No fue una charla de tecnicismos. Fue casi un pitch para inversores. Roberto Silva, presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), habló ante un auditorio colmado de startups, bancos y referentes del sistema financiero en la Bolsa de Comercio de Rosario como si fuera una charla en Silicon Valley. Pero su disertación fue una de una serie de paneles destacados que expusieron la buena salud que goza el mundo fintech argentino y hacia dónde va.
En el marco del Fintech Meetups organizado por la Cámara Argentina Fintech, Silva hizo su balance de gestión a 18 meses de asumir: “Temporada 1, Capítulo 2”, lo llamó. Y detrás del guiño narrativo hay acción concreta: 83 resoluciones generales, 6 criterios interpretativos, modernización normativa y una dirección clara hacia la eficiencia y la apertura.
Cripto en modo CEDEAR: uno de los puntos más rupturistas fue la posibilidad de invertir en Bitcoin, Ethereum, índices y commodities globales desde el mercado de capitales local. Todo eso vía CEDEARs, una jugada que coloca a Argentina como referente regional.
“Estamos primeros en América Latina y muy competitivos a nivel global en regulación cripto”, aseguró Silva.
También destacó los regímenes de Safe Harbor y de Ofertas Automáticas, que agilizan colocaciones sin esperar autorizaciones formales, y la creación de una nueva categoría: los PSAVs (Programas de Servicios de Activos Virtuales). ¿La meta? Que regular no sea sinónimo de frenar, sino de empujar.
¿Y lo que viene? Tres frentes: tokenizar activos reales (como inmuebles o maquinaria), financiar obra pública con instrumentos de mercado, y actualizar la normativa con las nuevas facultades que le dio la Ley Bases. Todo esto con un deadline: julio.
Silva fue claro: “Queremos que el mercado de capitales deje de ser un museo y se convierta en una fábrica de futuro”.
Cripto dejó de ser rebeldía: ahora construye poder en red
El panel protagonizado por los CEOs de Ripio, Binance y LB Finanzas fue uno de los más esperados. Y lo que se dijo ahí marcó tendencia.
“En uno o dos años, ningún banco argentino va a poder darse el lujo de no ofrecer Bitcoin”, disparó Guido Messi, de Ripio. Andrés Ondarra, de Binance, sumó cifras globales: 600 millones de usuarios cripto en el mundo, y subiendo. “Estamos en la etapa donde deja de ser marginal y empieza a ser infraestructura”.
En Argentina, Binance ya lanza pagos QR sin fondeo previo y mecanismos que integran directamente con bancos. LB Finanzas, por su parte, factura más de la mitad de sus ingresos en pagos B2B internacionales con stablecoins. “Es más rápido, más barato y el cliente no necesita entender de cripto”, sintetizó Camilo Cristia.
Todos coincidieron: la tecnología ya está, el desafío es ajustar las regulaciones y construir confianza. Y en eso, la CNV —por primera vez en años— no solo no estorba: acompaña.
Rosario también quiere su unicornio
Por su parte, los CEOs de BYMA, A3 y MAV se sentaron en el mismo panel para hablar del futuro financiero argentino. Y no se guardaron nada. Diego Fernández, CEO de A3, abrió el fuego con una frase que rompió el molde: “Venimos de un sistema casi soviético. Los precios no los ponía el mercado, los ponía el Estado”.
Habló de un cambio de época: de la intervención a la transparencia, del cortoplacismo a una visión de largo plazo. “Hoy empieza a ser una oportunidad soñar con mercados profundos, con empresas que elijan financiarse acá y no afuera”.
El Fintech Meetups no solo reunió a actores nacionales. También dejó claro que Rosario quiere subirse a la ola. La Bolsa de Comercio —que ya no vive solo de soja y trigo— busca potenciar su ecosistema innovador y el mundo fintech es uno de los sectores clave.
Javier Cervio, director ejecutivo de la Bolsa, lo resumió bien: “El funcionamiento de los mercados es clave para el desarrollo económico”, pero ahora no se refiere a commodities, sino a startups, venture capital y finanzas digitales.
El sueño es ambicioso: un mercado de innovación rosarino, una especie de Nasdaq con tonada santafesina. Con dos mercados autorizados (A3 y MAV) ya en juego, la apuesta es conectar a emprendedores con fondos y grandes jugadores del sistema.
Y si hay alguien que encarna esa fusión entre lo tradicional y lo nuevo, es Banco Coinag, que lleva más de 50 años en Rosario y hoy tiene un Comité de Innovación.
“No tratamos problemas como tickets, sino como historias que merecen ser escuchadas”, dijo su presidente, Hernán Sefusatti, marcando una diferencia en un sector donde la empatía no suele cotizar.
Conclusión: En una ciudad conocida por su agroindustria, la Bolsa donde se pactaron los primeros contratos de granos del país hoy quiere ser el centro de una nueva revolución: la financiera. El mensaje fue claro: la innovación ya no es una opción, es el nuevo activo estratégico. Y el ecosistema fintech rosarino quiere transformar a Rosario en la capital argentina de ese mundo en constante transformación.
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