Vicentín está en crisis porque se quedó sin plata para pagar los sueldos. Y esa iliquidez es producto de la incapacidad de su conducción para conseguir negocios (contratos para producir a fason) que mantengan la actividad fabril y portuaria de todas las plantas del grupo aceitero.

Hacia finales de febrero, y ante la inminencia del vencimiento de los fasones que tenía contratado, Vicentín intentó que los acreedores que le habían ganado la pulseada en la Justicia (porque la Corte Suprema de Justicia entendió que la oferta de pago no se podía homologar por inconstitucional) le aporten los anticipos financieros y los granos que su directorio fue incapaz de conseguir de terceros.

Pero la propuesta fue rechazada por una sencilla razón: mientras sigan al frente de la conducción y del control accionario los mismos actores que protagonizaron el más escandaloso default en la historia del mercado de granos no habrá seguridad y confianza como para involucrarse en la dirección de la compañía.

Igual, ante la negativa, y en parte también alentado por la propia Vicentín, asomó un interrogante central: ¿Tienen los acreedores liderados por Grupo Grassi el plan y los fondos para poner en marcha el holding en caso de que su propuesta de pago sea la preferida por los acreedores en el cram down?

“Desde el primer momento estamos trabajando en la elaboración de un plan coherente y racional sobre lo que se puede hacer para poner en valor a Vicentín; porque esa es nuestra idea: poner en valor a la empresa; que es todo lo contario a desguazarla”, comenta a este medio Mariano Grassi, referente del grupo cerealero (segundo acreedor comercial en importancia) que lideró la resistencia contra el intento de desguace de Vicentín que, entiende, provocaría el plan de la empresa.

En diálogo con Rosario3, Grassi esbozó los trazos gruesos de su estrategia. “Enfrentamos una complejidad mayúscula, convirtiéndola en tres complejidades menores: originación, crushing y comercio exterior”, arranca el relato.

x) Originación de granos: Se trata del negocio que Grassi entiende muy bien. “Es lo que sabemos hacer”, enfatiza. “Acá vemos una oportunidad. Al agro es poco lo que se le debe dentro de la acreencia total, y eso permite armar una estrategia que lo cuide al agro. Una estrategia win win en la que si el agro ayuda a la nueva Vicentín, la nueva Vicentín lo podrá ayudar”, cuenta.

Grassi no pretende adelantar detalles de la propuesta (de cara a un cram down en la que no descarta competir con terceros interesados y no sólo con la oferta de Vicentín), pero aclara que no se trata de una acción compulsiva.

“Nuestra idea para poner en valor a la empresa es una estrategia de originación asociativa. Así fue la filosofía que inspiró nuestro corre-acopio Commodities, que es líder del mercado, porque no le competimos a nuestros clientes sino que le dimos herramientas para que compitan con el directo y los sumamos al negocio. Agrandar la torta, de eso se trata", relata.

"Es el mismo espíritu que tenemos en Isowean, la mayor granja de cerdos de Agrentina, cuando nos asociamos tenía 1200 madres, hoy  12.800 y vamos por 17.000 para el año próximo. En la granja nuestros clientes son socios en el engorde, y ganamos o perdemos juntos, no es hotelería. Armar una estrategia asociativa para Vicentín no es algo nuevo para nosotros. Es lo que hacemos y por eso vemos una gran oportunidad en la nueva Vicentin no sólo para recuperar las pérdidas sino para agrandar el mercado. Como la cultura de negocios en Estados Unidos, se asocian los mejores y salen cosas buenas”, destaca.

x) Crushing: “Al analizar el crushing, sabíamos que no teníamos el talento. Y la solución es contratarlo. Argentina está llena de profesionales con know how y trayectoria en la industrialización de granos. Hay excelentes colaboradores que se pueden sumar a los distintos activos de la empresa y en Vicentin hay muchísima gente muy valiosa. Se pueden armar equipos pujantes. Ya tenemos un equipo sólido liderado por un ex director industrial de Cargill y Cofco, que nos asesora desde un primer momento y ya estuvo recorriendo las plantas”, explica Grassi.

Sobre las inversiones industriales atrasadas (básicamente mantenimiento), Grassi la estima en torno a los u$s20M y considera que esa cifra no es un problema, y proyecta rápidos desembolsos para poner en línea la infraestructura

x) Comercio exterior. “Es la temática más compleja para nosotros. No es que hacer originación no sea complicado porque hay que competir con grandes jugadores, pero el comercio exterior es el gran desafío, por que el volumen de Vicentin es muy importante y no habrá tiempo para arrancar gradualmente", admite.

