La casona de estilo francés en la esquina de Santa Fe y España, que había pertenecido a la familia del periodista y político Ovidio Lagos, es un refugio de las artes escénicas al que cada semana unos mil chicos y adolescentes de la ciudad ingresan para aprender y perpetuar el sueño de su fundador, Ernesto de Larrechea.
Hace justo 100 años, en una Rosario que crecía pujante ya con electricidad y vehículos al ritmo de la revolución industrial, Larrechea era un artista de la aristocracia ciudadana que se entusiasmaba con la llegada de los circos a la ciudad, y quiso que todos tuvieran acceso a las artes de la declamación, la actuación y la danza.
Convocaba entonces, cada domingo del año, a reunirse en el escenario circular de un predio llamado "El picadero" (en el parque de la Independencia, donde actualmente se emplaza el Jardín de los Niños). Allí los chicos mostraban sus destrezas, y cuando se llenó de gente ávida de ver ese espectáculo, Larrechea entendió que debían tener un lugar donde ensayar. Y consiguió por ordenanza fundar la casa pública del Teatro Infantil Municipal -como se llamaba en un principio-, en la plaza Montenegro -que entonces era el Mercado Central-, justo donde hoy se encuentra el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. Allí comenzaron a asistir centenares de chicos.

Tras el fallecimiento de su fundador, la escuela quedó al mando de su hija Lucrecia Larrechea de Lobos, y funcionó en una casona de calle Santa Fe al 600. Esta creció tanto en su acervo de alumnos que se mudó en los años 70, y la escuela, que lleva el nombre de don “Ernesto de Larrechea”, permanece en Santa Fe 1712 desde entonces, adonde asisten 800 niños a danza y otros 200 a teatro cada semana.
Un proyecto de los últimos 10 años promovido por su directora María José Sesma, también sumó la descentralización con clases para unos 200 alumnos en el resto de los distritos de la ciudad, para que todos tengan acceso desde los barrios al mismo nivel que en la casa central.

Un mediodía de mayo, las alumnas del ballet Estable Municipal de Rosario entraban rápido a ensayar por enésima vez sus coreografías de danza clásica. Todas con el rodete, el cancán, la malla y la pollerita de tul. En el precalentamiento, la "seño" Ana Julia Salamero les marcó los pasos en primera posición: plié, relevé, y unos movimientos de brazo en círculo que luego iban a acompañar junto a las barras espejadas del Grand Salón.
Ellas tienen entre 18 y 23 años, y son “la joyita de la escuela”, junto a los ballets de danza española y de danza argentina. Falta solo una semana para que ellas y todos los grados, desde el nivel integrador -los más pequeños de entre seis y ocho años-, compartan con la ciudad un espectáculo abierto en la celebración de su centenario. Lo harán en la explanada del Patio Cívico del Monumento a la Bandera, el sábado 31 de mayo desde las 16, y en caso de mal tiempo, será el domingo. Allí la historia de los 100 años se va a poder ver en cada escena de todos los grupos que irán pasando, con un hilo conductor con voz y videos además de la danza y de las actuaciones.
Fabiana Balbiani es docente y una de las coordinadoras de la escuela. Su madre fue alumna de la Larrechea, y la inscribió a sus nueve años. Desde ahí, Fabiana no se fue más de esa casona, ya que se recibió, pasó por el ballet -donde fue primera bailarina-, la docencia que realiza desde hace más de 30 años, y ahora la coordinación interina junto a Ana Julia Salamero.

El ingreso a la casona es un hall central con espejos antiguos, donde los chicos esperan entrar a cada clase. Mientras resolvía cada consulta de alumnas y docentes, y de fondo se escuchaba el zapateo de la clase de danza española, Fabiana le contó a Rosario3 que “don Larrechea era un visionario, era artista nato de nacimiento. Su idea era que los pibes accedan a las artes. Por eso la escuela siempre fue municipal y gratuita”.
Sandra Trangoni ingresó a los cinco años, y como Fabiana, transcurrió toda una vida de docencia en la institución, donde transfiere con dedicación y mucho humor sus saberes de la danza a varias generaciones. Estos son sus últimos años en la docencia, porque comenzó hace más de tres décadas y le dan los años para jubilarse, pero no se iba a perder de ser parte de la celebración por los cien años. “Es muy emocionante ver pasar tantos cursos y ver cómo evolucionan aprendiendo, más allá de las técnicas, a bailar en esta casa. No vienen a aprender a levantar bien la pierna, sino una forma de vida en comunidad, con amor y compromiso”.
En el marco del año de su centenario, el pasado 29 de marzo los alumnos de la Larrechea hicieron una intervención callejera por la peatonal Córdoba de forma sorpresiva con sus trajes hacia el pasaje Juramento, donde después bailaron los ballets y participaron actores de artes escénicas. Y el 5 de mayo brindaron a invitados especiales, ex docentes y ex administrativos una gala en el preciado escenario del teatro El Círculo, con sus ballets y con bailarines invitados del Colón.

La directora de la escuela Larrechea, María José Sesma, precisaba en un informe de De 12 a 14 (El Tres) que “es la única escuela de danzas de la ciudad que continúa dando clases con pianista, en este caso con Elisa Schultess", y luego repasó los valores que se inculcan: "Compartir, forjar amistades que duran una vida, y sobre todo la formación artística, que llevan al desarrollo del sujeto y que es un derecho para todos los niños".
Recordó entonces que "su fundador quiso hacer un espacio para que los chicos sean felices, e inspirado en los circos, cada domingo del año, unos 20 niños mostraban sus destrezas, bailando, cantando y haciendo piruetas en El Picadero". Y recordó también que "Mirtha Legrand y su hermana Goldie fueron alumnas del propio Larrechea y hay registros de su paso por la institución".

