Julián Ruaro y Lourdes Gatti serán los dos jóvenes rosarinos que representarán a la Argentina en el primer Sudamericano de Judo Inclusivo que se realizará en el mes de agosto.
Los dos jóvenes buscarán dejar a lo más alto al país, pero también, junto a su familia, buscan visibilizar el deporte inclusivo y que las personas con discapacidad puedan tener un lugar de competencia.
En diálogo con Rosario3, el hermano de Lourdes y la mamá de Julián contaron la historia de vida de los dos deportistas que tienen síndrome de Down, y que actualmente entrenan en el Club Banco Nación de la zona norte de Rosario.
Ambos judocas viajarán con su familia y en la competencia, que será el 23 de agosto de este año, estarán acompañados también por sus profesores, Rubén Basualdo y Gabu Valenti.
Actualmente, están realizando una venta de pastas para poder costear el viaje hacia La Matanza, Buenos Aires, donde se realizará la competencia internacional.
"El objetivo principal de esto es que ellos puedan viajar y representar a nuestro país, ya que van a venir distintas delegaciones de los diferentes países de Sudamérica. Lo que nosotros también nos interesa es el hecho de poder visibilizar el judo inclusivo, el deporte inclusivo y que las personas con discapacidad tengan su lugar. En este caso, ellos dos tienen síndrome de Down, pero también el Sudamericano va orientado a varias discapacidades", explica Nahuel, hermano de Lourdes.
Las familias ofrecen:
- 1 caja de ravioles
- 1 bandeja de ñoquis
- 1 bandeja de fideos
- 1 pascualina
Todo por solo $10.000
Para comunicarse y colaborar: +54 9 3412 80-1387
Desafiando barreras: la historia de vida de Lourdes y Julián
Lourdes Gatti nació en el año 2007 y cuando era pequeña, con seis meses de vida, fue operada del corazón. En sus primeros años, realizó varios deportes, que es lo que la apasiona.
"Siempre el tema del deporte a nosotros como familia nos parecía algo muy importante para ayudar en toda la parte social, en la parte cognitiva y en la parte motriz", dijo Nahuel, quien se comunicó con Rosario3 para poder contar la historia de su hermana.

Al ver la pasión de su familia dentro del judo, decidió engancharse y practicar en el dojo. Meses después se metió en el mundo de la competencia, logrando así participar y conocer a Juli, su compañero del próximo torneo.

Julián Ruaro nació con síndrome de Down y lo operaron del esófago a las doce horas de haber nacido. Ahí, en ese entonces, le encuentran que tenía un desplazamiento del corazón. A los seis meses, le colocaron un botón gástrico y estuvo casi diez años sin comer nada por boca. Los médicos le diagnosticaron, además, retraso madurativo y dificultad para el lenguaje.
"Empezó la escuela con un complejo de médicos profesionales que lo ayudaron en todas las áreas y luego de un tiempo opté por ingresarlo para que él pueda sociabilizarse con la gente en mayor grado en judo", explicó su mamá Marita, quien también practica el deporte.
"Gracias a la inclusión en el judo, mi hijo puede sociabilizar, tener diálogo con la gente, y creo que el deporte lo benefició el 95 por ciento de su aprendizaje de hoy".
Hoy, Juli tiene 25 años y hace un par de años, en plena pandemia, entró al Sudamericano de Brasil donde salió campeón. "Obviamente que eso consigue a toda la gente y el apoyo de los profesores, los familiares, que es lo más importante para él", remarcó su mamá.

Este año, Julián luchará por el cinturón negro después de varios años de ir a competir a distintos torneos y colaborar con chicos que tienen otra discapacidad.
"Él es un niño feliz, y les cuento su historia para que ustedes tomen conciencia de que cada niño da lo que tiene y lo que puede, y que cuando son felices lo que importa es verlos a ellos con una sonrisa y un «sí que yo puedo»".
"Yo creo que la capacidad de cada uno, es el amor que uno les puede dar a nuestros niños y en este caso el judo es un acompañamiento fundamental para el aprendizaje y para poder ser personas honorables ante cualquier deportista", analizó Marita.
