Bonos, tasas y riesgo político: las claves del juego financiero para el segundo semestre. En la terraza del Hotel Savoy, rodeados de asesores financieros, productores del interior y clientes institucionales, los equipos de estrategia de Balanz y Alpha Capital no se limitaron a ofrecer un diagnóstico macroeconómico: ofrecieron una hoja de ruta concreta para quienes todavía se preguntan dónde —y cómo— posicionarse en la segunda mitad del año.
El mensaje fue claro: la macro está mostrando señales de estabilidad, pero el riesgo no desapareció. Solo se trasladó de lo económico a lo político. En ese equilibrio incómodo se abre una ventana de oportunidades, especialmente para quienes estén dispuestos a tomar posiciones con timing y análisis.
La macro: un equilibrio raro… pero real
Alejo Rivas (Balanz) arrancó con una lectura poco usual en Argentina: “Estamos logrando bajar la inflación y crecer al mismo tiempo”. Y explicó que este fenómeno —raro en países emergentes— es consecuencia de un doble ancla: ajuste fiscal sostenido y política monetaria contractiva.
Según sus proyecciones, el PBI crecería 4,5% en 2025 y la inflación se reduciría al 27% anual, ayudada por un tipo de cambio que, pese a estar apreciado, se mantiene flotante y estable. La confianza en la continuidad del programa económico depende, sin embargo, de dos factores clave: la acumulación de reservas por parte del BCRA y el resultado de las elecciones legislativas.
Oportunidades en dólares: ¿quién se anima al largo?
Bonos globales (GD). Rivas fue tajante: “Los bonos soberanos bajo ley Nueva York —los GD— ya duplicaron su precio desde fines de 2023, pero todavía tienen upside si el país se encamina hacia un acceso pleno al mercado”.
Actualmente rinden un 11% anual. ¿Qué tendría que pasar para que esa tasa baje y el precio suba? Que Argentina se parezca más a El Salvador (cumplimiento con el FMI + liderazgo político estable) que a Angola. “Si eso ocurre, el upside adicional ronda el 10% en precio”, estimó.
Favorito del equipo: GD41 (Global 2041). Es el bono más largo, con mayor duración y, por tanto, el que más se beneficia si las tasas bajan. Ideal para inversores con visión de mediano/largo plazo y tolerancia al riesgo.
Alternativa con cupón a cobrar pronto: AL30 (ley local). Tiene un spread de rendimiento superior al GD30 y paga cupón en julio. Apta para inversores que quieran capturar flujo inmediato con menor exposición internacional.
¿Qué mirar con lupa?
- Riesgo político: El resultado de las elecciones legislativas puede no mover el precio de manera brusca, pero sí definir si el actual “nuevo equilibrio” tiene continuidad.
- Reservas del BCRA: Si siguen creciendo, refuerzan el pago de deuda y achican el riesgo de default. Hoy las reservas netas superan los USD 5.000 millones.
- Bonos provinciales: oportunidad táctica
Lucas Quaranta (Alpha Capital) agregó una pista extra: “La deuda de Provincia de Buenos Aires dejó de ser atractiva, pero si el spread contra el soberano supera los 300 puntos básicos, vuelve al radar”.
Hoy, ese diferencial ronda los 150 puntos, lo que no justifica el riesgo adicional. Pero otras provincias como Mendoza, Santa Fe y Neuquén ofrecen buenos flujos en dólares y pueden ser útiles para quienes buscan menor volatilidad.
Invertir en pesos: rentabilidad con menos sobresaltos
Bonos de tasa fija. Alejandro Fagán explicó por qué hoy prefieren bonos de tasa fija sobre los ajustables por CER: “La inflación sigue sorprendiendo a la baja y eso licúa el rendimiento de los bonos indexados. En cambio, los de tasa fija pagan hoy mejor”.
Atractivos
Corto plazo: S15G5 (agosto 2025). Se beneficiaría del canje de LELIQs y del aplanamiento de la curva de tasas. Ideal para perfiles conservadores.
Largo plazo: S15G7 y PI30P. Más duration, más sensibilidad a bajas de tasas y mayor upside si la política monetaria se relaja.
Dual interesante: TT26 (diciembre 2026). Combina lo mejor de los dos mundos: si suben las tasas, ajusta por tasa variable; si no, paga tasa fija. Una cobertura barata ante un eventual deterioro.
Bonos CER (indexados a inflación). Recomendados solo para perfiles muy conservadores que quieran cobertura parcial. “Ya no son lo más rentable, pero siguen siendo refugio para quienes priorizan estabilidad sobre rendimiento”, resumieron.
¿Y el A3?
La conclusión fue clara: neutralidad. El mercado de futuros de dólar no ofrece hoy oportunidades significativas para ganarle al mercado por diferencial de precios. “Si se quiere cobertura, ok. Pero no hay spread para invertir con ganancia esperada”, afirmaron.
Conclusión: decidir es posicionarse. El mensaje que dejaron Rivas, Fagán y Quaranta fue contundente:
- La macro está funcionando.
- El esquema fiscal y monetario está coordinado.
- El tipo de cambio dejó de ser el talón de Aquiles.
- Y el riesgo político será decisivo, pero es gestionable.
La verdadera pregunta, según ellos, no es “¿cuál bono comprar?”, sino “¿me animo a invertir en este rumbo?”. Porque hoy tomar riesgo en Argentina no es solo una apuesta financiera: es una señal de confianza política.
Comentarios