La escuela en un comienzo era de las artes escénicas en general, de declamación y gestualidad, aunque la danza clásica siempre fue un eje troncal de la escuela, y la española también está desde los comienzos por ser esta ciudad tan receptiva a inmigrantes ibéricos. "Con los años fuimos ampliando y sumando danza moderna, contemporánea, jazz, folklore. Y en la parte de teatro, sumamos expresión corporal y títeres, y los alumnos tras recibirse tienen una segunda formación para su adolescencia llamada Espacio de Producción e Improvisación (EPI), donde aprenden a analizar los textos y a producir obras en mayor profundidad", precisó Fabiana.
Luego de Lucrecia Larrechea, la escuela fue dirigida por Nelly Vasta, y durante 30 años estuvo Silvia Tani, desde 1988. “Ella buscó la excelencia en la escuela, junto a Eduardo Ibáñez, quienes comenzaron a traer docentes de afuera para formarnos mejor”, recordó Balbiani.
Ana Julia es docente y coordinadora junto a Fabiana. También estuvo en el ballet Estable y en el de Español cuando se formó, y destacó que “es tan fuerte el lazo que se continúa en vínculo toda la vida. Muchas dejaron de bailar y seguimos amigas. Estar acá es como una segunda casa para nosotras. Y emociona mucho enseñar junto a Fabi, que también fue mi docente”.

Entre las jóvenes que forman parte del ballet Estable, Ema, de 22 años, habló de cara a la presentación abierta el sábado que viene en el Monumento: “Vamos a llevar a la ciudad todo lo que fuimos aprendiendo, en ese lugar tan central de la ciudad, frente al parque y el río. Estamos muy contentas por eso”.
Naomi tiene 13 años y practica desde hace poco con las bailarinas del ballet, en lo que llaman “el pre-ballet”. Le faltan unos años para audicionar -es al cumplir sus 18 años-, pero ella lo toma como “una oportunidad para avanzar, porque es hermoso practicar con las chicas más grandes”.
Maite tiene 23 años, está terminando la carrera de Medicina en la UNR, y hace malabares para cumplir con ambas carreras junto al ballet: “Estoy en el ballet desde 2019, pero practicaba desde 2016, así que el año entrante van a ser 10 años. La escuela es nuestra casa porque desde nuestros seis años que estamos muchas horas acá, más tiempo que en la escuela de clases. Es mucho el cariño y también el esfuerzo que hacemos para seguir siendo parte mientras estudiamos en la universidad y trabajamos. Esto es un gran compromiso que cumplimos desde chiquitas, pero no lo sentimos un trabajo”.

Las carreras de danza y teatro en detalle
En los primeros dos años que se cursa en Larrechea, los niños entre seis y ocho años se cruzan las dos disciplinas de danza y teatro con expresión corporal de forma integradora y lúdica. Después, a sus nueve, en el tercer año, eligen cuál de las dos carreras realizan, o las dos. La carrera de Danza comprende danza clásica todos los años de la carrera, que dura 11 temporadas. Después del tercer año se incorpora danza española y nomenclatura. Luego se amplía con danza jazz, folklórica, moderna y sucesivamente se incorporan materias teóricas con la historia de la danza. Por su parte, la carrera de Teatro comprende ocho años de duración, con teatro y expresión corporal en los primeros años, y desde sexto suman títeres y objetos, y en séptimo incorporan historia del teatro y todos los géneros teatrales. Se entrecruzan también actividades especiales integradoras con invitados del teatro de la ciudad, montajes o escenas. Andrea López Mediza es actriz y comunicadora social, que estudió teatro en la Escuela Provincial “Ambrosio Morante”, y es docente de Larrechea desde hace 20 años. Destacó a este medio que el de teatro es un departamento más pequeño en la visibilidad que el de danzas, pero es un trabajo muy grande que llevan al hombro los cuatro docentes. Mediza explicó luego que "una vez que terminan la carrera de teatro, los egresados -que tienen 14 o 15 años-, pueden sumarse al Espacio de Producción e Investigación Teatral (EPI)", que no es académico, pero que desde hace 10 años ofrecen para que continúen estudiando: “Fue una propuesta que le hice a María José Sesma, sumando a la profesora de expresión corporal para entrecruzar a lo teatral lo coreográfico, a partir de observar que había una demanda de parte de los mismos alumnos por continuar una formación hasta tanto terminaran su ciclo escolar". La idea es formarlos con el compromiso de un elenco teatral, "trabajando en base cada dos años a un proyecto que luego se lleva a los festivales -como el que promueve la Escuela de teatro y Títeres, pero también de Buenos Aires y del mundo- y se muestra también en los distritos. Se investiga en base a una obra teatral, este año por ejemplo estamos en la producción de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca”, destacó. Fabiana recordó que además de ser Larrechea una escuela para chicos de nivel escolar y los ballets, desde hace muy poco que ésta cuenta con talleres para jóvenes y adultos de entrada libre y gratuita de danza jazz -llamado Jazz con vos-, los días martes y jueves a las 12.30; y de flamenco -llamado ArteSano-, los días lunes y miércoles a las 11.30 y a las 13. Ambas admiten participantes hasta finalizar el mes de mayo y no requieren conocimientos previos en danzas. ArteSano comenzó en 2024, mientras que en 2025 lo hizo Jazz con vos, y los dos estarán vigentes durante todo el año. En febrero y julio, hay clases abiertas a la comunidad.
Los talleres abiertos para todas las edades