El dilema del dólar: ¿Milei imitará a Egipto o arriesgará una crisis?

Argentina enfrenta el desafío de liberar el cepo sin desatar un terremoto financiero. La experiencia de Egipto muestra el camino, pero la falta de reservas y el impacto electoral pueden retrasar la decisión clave del gobierno

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Argentina se encuentra en la encrucijada de su política cambiaria. Eliminar el cepo sin reservas suficientes es una jugada arriesgada, y el gobierno de Javier Milei lo sabe. Según el informe del Institute of International Finance (IIF), el país necesita al menos USD 10.000 millones adicionales para una salida ordenada del cepo, algo que podría lograrse con un nuevo acuerdo con el FMI.

El documento del IIF compara la situación argentina con la de Egipto, que en 2024 logró unificar su mercado de divisas tras sufrir una devaluación abrupta y un fuerte ajuste económico. En el caso egipcio, el éxito se basó en tres pilares clave:

1) Un shock de confianza con el anuncio de un nuevo programa del FMI.

2) Mayor liquidez externa gracias a inversiones y financiamiento internacional.

3) Ajustes fiscales y monetarios severos para evitar una disparada inflacionaria.

Milei ha avanzado en el ajuste fiscal y ha reducido el déficit, pero las reservas del Banco Central siguen en niveles críticos. Si bien se han acumulado dólares desde la devaluación de diciembre de 2023, la cuenta corriente se ha deteriorado y el tipo de cambio real se ha apreciado peligrosamente. La brecha cambiaria, que llegó a ser del 150% en 2023, ahora ronda el 10%, pero los controles siguen impidiendo la libre circulación del mercado de divisas.

El dilema del gobierno: ¿Salida rápida o gradual?

El informe del IIF advierte que existen dos caminos para liberar el cepo:

1) Una unificación gradual, manteniendo una administración controlada del tipo de cambio, pero con mayor flexibilidad. Esto permitiría evitar un impacto inflacionario inmediato, pero requiere reservas suficientes para sostener la transición.

2) Una liberalización abrupta ("big bang"), similar a la de Egipto, que implicaría asumir una devaluación fuerte pero lograr rápidamente la unificación cambiaria y la normalización del mercado.

Ambas opciones tienen riesgos. Una salida gradual puede prolongar distorsiones y desalentar inversiones, mientras que una liberalización abrupta puede generar un shock inflacionario y un impacto social significativo en un año electoral clave.

El FMI, el factor decisivo en el plan Milei

La gran incógnita es si el gobierno logrará un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional antes de tomar una decisión. Para el IIF, la clave de la estrategia argentina radica en obtener financiamiento fresco que le permita amortiguar el impacto de la salida del cepo.

Egipto, por ejemplo, recibió una inyección de capital internacional que le permitió aumentar sus reservas y manejar mejor la liberalización del tipo de cambio. En cambio, Argentina enfrenta un escenario más incierto, con mercados financieros todavía reticentes y un FMI que exige garantías antes de desembolsar fondos.

Un mercado expectante y una decisión postergada

El timing es crucial. Con las elecciones de medio término en octubre, el gobierno de Milei podría optar por postergar la decisión hasta después de los comicios, evitando así el impacto político de una devaluación. Sin embargo, el informe advierte que una demora prolongada podría generar nuevas distorsiones y afectar la recuperación económica.

Por ahora, los mercados siguen de cerca los movimientos del gobierno. La gran pregunta es si Milei se animará a seguir el modelo egipcio o si el temor a la reacción social lo obligará a mantener el cepo por más tiempo. Lo cierto es que, con o sin FMI, el reloj sigue corriendo y la definición se acerca.

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