En Estados Unidos, los posibles riesgos informáticos que supone la popular aplicación de celulares FaceApp, de origen ruso, ya es una cuestión de Estado y hasta piden que el FBI investigue a dicho sistema y la utilización que hace de los datos que recopila.

El senador estadounidense Chuck Schhumer, líder de la bancada demócrata, pidió que la Comisión Federal de Comercio y el FBI se involucren en una investigación sobre la seguridad y privacidad en FaceApp.

La aplicación requiere "un acceso completo e irrevocable a las fotos y datos personales" que podría presentar "riesgos para la seguridad nacional y para la privacidad de millones de ciudadanos estadounidenses", sostuvo el legislador.

En tanto, el Comité Nacional Demócrata les pidió a los candidatos presidenciales del partido que hagan una campaña para eliminar la aplicación de forma inmediata, señalando su procedencia rusa, informó The Washington Post.

Gran Bretaña también

Por su parte, el gobierno británico afirmó este jueves que considera las inquietudes en torno a la privacidad que genera la aplicación que le agrega o le quita años a las caras y es furor del momento.

"Somos conscientes de las historias que plantean inquietudes sobre FaceApp y las estamos considerando", dijo un portavoz de la Oficina del Comisionado de Información británico (el organismo que supervisa la privacidad y la protección de datos personales).

"Aconsejamos a las personas que se registren en cualquier aplicación que chequeen qué pasará con su información personal y que no proporcionen ningún dato personal hasta que tengan claro cómo se utilizarán", agregó, en declaraciones publicadas por The Guardian.

En toda Europa ya sostienen que la popular app es especialmente peligrosa porque se presenta con una apariencia de legalidad y porque escapa a los estrictos controles de protección de datos que impone la Unión Europea y la legislación de muchos países de ese bloque.

La aplicación, desarrollada por un programador ruso, incluye unos términos de uso "completamente abusivos" que conducen al usuario a la más absoluta desprotección, ya que no puede ni pedir el acceso a los datos que ya tiene la compañía ni solicitar que los cancelen, según han subrayado los expertos en ciberseguridad consultados por EFE.

Furor

Si bien existe desde 2017, FaceApp -disponible para Android y iPhone- se volvió viral en los últimos días en varios países, y la posibilidad que ofrece de agregarle filtros a los rostros permitió que ya supere los 150 millones de descargas.

Esta viralización estuvo acompañada de advertencias de especialistas, en particular por el desconocimiento sobre cómo se maneja la privacidad de los usuarios y para qué se usan realmente las fotos que se suben a la app.

Es que el éxito de FaceApp reside en que las personas se vuelcan en masa a "regalarle" a esta plataforma, creada por el desarrollador ruso Yaroslav Goncharov, las fotos de sus rostros, y lo hacen sin saber si estas imágenes luego se eliminan, se venden, se usan para entrenar sistemas de reconocimiento facial o para engordar bases de datos de agencias de inteligencia.

Tras el inicio de esta polémica, FaceApp emitió un comunicado en el que negó que acceda a otra información que no sea la foto que el usuario sube y aseguró que el software "realiza la mayor parte del procesamiento de fotos en la nube".