El gobierno nacional incrementó el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) pero menos de lo previsto y el impacto no se trasladó a los precios finales en las estaciones de servicio.

Si bien primero se informó de una suba de alrededor de 2 por ciento en YPF y otras firmas en Rosario, estacioneros locales lo desmintieron y afirmaron que el ajuste en los costos por ahora fue absorbido por las petroleras y no trasladado al consumidor.

La nueva suba en los combustibles se debe a un ajuste en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), que originalmente estaba prevista para julio y que el gobierno nacional decidió repartirla entre agosto y septiembre.

El incremento de 11,8% por litro de ese tributo que estaba previsto para julio se redujo a 3,9% durante este mes y el 7,9% restante se desdoblará entre agosto y septiembre, informó Clarín.

De acuerdo al decreto 531/2019, el gobierno consideró "conveniente prever una mayor gradualidad, determinando que el incremento total en los montos del impuesto originado en la actualización de que se trata, surta efectos para los hechos imponibles que se perfeccionen desde el 1° de septiembre de 2019, inclusive".