El lunes fue infernal: calor, humedad, viento intenso con polvillo y el humo imparable desde la isla incendiada. La recompensa de la naturaleza llegó cuando muchos dormían, en plena noche, se largó una lluvia fuerte, pareja y sostenida. Rosario amanecía hoy bajo alerta por vientos fuertes, y cargada de agua. Ya a media mañana, en tanto, se suspendió el aviso pero continuaba el mal tiempo hasta la tarde. 

El informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indica que ya no rige para el sur santafesino un aviso por vientos fuertes. En tanto, continúan las precipitaciones hasta la tarde y solo nubes para la noche.

Afortunadamente, se puso más fresco el aire, después del calor insoportable del lunes: el termómetro no superará los 16 grados según el pronóstico. 

Hasta las 10.30 rigió un aviso por vientos fuertes con ráfagas para el centro y sur de Santa Fe, el norte y centro-este de la provincia de Buenos Aires, sudeste, centro y norte de Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Sudeste de Mendoza, este de Neuquén, norte de Río Negro, San Luis, centro y sur de Santiago del Estero, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Río de la Plata

“El avance de un frente frío a través del área de cobertura provoca vientos fuertes del sector sur con ráfagas. Se estiman velocidades entre 30 y 60 km/h, con ráfagas de hasta 75 km/h, con las mayores velocidades en el Río de la Plata”, precisaba el informe.

La tormenta empezó a dar señales ayer a la tarde, con ráfagas de viento importante y un descenso de la temperatura. El polvillo de los plátanos volaba enfurecido por todos lados y desde las islas entrerrianas llegaba el humo que se volvía advertible, no solo con la nariz sino también a la vista. Hacia la noche, los focos se volvieron visibles en el horizonte en un rojo incandescente.

En medio de la madrugada de este martes, las nubes cedieron y la lluvia empezó a caer  consistente y ruidosa. Al fin, el alivio.

Lunes tórrido

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) renovó ayer a la noche el alerta por tormentas fuertes para el sur y centro de Santa Fe que incluía el norte y centro-este de la provincia de Buenos Aires, Sur y centro de Córdoba, sur de Entre Ríos, noreste de San Luis, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Río de la Plata.

Se estimaba por entonces que, en lo que restaba de la noche del lunes y las primeras horas del martes, se registrarían precipitaciones para ayudar al control del fuego en las zonas de las islas. 

A media tarde, en Rosario se levantó un fuerte viento desde el sur –al mismo tiempo había otra alerta por ráfagas–, a más de 40 kilómetros por hora, que disipó un poco el humo en algunos sectores de la ciudad pero lo mezcló con una polvareda en otros.