“Buscaremos modificar el comportamiento de este equipo, lo que ocurrió (la derrota frente a Banfield) no representa a nadie, ni a mí, ni a los jugadores ni al hincha, independientemente del esquema buscamos jugar de otra manera... Fue decepcionante y muy frustrante. Igual que los jugadores que faltan para completar este plantel. No hemos podido resolver situaciones por cuestiones estrictamente económicas, es lo que tenemos y el entrenador tiene que administrar los recursos de otra manera para hacer un Newell’s competitivo. La plantilla es la que tenemos, con los componentes que pudimos incorporar, y espero que se mejore con los acuerdos que hemos hecho”.
De estas declaraciones no se vuelve, o en todo caso es difícil hacerlo. Sólo una racha de triunfos podría maquillar la brecha que ya separa a Mariano Soso de la dirigencia rojinegra. Dos derrotas consecutivas en el inicio del Apertura generaron un daño probablemente irreparable entre las partes.
Por supuesto que la versión oficial niega cualquier resquebrajamiento del vínculo. Es lo que corresponde hacer para que no se agrande la herida.
La autocrítica de Soso fue feroz, lo que también genera un impacto hacia adentro del plantel, pero lo cierto es que no habría que quitarle ni una coma a las declaraciones del director técnico.
De los "refuerzos", salvo Keylor Navas, el resto no mueve el amperímetro. A algunos hay que “googlearlos” para saber dónde jugaron.
¿Maroni no es un buen refuerzo? Gonzalo es un jugador muy talentoso que nunca pudo resolver la ecuación cuando le tocaron camisetas pesadas. Y la de Newell’s es una de ellas. Debería saberlo quién lo contrató.
Sólo una racha de triunfos podría maquillar la brecha que ya separa a Mariano Soso de la dirigencia rojinegra
Pero no es sólo un tema de nombres, el entrenador es responsable en el armado del equipo y en la conducción de los partidos durante su desarrollo.
El partido frente a Banfield fue un verdadero despropósito en el que un central arrancó como lateral volante, el volante central terminó como lateral, Banega como si fuera el cinco que debutó en Boca en 2007 y la línea de tres del fondo se quedó con uno solo. Después de eso, un volante ingresó para jugar de zaguero.
Es muy frecuente escuchar a los entrenadores en las transmisiones de fútbol que desde el borde de campo les piden a sus jugadores que jueguen más simple, más fácil.
Y eso es algo que debe revisar Soso. El mundo Newell’s, el cuerpo técnico, sus jugadores, deben comprender que necesitan ganar. No debe haber otro objetivo que ese, aunque no sea una cuestión matemática.
No es cuestión de proponérselo y hacerlo porque el rival también juega, pero sí implementar los medios para achicar el margen de error a la mínima expresión.
No es cuestión de jugar de otra manera, como plantea el entrenador. Newell’s debe ser práctico, directo, compensado, aunque al técnico no le guste.
Banega no puede patear un penal con displicencia, como si le sobrara. Más allá de los estilos, es difícil imaginarlo a Ever pegándole fuerte al medio, pero es la necesidad de estos tiempos: achicar el margen de error.
Para evitar males mayores, Newell’s debe ganarle mañana a Aldosivi, un rival ideal que viene de ser vapuleado por Defensa y Justicia en Mar del Plata. El nivel de tolerancia está lo suficientemente bajo como para no soportar ni siquiera un empate.
Debutará Keylor Navas, lo que seguramente representará un impacto anímico, adentro y afuera, que va a ayudar, pero Navas no contrata refuerzos, no patea penales, no marca, no desborda, no tira centros, no arma equipos extraños con dibujos más extraños todavía, ni hace cambios desconcertantes.