La escena se reproduce una y otra vez en zonas arboladas como el Parque Independencia u otros espacios verdes de la ciudad: cielo celeste, sol abrasador y... agua cayendo sobre cabezas y ropas de los transeúntes o de los vehículos, cuyos conductores miran desconcertados hacia arriba buscando el origen de las gotas que van cayendo por el parabrisas, sin encontrar una explicación lógica.
Hay una justificación que viene de lo real y no de lo divino: se trata de un insecto llamado científicamente Cephisus siccifolius, más conocido como "chicharrita de la espuma", que por un curioso mecanismo alimenticio provoca una abundante secreción que cae al vacío en pesadas gotas desde lo alto de los árboles.
"Todos los años, en esta época de temperaturas elevadas, siempre ocurre lo mismo. Lo vas a ver ahí en el Parque Independencia, donde hay muchas tipas, y también en otras avenidas de la ciudad como Francia, que tienen tipas o ceibos", explicó Luis Vignaroli, jefe de trabajos prácticos de Zoología Agrícola en la Facultad de Agrarias de la UNR.
Ninfas voraces
"En su etapa juvenil, a estos insectos se los llama ninfas. Éstas clavan su aparato bucal en alguna rama de la planta y comienzan a alimentarse, pero lo hacen de manera tan excesiva que generan una cantidad de líquido que terminan expulsando de su cuerpo. Ese líquido se transforma en espuma, con el que cubren parte de su cuerpo como una forma de protección ante determinados riesgos, pero llega un momento en que es tanto que empieza a gotear intensamente hacia abajo", graficó el especialista.
"Hay ocasiones en que estás debajo de un árbol con una densidad poblacional importante de chicharritas y realmente tenés que irte porque te mojás. En su densidad, es una gota muy parecida al agua, por eso moja y se confunde con lluvia", añadió.
De todos modos, este proceso dura solo mientras son ninfas: cuando salen de su etapa juvenil dejan de producirla: "Una vez que la chicharrita se transforma en adulta, deja de producir espuma y vuela normalmente, como cualquier otro insecto".
¿Son peligrosas?
Para el ingeniero agrónomo Luis Blotta, la chicharrita no significa un peligro para la planta ni para el ser humano: "En general la planta las sobrevive muy bien. Y si bien se podría hacer algún tipo de combate químico contra el insecto, no se recomienda. No mata el árbol: quizás lo sacude un poco, pero es por un corto período de tiempo y luego sigue su función".
El proceso de producción de espuma dura sólo un par de meses: "Estas chicharritas generan espuma sólo entre 40 y 70 días al año, en la etapa más calurosa. Pero después, no hace nada durante los otros 10 meses", añadió.
Por su parte, Vignaroli trazó una comparación con otros insectos presentes en nuestro hábitat: los pulgones: "Ellos también son plagas importantes en lugares como los rosales y con ellos ocurre algo parecido: absorben una cantidad importante de líquidos, no lo alcanzan a procesar y en su sistema digestivo tienen un mecanismo por el cual al exceso de ese líquido lo liberan por otro lado".
"Ese líquido tiene un tenor alto en azúcar, por eso es pegajoso. Quizás lo hayan notado en los autos que están debajo de algunas plantas, que se cubren de gotitas pegajosas. Bueno, eso producen los pulgones: en este caso pasa algo parecido con este otro insecto que se llama chicharrita de la espuma", especificó.
Finalmente, comentó: "Para controlarla es complicado porque tenés que llegar al cuerpito del insecto, que está protegido con esa masa de espuma. Entonces, en algunas plantaciones que tienen un valor económicamente importante, se usa agua con alta presión para barrer la espuma y llegar más fácilmente al cuerpo del insecto".