Guardar el perfume en la heladera es uno de los mitos que continúa transmitiéndose de generación en generación. La lógica parece simple y remite a que el frío conservaría los componentes volátiles del perfume y prolongaría su vida útil. Pero, ¿qué tan cierto es esto?

¿Perfume en la heladera?
Según especialistas en perfumería, la temperatura ideal para conservar un perfume ronda los 15°C, lejos de la luz directa, la humedad excesiva y los cambios bruscos de temperatura. Justamente lo que no ofrece una heladera doméstica, donde los niveles de humedad son altos y la temperatura puede variar con cada apertura de puerta. Esto podría afectar la composición del perfume, degradando sus notas y hasta alterando su aroma original.
Por otra parte, los frascos de perfume no están diseñados para ambientes fríos y húmedos. La condensación interna, el contacto con otros productos (como alimentos) y la constante vibración del electrodoméstico pueden afectar tanto el envase como el contenido. En resumen: más que conservar el perfume, la heladera puede acortar su vida útil.

Por ello, los expertos recomiendan almacenar las fragancias en un lugar fresco, seco y oscuro, como un cajón o una estantería lejana a ventanas y fuentes de calor. Y, si el perfume solo se usa en ocasiones especiales, no hace falta refrigerarlo: basta con mantenerlo en su caja original y evitar exponerlo al sol.