Los cuatro detenidos después del triple crimen cometido el domingo pasado en Lima y Rueda, en Villa Banana, fueron imputados este viernes por el fiscal Alejandro Ferlazzo. De acuerdo a la declaración que brindaron algunos de los acusados, el ataque habría sido motivado por un conflicto relacionado con la venta de droga en la zona oeste.
En una audiencia que se llevó adelante en el Centro de Justicia Penal ante la jueza Eleonora Verón, el fiscal acusó a Josué Nehemías Catán (18), Franco Maximiliano Pereyra (23), Adrián (26) y Joel Rodríguez (19) de haber formado parte de la balacera mortal.
Para Catán y Pereyra, la jueza dictó la prisión preventiva efectiva por ocho meses, en tanto que Adrián y Joel Rodríguez quedaron en libertad.
Por el ataque, murieron Damián Soplan (43), su pareja Eliana Deasis (36) y Fabián Soplan (26), primo de Damián. También resultaron heridos de bala Cristian, hermano de Fabián, e Isaías, hijo del matrimonio asesinado.
Por los datos obtenidos por investigadores policiales, Josué Catán fue quien manejaba la moto desde la que se realizaron los disparos con una pistola calibre 9 milímetros con un cargador prolongado. El tirador, en tanto, está prófugo.
Franco Pereyra fue señalado como quien recibió el pedido de un preso para cometer el ataque, y como quien puso a disposición el medio de transporte –una Rouser que había sido robada el 18 de enero pasado en Capitán Bermúdez– y la pistola, que tenía la numeración limada.
Por su parte, Joel y Adrián Rodríguez fueron acusados por encubrimiento, ya que dieron refugio a Josué Catán tras el triple homicidio en una casa situada en Felipe Moré al 2300.
De acuerdo a las tareas investigativas de la Policía, Damián Soplan había salido de prisión hacía poco tiempo y el viernes pasado, dos días antes de ser acribillado, habría mantenido una discusión en la puerta de un punto de venta de droga. En ese sentido, Ferlazzo dijo en conferencia de prensa que los autores "buscaban directamente a las víctimas".
Los cuatro sospechosos fueron detenidos minutos después de la balacera a partir de un operativo cerrojo que hizo la Policía que incluyó un tiroteo entre el sicario en moto y un móvil de Cuerpo Guardia Infantería, que quedó con un disparo en el capot.
“Sabemos es que hubo un encargo específico de una persona y que hay sujetos privados de la libertad que también intervinieron", dijo el fiscal sobre la organización bajo la lupa. Además, Ferlazzo no descarta que haya habido una promesa remuneratoria para los autores del hecho, lo que agravaría la calificación penal en un futuro.