El proceso de privatización del Belgrano Cargas ya está en marcha. Con la publicación del Decreto 60/2025 en el Boletín Oficial, el gobierno de Javier Milei confirmó que la empresa ferroviaria pasará completamente a manos privadas, marcando un quiebre en la historia del transporte de carga en Argentina.
El plan de privatización se basa en un esquema de desintegración vertical, dividiendo sus activos en distintos bloques para su venta y concesión. Según la normativa, el material rodante será subastado en un remate público, mientras que las vías y los inmuebles serán otorgados en concesión de obra pública a empresas privadas nacionales e internacionales.
Además, los talleres ferroviarios también serán licitados, asegurando su continuidad operativa, pero bajo gestión privada. Finalmente, Belgrano Cargas y Logística S.A. será disuelta, y el Estado se retirará completamente de la operación ferroviaria de carga.
El modelo de privatización: concesión y libre acceso
A diferencia de privatizaciones anteriores, el Gobierno implementará un sistema de “infraestructura de acceso abierto”, lo que significa que las empresas que obtengan la concesión de las vías deberán permitir su uso a cualquier operador de carga, evitando así la formación de monopolios.
El decreto establece que las tierras y las vías seguirán siendo propiedad del Estado, pero el resto de los activos serán transferidos a gestión privada. Diego Chaher, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, será el encargado de ejecutar la privatización.
Desde la Casa Rosada aseguran que este modelo garantizará mayor eficiencia, reducción de costos y mejores servicios, algo que, según el Gobierno, no se lograba con la gestión estatal. Sin embargo, los gremios ferroviarios y sectores de la oposición han manifestado su preocupación por el futuro del empleo y la posibilidad de que el servicio se concentre en pocos operadores.
Un tren con problemas: ¿por qué privatizar?
El Gobierno justifica la privatización argumentando que Belgrano Cargas ha sido históricamente ineficiente y que depende exclusivamente del financiamiento estatal. Según datos oficiales, en 2024 la empresa requirió 112 millones de dólares en subsidios para sostener su funcionamiento.
Además, el vocero presidencial Manuel Adorni aseguró que la distancia promedio de transporte de carga sigue siendo de 500 km, la misma que hace 50 años, lo que demuestra una falta de modernización en el servicio. “Es hora de que el mercado defina la eficiencia del tren de carga en Argentina”, afirmó Adorni en su cuenta de X.
Una privatización en el marco de la “Ley Bases”
La venta del Belgrano Cargas se enmarca dentro del plan de privatización de empresas estatales impulsado por Milei tras la aprobación de la Ley Bases. En el mismo esquema se incluyen otras compañías como Intercargo, Energía Argentina (Enarsa), Agua y Saneamientos Argentinos (AYSA) y la Sociedad Operadora Ferroviaria (SOFSE).
Sin embargo, algunas empresas fueron excluidas de la lista por presión de aliados políticos y sectores opositores. La privatización del Belgrano Cargas, en cambio, avanzó sin restricciones, lo que confirma la intención del gobierno de retirar al Estado de la operación ferroviaria de carga.
Impacto en el sector y el futuro del transporte de carga
El Belgrano Cargas es una red clave para el transporte de granos y productos industriales. Sus trenes recorren 17 provincias del noroeste y centro del país, conectando regiones productivas con los principales puertos de exportación.
La pregunta que surge es si el sector privado podrá garantizar una mayor eficiencia sin encarecer costos para los productores. Algunos analistas sostienen que el acceso abierto a las vías ferroviarias fomentará la competencia, mientras que otros advierten que la privatización podría generar concentración de mercado y tarifas más altas.
Los gremios ferroviarios ya han manifestado su rechazo al proceso de privatización, advirtiendo sobre posibles despidos y el impacto en la estabilidad laboral. “El Estado se está retirando de un sector estratégico y dejando todo en manos del mercado. No hay garantías de que esto beneficie a los trabajadores ni a los productores”, señaló un representante sindical.
Conclusión: ¿fin del déficit o un experimento riesgoso?
La privatización del Belgrano Cargas representa un cambio estructural en el modelo ferroviario argentino. El Gobierno apuesta a que el sector privado modernice y haga rentable un servicio que ha sido deficitario durante décadas.
Sin embargo, el impacto real de esta medida se verá en los próximos años. Si el modelo de concesión logra atraer inversiones y mejorar la eficiencia, Milei podrá mostrarlo como un éxito. Si, en cambio, el servicio se vuelve más costoso y menos accesible, la privatización podría convertirse en un nuevo foco de críticas y conflicto social.
El tren ya salió de la estación, pero su destino final todavía es incierto.
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