La Fundación Interamericana del Corazón (FIC), en conjunto con la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran), presentó dos recursos de alzada ante el Ministerio de Salud de la Nación reclamando la suspensión de las modificaciones de la ley de etiquetado frontal que fueron implementadas a fines del año pasado por el Gobierno.

"Estas modificaciones, publicadas a fines de 2024 en el Boletín Oficial, introducen cambios regresivos que contradicen el espíritu de la ley y afectan directamente el derecho de la población a acceder a información clara y veraz sobre los productos que consume", indicaron desde FIC.

La fundación sostiene que "las disposiciones 11362/2024 y 11378/2024" de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) "debilitan de manera alarmante la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable (Ley PAS) y su reglamentación".

Entre las principales modificaciones de la ley, precisaron desde FIC, se destacan: la restricción en el criterio para la evaluación de exceso de nutrientes críticos; la restricción de las prohibiciones sobre información nutricional complementaria en envases y publicidad de productos con sellos; excepción a la aplicación de la leyenda "Contiene edulcorantes, no recomendable en niños/as"; y la disminución de la edad de protección contra la publicidad, promoción y patrocinio de productos con sellos.

Mario Bedosti, coordinador del área de incidencia de la entidad, remarcó que estos cambios atentan contra el propósito de la ley de etiquetado, que es "proveer a los consumidores la información más clara posible para que puedan elegir sabiendo qué es lo que están comiendo".

Las modificaciones, sostuvo, "violan tanto la ley como su espíritu" y la "debilitan sin una motivación clara", por lo que "deben ser suspendidas".

"Se van a empezar a ver productos con menos cantidad de sellos en las góndolas", dijo Bedosti en diálogo con La Primera de la Tarde (Radio 2), y aclaró: "Esto no es porque se estén produciendo alimentos más saludables, sino porque se cambió la manera en la que se evalúan".

El integrante de FIC apuntó que "hasta antes de estas disposiciones se evaluaba la cantidad total de azúcar, grasas y sodio que tenían los alimentos" para establecer así si debían incluirse sellos en el empaquetado.

Pero con los cambios oficializados en diciembre de 2024, afirmó, se pasan a evaluar "solamente los nutrientes críticos que se le agreguen al producto durante su elaboración". Es decir, solo se mide el exceso en grasas, sodio y azúcar cuando estas son agregadas.

Por lo tanto, lo que puede ocurrir es que "en alimentos como fiambres, salchichas, hamburguesas e incluso yogures se van a ver menos sellos", aún cuando "van a seguir estando excedidos en nutrientes críticos".

También se modificó la restricción que impedía que aquellos productos que tuvieran octógonos puedan usar mensajes nutricionales del tipo "reducido en sodio" o "fuente de vitaminas". Mientras que según la ley las alimenticias no pueden agregar estos mensajes en productos que tengan octógonos, a partir de las últimas disposiciones "solo no podrán hacerlo si están relacionados con el sello". Es decir, una flexibilización de dicha condición.

Impacto del etiquetado

Consultado sobre los efectos que tuvo la ley desde su implementación, Bedosti señaló que esto ocurrió plenamente recién a fines de 2023 aunque la iniciativa se sancionó dos años antes, debido al sistema de prórrogas para que las empresas fueran adaptando sus envases. Por esto, todavía no hay datos sobre el impacto a largo plazo.

Sin embargo, comentó que en relevamientos que hicieron en conjunto con Unicef Argentina constataron que "se está viendo que la gente empieza a cambiar sus decisiones de compra y a reconceptualizar ciertos alimentos que históricamente se consideraban saludables".

Por esa razón, el integrante de FIC enfatizó en la importancia de sostener la ley y garantizar su cumplimiento para poder contar con datos concretos que permitan tomar decisiones en consecuencia.