Emanuel Daniel “Ema” Suárez, condenado como partícipe en el asesinato de Roberto “Pimpi” Caminos, jefe de la barra brava de Newell’s, volvió a sentarse en el banquillo de los acusados. Este viernes, el fiscal Pablo Socca lo ubicó junto a su pareja Andrea Alé, su hijo Dylan Salinas y una cuarta persona –Agustín “Winwui” Ullua– como presuntos partícipes en tiroteos que tuvieron lugar en febrero pasado en el complejo Fonavi Parque Oeste, donde hubo varios heridos

Ante la jueza Lorena Aronne, el fiscal atribuyó a Suárez, Salinas y Ullua haber organizado la balacera que tuvo lugar el 12 de febrero pasado en Pedro Lino Funes al 2100, donde vive un integrante del clan Tripi –que tiene varios integrantes condenados por narcotráfico– que estaba con arresto domiciliario por una causa de la Justicia de Menores, por una resolución del viejo sistema de procedimiento penal. En ese hecho, fueron diez los disparos calibre 9 milímetros que dieron contra la puerta de la vivienda.

Suárez y parte de su estructura quedaron filmados en los momentos previos y posteriores al ataque.

Según explicó Socca, los involucrados en el ataque –a los que se suma un menor no punible al momento de los disparos– ya quedaron filmados en los momentos previos y posteriores a los tiros. Agregó que dicha situación se inscribió en un contexto de disputa territorial en una zona donde distintas organizaciones pujan por el monopolio de la venta de droga minorista

Al día siguiente, los Tripi y la gente de “Ema” Suárez se enfrentaron a tiros en Cerrito y Liniers, donde la Policía encontró 28 vainas servidas de distintos calibres –.22, .40 y 9 milímetros–. Por ese tiroteo, una mujer y dos hombres –entre ellos, un adolescente de 16 años– resultaron heridos de arma de fuego. 

Ese enfrentamiento se debió, aparentemente, a que Suárez y Salinas habían ingresado minutos antes a un departamento del clan Tripi –el que había sido baleado el día anterior– para robar un celular.

En esa trama quedó envuelta Andrea Soledad Alé, pareja de “Ema”, quien escondió el teléfono robado en su casa, por lo que se la acusó por encubrimiento. Lo curioso es que el 14 de febrero la mujer entregó voluntariamente el dispositivo a personal de la Policía de Investigaciones e indicó que podría contener información relevante sobre Los Tripi, lo que pudo leerse como un intento de “quemar” a la competencia en connivencia con algún sector policial. 

La jueza Aronne ordenó la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley para Suárez, Salinas y Ullua. Para "Ema" también dispuso una restricción en las condiciones de alojamiento, visitas y comunicaciones con el objetivo de impedir el contacto con el exterior. En tanto, a Andrea Alé le otorgó la libertad y agregó una restricción de ingreso a cualquier unidad penitenciaria de la provincia.