En una semana financiera agitada, las implicancias del default de Bioceres SA siguieron ocupando un lugar central en la agenda de los operadores.
La ausencia de clarificación oficial de lo sucedido a una semana de que trascendiera la noticia del impago de los compromisos bursátiles es vista, al menos hasta ahora, como un indicio de debilidad institucional.
Según averiguó Rosario3, Caja de Valores (que tenía en custodia los Pagaré Bursátil no abonados y los próximos a vencer) empezó a hacer las gestiones de cobro de rigor con Bioceres SA sin haber trascendido las respuestas obtenidas, mientras que en el Mercado de Valores Argentino (MAV), plaza en la que se negociaron los Pagarés, siguen esperando que aparezcan interlocutores válidos de la compañía para poner en blanco sobre negro lo ocurrido.
Por lo pronto, a diferencia de lo que ocurrió con las recientes caídas de otras empresas vinculadas al agro (como lo fue Red Surcos), lo emblemático de la marca involucrada, que es Bioceres, corrió esta vez del foco de la atención a la figura de "Pagaré Bursátil", que viene acumulando impagos en el último tiempo.
Es más, así como va ganando detractores, el Pagaré Bursátil también tienen quiénes los defiendan sosteniendo que, por el contrario, lo provechoso del instrumento es que se trata de un contrato de ejecución inmediata y que, ante su incumplimiento, se puede accionar de manera inmediata (incluso judicialmente), a diferencia de las Obligaciones Negociables (ON).
Siguiendo esa línea, vuelve a aflorar el papel de la Agencia de Bolsa (Alyc) que antes de ofrecerle la alternativa de compra al cliente debe conocer bien la empresa sobre la que se asume el riesgo (básicamente un pagaré, comprar riesgo de una firma).
¿Estaban las Alycs que ofrecieron los pagaré de Bioceres SA al tanto de todo el canje accionario que vació de negocios y llenó de deuda a Bioceres SA llevándose el control a otra firma?
Sobre el tema de los agentes, hay previsto para la semana que viene nuevos contactos entre la directiva de Moolec, la sociedad controlante del holding, con un grupo de agencias de Bolsa (Alyc) de Buenos Aires, que tienen de clientes a inversores en los Pagarés defaulteados, luego de un primer y fallido contacto en el que, dijeron los acreedores, la empresa no pudo presentar un diagnóstico, y mucho menos un plan de salida, serio y profesional.
Es más, el CEO de Moolec, Alejando Antalich, no pudo en esa reunión ni responder a la pregunta de quiénes eran los directores de Bioceres SA luego del movimiento accionario que corrió a la hora defaulteada de un lugar central del holding.
Del resultado del próximo encuentro dependerá mucho de que los acreedores no empiecen a recorrer el camino judicial, puerta que quedó abierta tras el primer contacto.
Lo que no cierra entre las Alyc involucradas es que siendo los compradores de pagaré básicamente fondos institucionales (un puñado de grandes compradores y no cientos de tenedores minoristas), Bioceres SA no haya abierto una instancia de refinanciación previa al default, lo que es común en estos casos y es parte de la gimnasia del sector corporativo, y los haya dejado vencer sin avisar.
Otra incógnita que alimenta las versiones de que dejaron las deudas en un empresa (Bioceres SA) y se llevaron los negocios a otra (Biox).
El caso Rizobacter
En ese contexto, uno de los temas que se repitió en las conversaciones es sobre el futuro de la fábrica de coadyudantes Rizobacter, una de las empresas del grupo y, a la postre, el principal activo “en fierros” que conserva el holding en el país, y sobre el cuál vienen sobrevolando temores acerca de su salud financiera desde hace tiempo.
Que su controlante sea Bioceres Crop (Bix), la empresa que cotiza en Wall Street ahora controlada por Moolec, no alcanzó a calmar a proveedores, clientes y tampoco a sus inversores financieros.
Pero el viernes, la agencia de calificación FIX aportó algo de tranquilidad.
Y si bien, a primera vista, la novedad no parece halagüeña porque le bajó la nota de emisor de Obligaciones Negociables (ON) de corto plazo de A1 (arg) a A2(arg), lo importante es lo que significa para la agencia la calificación: “tiene una satisfactoria capacidad de pago en tiempo y forma de los compromisos financieros respecto de otros emisores o emisiones del mismo país, aunque con un margen de seguridad que no es tan elevado como en la categoría superior”.
"Tiene satisfactoria capacidad de pago en tiempo y forma", es el mensaje central.
Entonces, ¿por qué le baja la calificación? Fix fundamenta la decisión "en la incertidumbre sobre el impacto en la flexibilidad financiera ante la cesación de pagos de uno de sus accionistas (Bioceres SA)".
Y en lo que parece más un artilugio de redacción para dejar el paraguas abierto por las dudas, Fix considera que "este evento (por el default) no tendrá un impacto directo sobre los flujos de la compañía, pero podría verse mermada su flexibilidad financiera”.
Eso sí, Fix no descarta que podría continuar bajando la nota en el corto plazo, entre otros factores porque la necesidad de financiar a sus clientes, junto con el deterioro de la capacidad de pagos de los productores agrícolas argentinos, hizo que el pasivo de la Rizobacter creciera y demande continuo apalancamiento.
“Durante los últimos años, la compañía sufrió un deterioro de sus métricas crediticias como consecuencia de un crecimiento del nivel de endeudamiento por un lado, haciendo que el nivel de deuda pase de 129 millones de dólares a junio 2022 hasta alcanzar los 181 millones a marzo 2025. De esa manera, el ratio de apalancamiento neto creció en los últimos años pasando de 1,7x en junio 2022 hasta 6,6x a marzo 2025 (año móvil, medido en dólares)”, señala el documento.
No obstante, la calificadora se muestra optimista con el largo plazo de la empresa. En el informe destaca que las inversiones en la planta de adyuvante en Brasil han finalizado y la misma se encuentra actualmente iniciando el ciclo productivo.
“Junto con la planta de biotecnológicos en Argentina, inaugurada en septiembre 2024, permitirán a Rizobacter eficientizar sus procesos de producción asegurando calidad, bajar costos, y diversificar la fuente de ingresos y base de activos”, señala.
Y es que la planta de Brasil le permitirá a Rizobacter ampliar las posibilidades de realizar negocios con otros productores de agroinsumos en el área de tercerización de la producción.
“En el largo plazo, de no haber impacto en la flexibilidad financiera, la calificación podría tener una mejora en caso de que la compañía genere flujos incrementales mediante su planta de Brasil, como así también bajo una normalización de los precios que permitan recuperar con márgenes consistentemente superiores al 20%, seguido de un proceso de desapalancamiento”, completó Fix.
En el caso de Rizobacter cumplir con los pagos pendientes, el desafío que tienen en frente será lograr que le presten para adelante. ¿O tendrá que hacer como Argentina y pagar todo con superávit?
Finalmente, en la senda de las buenas señales de que los defaults no se entenderán a otras unidades del grupo, Bioceres Semillas, que venía remolona para los pagos comprometidos, empezó a saldar hacia fin de la semana compras (sobre todo en soja) por granos que ya había recibido.
En efecto, productores que estaban escalando en nervios por los retrasos, que comenzaron antes de que se conociera el default de los pagarés bursátiles de Bioceres SA, vieron que en las últimas 24 horas Bioceres Semillas cubrió pagos pendientes y, al menos ellos, tendrán un fin de semana de alivio.