El Parlamento de Italia convalidó este martes una nueva ley que limita la concesión de la nacionalidad a descendientes de italianos en el extranjero. El decreto 36/2025 del Gobierno que había sido aprobado en el Senado, fue aprobado este martes por los diputados.
El 28 de marzo pasado fue emitida esta medida de la presidenta Giorgia Meloni, la que limita desde ahora la concesión de la nacionalidad a los descendientes de Italianos que residen en el extranjero, como una forma de frenar las solicitudes, que en su mayoría provienen de los países sudamericanos, ya que allí residen muchos habitantes que son descendencia de italianos que escaparon de las guerras de principios de siglo pasado.
A partir de ahora solo se concederá a los descendientes de hasta dos generaciones, es decir, si el solicitante tiene un progenitor -biológico o adoptivo- ó un abuelo nacido en Italia. O si el padre o madre ha residido al menos durante dos años consecutivos en el país europeo antes de su nacimiento. De esta manera, quienes poseen un linaje más lejano ahora solo podrían obtenerlo radicando una residencia especial en Italia por el lapso de dos años.
El vicepresidente y ministro de Exteriores, Antonio Tajani, impulsor de esta medida, explicó en una rueda de prensa en marzo que las solicitudes de nacionalidad se han multiplicado en los últimos tiempos, justificándolas en muchos casos en antepasados muy remotos. Y especifica que “este fenómeno es particularmente significativo en Sudamérica debido a los grandes flujos migratorios de italianos a finales del siglo XIX y tras la II Guerra Mundial”.
Tajani explicó que los italianos en el extranjero han crecido un 40 por ciento en la última década, pasando de los 4,6 millones a los 6,4 millones, especialmente en Sudamérica, donde en los últimos 20 años han pasado de ser 800.000 a superar los dos millones (sobre todo en Argentina, Brasil o Venezuela).
La abogada especialista en extranjería Virginia Pregot precisó a La Primera de la Tarde que “todo aquel que comenzó sus trámites antes del pasado 27 de marzo (en un consulado o en una comuna italiana o cualquier entidad oficial de Italia) no están afectados” a esta nueva norma.
Quienes sean descendientes pero más lejanos ahora solo podrán ir por una vía judicial de reclamo o residir durante dos años en el país mediterráneo: “Te dan un permiso de residencia para que al cumplirse ese tiempo se presente la carpeta de solicitud de ciudadanía”.
Por otra parte, aclaró que los hijos de quienes ya tienen ciudadanía pueden ser incorporados hasta mayo del 2026, y los no nacidos, tendrán hasta un año después de su nacimiento”.
Opinó que “esta nueva ley se podría haber evitado. Fue a partir de un reclamo de las comunas al Gobierno, porque están abarrotadas de solicitudes y sin tecnologías. Ellos plantearon el problema al Gobierno. Podrían haber evitado esto. Es una locura el cambio de criterio repentino”.
Finalmente adelantó: “Vamos a llevar el asunto a la vía judicial junto con estudios jurídicos de Italia, porque este decreto va contra derechos ya ganados, y una ley no puede ser retroactiva”.