La confirmación del despido del 3% de la plantilla global de Globant, conocida internamente como "Globers", puso en el centro del debate la transformación que vive la industria tecnológica. Esta decisión, que impacta a cerca de 933 personas, no es un hecho aislado, sino parte de una reestructuración más profunda, denominada "Vision 2030", orientada a la inteligencia artificial y un nuevo modelo de negocio. La noticia resonó con fuerza, dado que la compañía había negado despidos masivos apenas unos días antes, generando un contraste que invita a reflexionar sobre la dinámica actual del sector.
Esta readecuación de la empresa, que nació en Buenos Aires y se expandió globalmente, se alinea con un cambio de enfoque estratégico. Globant busca dejar atrás la facturación tradicional por horas para avanzar hacia un modelo de suscripción basado en la inteligencia artificial, donde el pago se vincula directamente con los resultados. Este giro es el que, pese a la caída de sus acciones en lo que va del año, entusiasma a los principales bancos de inversión que siguen de cerca a la tecnológica. Proyecciones optimistas, como la de Morgan Stanley con un potencial alcista del 97% para las acciones de Globant, sugieren que el mercado ve en este cambio una oportunidad de crecimiento a futuro.
¿Qué implica este giro hacia la inteligencia artificial para las empresas?
Este movimiento de Globant es un termómetro de la revolución que la inteligencia artificial está gestando en el ámbito empresarial. La implementación de los “AI Pods” de Globant, donde los clientes pagan por uso y resultados, con agentes de IA ejecutando gran parte del trabajo y personal senior supervisando, es un ejemplo claro de esta transformación. Lo concreto es que este modelo busca desvincular los ingresos del crecimiento de la plantilla, permitiendo que menos personas hagan más, lo que podría aumentar el potencial de facturación de las empresas de manera exponencial.
El modelo de “AI Pods” es pionero en la industria de servicios de TI. Integra una plataforma tecnológica, una biblioteca de agentes preconstruidos y la supervisión humana, todo bajo un formato de suscripción mensual que mide la capacidad en “tokens”. Diego Tartara, CTO de Globant, aseguró que los proyectos que ya aplican este esquema en sectores como finanzas, retail y medios, están experimentando “reducciones significativas en los plazos de entrega, mostrando eficiencias concretas y un aumento de la productividad”. Esta nueva modalidad de trabajo, donde el cliente adquiere una cantidad de “tokens” que se consumen al alcanzar determinados resultados, representa una disrupción en la forma tradicional de prestar servicios. YPF, por ejemplo, ya adoptó esta modalidad, lo que demuestra la tracción inicial de este nuevo enfoque.
¿Cómo pueden las empresas adaptarse a este nuevo escenario?
La adaptación a esta nueva era impulsada por la inteligencia artificial exige una mirada estratégica y proactiva. Si bien la tecnología está disponible, el éxito dependerá, como señaló un informe de Bain & Company, de la capacidad de adaptación de los clientes a nuevos procesos internos. No todos los tipos de trabajo se adaptan de la misma forma a estos modelos, y la dependencia tecnológica puede generar riesgos.
Para las empresas, la clave pasa por:
- Evaluar procesos internos: Identificar qué tareas pueden ser automatizadas o asistidas por inteligencia artificial para mejorar la eficiencia y reducir costos.
- Capacitar al personal: Invertir en la formación de los equipos para que puedan trabajar de la mano con las nuevas herramientas de IA, supervisando y optimizando su uso.
- Analizar modelos de negocio: Considerar si un esquema basado en resultados o suscripciones puede ser más beneficioso que los modelos tradicionales de facturación por tiempo.
- Priorizar la experimentación: Empezar con proyectos piloto de menor escala para entender el impacto de la IA y ajustar la estrategia antes de una implementación masiva.
- Buscar socios estratégicos: Colaborar con empresas que ya estén incursionando en estos modelos puede acelerar la curva de aprendizaje y mitigar riesgos.
El recorte del 3% de la plantilla de Globant, aunque significativo, llega luego de años de un crecimiento explosivo. La compañía, que tiene más de 31.100 empleados en 36 países, se posiciona con este modelo disruptivo frente a competidores con plantillas mucho mayores. HSBC, por ejemplo, proyecta que los “AI Pods” permitirán a Globant operar con márgenes brutos más altos que los modelos tradicionales, y sugiere que la escala relativamente baja de la empresa podría ser una ventaja en este contexto de disrupción tecnológica. El desafío es lograr que este nuevo modelo se escale rápidamente entre sus clientes globales y se convierta en una ventaja competitiva sostenible a largo plazo, aunque su impacto pleno probablemente se vea más allá de 2025 y 2026.
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