años con más de 80 mil seguidores en Instagram en su cuenta @ibrandon_hits, donde hace gala de un alto nivel de vida, cayó preso junto a sus presuntos secuaces a partir de una investigación judicial que se nutrió de denuncias de hombres que fueron humillados y sometidos a vejámenes, cuyas grabaciones eran subidas a las redes del grupo.
El modus operandi de los autodenominados justicieros consistía en la creación de un perfil femenino en redes de citas que funcionaba como “carnada” para “cazar” a supuestos pederastas. Una vez que el hombre era advertido —falsamente— de que la persona con la que chateaba era menor de edad y aun así insistía en concretar un encuentro, la cita era pactada.

En el lugar acordado, el supuesto abusador era “capturado” por la banda de Maldonado y sometido a tormentos y escraches que, ahora, parecen configurar delitos como privación ilegítima de la libertad y lesiones. En el canal de YouTube del grupo aparecen videos recientes con títulos como: “¡Cazamos a depredador colombiano en mi casa!”, “Violín cazado y domado, parte 1” y “Empresario de 51 quería con una de 12, atrapado”.
La investigación que puso a Maldonado tras las rejas estuvo a cargo del Juzgado Nacional de Menores N° 1, conducido por Cristian Von Leers, y la Secretaría N° 3, de Rodrigo Lozano, con asistencia de la brigada de investigaciones de la Comuna 5 de la Policía de la Ciudad, según consignó Infobae. Al parecer, hubo declaraciones de hombres que fueron sometidos y escrachados por los “cazaviolines”.
Maldonado fue puesto en prisión el 2 de abril junto a tres varones –uno de ellos menor de edad– y una mujer que integraban la “productora” QuechugaTV.
Maldonado comenzó a hacerse viral hace algunos años por sus videos en los que, presuntamente, “cazaba” a virtuales pederastas que –según él mismo relataba– había citado en un lugar público haciéndose pasar por una menor de edad. Cuando los tenía frente a él, en lugar de dar aviso a la Policía, los golpeaba valiéndose de su superioridad física.
“Comenzó mostrando ese tipo de material y cobró cierta notoriedad en el mundo de las redes sociales. Sus videos, muchas veces, se hacían virales. Luego de eso, se cebó y formó un grupo de personas que llevaron esas situaciones a límites insospechados. Ya no solo golpeaban en la vía pública, también los secuestraban durante horas para torturarlos”, explicó un investigador citado por Infobae. El objetivo de Maldonado, según los detectives, era el goce del sufrimiento ajeno y la creación de contenido para las redes sociales.
Sin embargo, según la investigación judicial, muchas de esas situaciones eran inventadas y generadas por ellos mismos.
"La verdad, me equivoqué. Me arrepiento", expresó el presunto líder de los “caza-violines”, intentando así mejorar su situación procesal, según indicó Hechos y Derecho.
Allá por 2020, cuando empezaba a ganar notoriedad, Maldonado declaró que simplemente emulaba a un youtuber norteamericano. “El primer video lo hice en el año 2016, fue porque vi un caso de un estadounidense llamado Justin Payne, el cual hacía contactos con pedófilos y después los escrachaba en las redes sociales. Yo tomé ese formato, lo copié y lo empecé a implementar con casos de acá”, destacó.
El joven añadió: “Cuando hice el primer video tuvo mucha repercusión en la gente y, a partir de allí, incluso por pedido de distintas personas, seguí con esa idea”.
Respecto a cómo contactaba a los hombres, explicó: “Hasta llegar al depredador lo hacía ingresando a distintas páginas de encuentros y me conectaba con un nombre de mujer. A partir de que comenzaba a chatear, luego la charla seguía por WhatsApp”.
“Me pedían fotos, pero varios me mandaban imágenes de sus miembros íntimos, por ejemplo. La conversación seguía hasta que en un momento se acordaba el encuentro y allí se desataba el escrache, y yo los increpaba tal como se ve en los videos”, dijo el youtuber.