Esteban Lindor Alvarado, presunto jefe de una asociación ilícita integrada por policías y civiles, no solo fue imputado por tres balaceras contra el Poder Judicial y por ser líder de una organización que contó con participación y protección de agentes de la fuerza de seguridad. Además, fue acusado de haber dejado un mensaje mafioso en la puerta del domicilio particular de una empleada de Fiscalía 10 días antes de balear esa misma vivienda.

Según la acusación llevada adelante este viernes por los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra y Paola Aguirre, Alvarado ordenó a miembros de su banda que dejen en la puerta de la casa de la empleada del Ministerio Público de la Acusación (MPA) la cabeza de un perro adentro de una caja.

De acuerdo a los datos volcados en la audiencia por el fiscal Schiappa Pietra, la orden era colocar al lado de la cabeza del perro un papel que dijera "así vas a terminar". Ese papel no fue hallado, ya que el familiar al ver el contenido de la caja la arrojó.

El hecho imputado en cuestión sucedió el 14 de enero pasado. El domicilio elegido para enviar el mensaje mafioso fue el de una empleada que se dedica a hacer relevamientos patrimoniales para los fiscales que investigan organizaciones criminales. 

Los fiscales sostuvieron que el objetivo era "obtener una variación del curso de la investigación del homicidio de Lucio Maldonado". Por instigar ese crimen, ocurrido el 13 de noviembre del año pasado, el líder de la banda está preso.

El 31 de enero, es decir, 10 días después de ese mensaje mafioso, dos personas en moto efectuaron ocho balazos contra la casa de la empleada del MPA situada en Rioja al 500, en barrio Martin. Cuatro impactaron en la puerta y tres en una ventana. El ataque se ejecutó a las 2 de la mañana de ese jueves.

Según indicó el fiscal Schiappa Pietra este viernes, una de las balas que entró a la casa impactó a una distancia de entre 30 y 60 centímetros de uno de los familiares, que en ese momento dormía en su cama.

La huida de los atacantes, ya explicada a través de una publicación de Rosario3.com, fue de película. Los sospechosos, con casco puesto, abandonaron la moto a los pocos metros y se subieron a un Volkswagen Up gris. El auto luego huyó en dirección a la zona sur de Rosario.

Luego se conoció que ese Volkswagen fue robado en Córdoba y fue pintado de gris en Rosario, ya que la banda pretendía simular que el autor del ataque era Rodrigo Ortigala, una persona de enemistad manifiesta con Alvarado que tiene casualmente ese vehículo.