Este sábado a las 21, en el Cultural Fontanarrosa (San Martín 1080), el biólogo y divulgador científico Fabricio Ballarini presenta el espectáculo Me hackearon el cerebro. El encuentro está centrado en la ciencia y las nuevas tecnologías, y su impacto “en nuestra forma de pensar, sentir y de percibir al mundo”. En otras palabras, cómo la existencia hiperconectada e hiperestimulada afecta al sueño, la memoria, las emociones y las decisiones, entre otros aspectos, hasta configurar un nuevo paradigma de la mente humana.

El diálogo con Dos horas pico (Radio 2), Ballarini adelantó que en Me hackearon el cerebro busca exponer “lo vulnerables que somos” a los avances tecnológicos y cómo algunos de los cambios que se proponen “son geniales o pueden ser usados para cosas terribles”.

La idea en ponernos como sujetos experimentales, yo también, y ver que somos unos seres que se creen cualquier cosa”, confió Ballarini, entre risas.

Sacarnos de ese pedestal nos ayuda a generar anticuerpos que están relacionados con hacerse preguntas correctas y con el valor de una pregunta. Hacer ciencia no es encontrar la mejor respuesta, sino algo más complicado: hacerse nuevas preguntas”, siguió.

“Con humor, yo voy a criticar a la ciencia, porque es la forma de mejorar”, explicó el autor del libro Rec (Sudamericana), en el que plasmó una estrategia neuroeducativa con miles de estudiantes que permitió mejorar la memoria.

ChatGPT: la diferencia entre preguntar y repetir


Consultado sobre el planteo de Mario Pergolini respecto de la “inagotable paciencia” y las casi infinitas maneras de explicar una multiplicación –o cualquier otro contenido– que ofrecen el ChatGPT y otras formas de Inteligencia Artificial, Ballarini puntualizó que “el chat, lo único que hace es replicar algo que le cargaron y que está relacionado con una respuesta humana”.

El gran secreto es que está programado para ser complaciente. Eso es genial, pero también es un peligro. La gracia que tiene la Humanidad no es que todo el tiempo te estén dando la razón o te expliquen (algo) de mil maneras, sino cuestionarte”, siguió. “El Chat te puede responder millones de cosas, pero es complicado que haga nuevas preguntas. Ese es un don que tenemos resistir lo más que podamos”.

Respecto de la polémica que despertó Pergolini, que se podía leer como un reemplazo de las y los docentes en los procesos cognitivos, el entrevistado afirmó: “La educación no es el mero traslado de información, sino que exige otros procesos más complejos”.

Ciencia, conocimiento científico y Estado


Ante la pregunta de por qué la ciencia “es importante para el futuro de un país”, Ballarini sintetizó: “El conocimiento es poder”. En tren de dar cuenta de ello, cit{o como ejemplo el derrumbe del Hotel Dubrovnik, de Villa Gesell. Para el investigador, la construcción está basada en el conocimiento y en la previsibilidad respecto de cuánto puede durar una material y sus usos.

“Si no hay profesionales idóneos, enfrentamos enormes peligros. Es muy raro que, en el año 2024, un país tenga que defender el conocimiento científico”, concluyó Ballarini.

Las entradas para Me hackearon el cerebro pueden adquirirse a través del sistema starticket.com