"Pero hay mucho talento disponible para conformar los equipos, hay Argentinos con trayectorias internacionales, mucha experiencia y los contacto. comerciales necesarios para que la empresa pueda operar rápidamente. Pero nuestra prioridad está en realizar un despegue tranquilo, sin sobresaltos ni sorpresas, y para eso estamos dispuestos a compartir el negocio”, destaca el cerealista.

Para hacer frente a ese desafío, en Grassi vienen trabajando por dos carriles. “Hace más de dos años que estamos hablando con participantes del mercado global. Empezamos por el exterior, dialogando con jugadores del negocio sin activos en Argentina. Fuimos manteniéndolos al tanto de la situación para que cuando llegue el momento de entrar al mercado, podamos cerrar convenios de abastecimientos, tipo frame, con algunos de los grandes. Para eso tenemos el asesoramiento de expertos que están con nosotros desde el inicio, con llegada a ese selecto grupo de 12/15 grandes jugadores”, detalla el empresario.

“Por otra parte, desde el fallo de la Corte empezamos a hablar con grandes jugadores que ya están instalados en Argentina. Eso está ocurriendo ahora. Ya estamos en conversaciones. Y lo que buscamos con ellos no son contratos de abastecimiento sino que sean socios comerciales;.compartir el riesgo y el negocio. No estamos buscando empresas que nos contraten fasones. Sabemos que hay muchísimo valor para capturar poniendo en marcha la empresa, pasando de una valuación de desguace al de una empresa funcionando normalmente, y de la mano de uno o dos participantes de gran talla es la forma menos riesgosa y rentable de hacerlo. No se trata de inventar la rueda”, abunda Grassi.

-¿Hay interés?, preguntó Rosario3.

-“Hay más de uno interesado. Es más, no descarto que alguno hasta se presente con oferta propia en el cram down”.

A la hora de abundar las diferencias entre ambos modelos, Grassi dice: “Uno es el modelo de Molinos Agro y de AGD que le venden al mercado internacional de manera directa. En todas las mesas de trading del exterior hay argentinos trabajando y muchos interesados en volver al país con propuestas como esta. Hay especialistas con know how y contactos para exportar directo cerrando convenios de abastecimiento. Por el contrario, el otro modelo es menos riesgoso para el momento inicial porque entrarías al mercado externo asociado a uno de los grandes. Veo este último más ajustado a las necesidades de arranque de la nueva Vicentin, exportar asociado (en riesgo compartido) a uno de los grandes”.

-El negocio cerealista exportador es de capital intensivo. No en vano hay pocos y grandes jugadores a nivel mundial. Es constante la necesidad de conseguir dólares para prefinanciar exportaciones, y eso supuso siempre una tensión (y riesgo a sobre endedudase) en los grupos aceiteros argentinos que no tienen un casa matríz que les mande los dólares desde afuera. ¿Cómo piensan conseguir ese abastecimiento permanente de dólares?, preguntó Rosario3.

-Primero, hay que acomodar la empresa en el marco del cram down. Y logar que pase de tener un valor de desguace a un valor de empresa en funcionamiento. Con la empresa afrontado un plan de pagos soportable y certero y con sus números ya saneados, la empresa tiene distintas alternativas para garantizar financiación. Siguiendo con los dos modelos, un socio comercial podría financiar contra garantías apropiadas, también aportar pagando los embarques a las 48 hs. En la otra mano, si el modelo es parecido al de Molinos o AGD, existen bancos y fondos interesados en financiar el comercio exterior, y nuevamente, con un plan de pagos y los activos “liberados” en Vicentin, hay garantías de sobra.

La idea del empresario es avanzar con varios socios comerciales lo que, entiende, le daría más fortaleza al arranque del círculo virtuoso que vislumbra. Y asegura que estás viendo mucho interés, ahora que iniciaron las rondas de consulta en el país y que se materializa cada vez mas que la definición será en el Cram Down.

En ese contexto, insiste con que una razón para atraer a socios es mantener a Vicentin como unidad productiva sin desguazarla porque en el mix de activos logra una competitividad de costos de procesamiento y embarque que atraen a los grandes exportadores con necesidades de crushing y elevación portuaria.

“El futuro es prometedor. Esta empresa no puede ir a la quiebra. No va a quebrar ni tiene que ser desguazada. Hay buenos negocios para hacer que permitirían a los acreedores recuperar perdidas, a los socios, ganar dinero, y a los empleados mantener sus trabajos y recuperar la tranquilidad y las certezas porque todas las instalaciones se reactivarían a pleno”, finalizó.

¿Cómo sigue la historia? Mientras que sigue sacándole punta al plan, Grassi espera la convocatoria al cram down, no descartando tener que competir con varias ofertas (no sólo la de Vicentin) y a la espera de que la actual conducción encuentre la forma de sobrellevar la angustiante transición.