Es 2015, María Fernanda Chicco está estudiando Cine en Córdoba pero es fin de semana largo por Carnaval y decide regresar a Ceres, el pueblo donde nació y creció para pasar unos días en familia. El domingo 15 de febrero recibe un mensaje de Rodrigo, su ex novio. Charlan un rato y coordinan verse en el Corralón pero al llegar al lugar, a la adolescente de 18 años la esperaba Karen Ñañez con un plan siniestro: clavó una tijera en el cuello de Chicco y la ahorcó con un alambre de púas hasta matarla. Antes de irse, le cortó un mechón de pelo y se llevó las ojotas de su víctima, como un trofeo. Todo quedó grabado por las cámaras del lugar. Este miércoles, diez años después de aquel trágico día, Silvia Linardos y Javier Chicco, finalmente vieron a la responsable de tanto dolor, esposada.
Cuando cometió el crimen, Ñañez era menor de edad. En primera instancia, la jueza de menores Laura Lencinas condenó a la acusada a la pena de siete años de prisión como autora del delito de Homicidio agravado por alevosía. Pero poco después, la Dirección Provincial de Justicia Penal Juvenil la dio el beneficio de ingresar al programa Libertad asistida que consistía en una medida socio educativa a raíz de la cual no cumplía condena en prisión pero tampoco tenía libertad absoluta.
Karen se radicó en Rosario y siguió adelante con su vida, a medias porque en cada oportunidad que alguien la descubría, huía y debía empezar de nuevo. Se creó perfiles en redes sociales con otra identidad, compitió en deportes, fue a fiestas, se inscribió a la UNR de Medicina, estuvo en pareja, trabajó en bares, negocios, kioscos, y hace tres años, fue madre.
A comienzos de 2021, la familia Chicco junto a Hugo Parma, el abogado, obtuvieron un fallo excepcional donde a la asesina se la condenó a 13 años de prisión con cumplimiento efectivo. Pero un mes después, la defensa de la acusada interpuso como última instancia el recurso de revisión de la pena donde interviene otro colegio de jueces de Santa Fe. En octubre de ese mismo años, se realizó una audiencia para resolver la apelación. La defensa y la Asesoría de Menores propusieron que la joven realice tareas comunitarias relacionadas con sus estudios de medicina, en lugar de cumplir con la condena dispuesta.
Tras 10 años de la muerte de María Fernanda Chicco la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó que la sentencia se ejecute con cumplimiento efectivo. Al ser madre, la defensa pidió prisión domiciliaria pero la jueza Rosana Carrara no lo permitió. Ñañez fue esposada y trasladad a la prisión de mujeres de Rosario. Según explicó Parma, esta sentencia puede ser apelada por la defensa y "un tribunal superior está en condiciones de revocar o confirmar lo que hoy se consiguió" y detalló que "como tiene un hijo de menos de cinco años deberán producirse informes de equipos interdisciplinarios respecto a la madre y el menor para resolver lo que correspondiese hasta que el niño cumpla los cinco".
"Jamás nos miró. Estaba de espaldas", contó Silvia al salir de la audiencia y agregó: "Lloró y dijo que todos los días pide perdón por lo que hizo". Vale mencionar que es la primera vez que la acusada se disculpa en voz alta. Frente a la escena, la mamá de "Fer" - como la siguen llamando todos - tuvo que retirarse. "Fue muy fuerte escuchar todo, no lo soporté", indicó.
Mientras la pena por parte de la Justicia tardó en llegar, la condena social se instaló desde el primer momento y en gran parte gracias a Alina Martoglio, la mejor amiga de la adolescente fallecida, quien creó cuentas sociales bajo la consigna "justicia x Fer" y logró una comunidad de personas de distintas partes del país que denunciaban públicamente cada vez que se encontraban a Karen en algún lugar. Este miércoles, la joven acompañó a los padres de Chicco. "Al fin hay una instancia judicial que reconoce la culpa de Karen, después de 10 años la vimos con esposas", cerró en díalogo con Informados.