Los esfuerzos de los entes reguladores de los países centrales y el empeño de los ejecutivos financieros por mitigar los temores de contagio provocados por la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) no consiguen calmar a los mercados internacionales. Y hubo impacto local.

La solvencia de las compañías se puso en debate por el colapso bancario y en este caso, también compromete muchas empresas argentinas que tenían depósitos en el SVB. Todas son compañías tech, muchas chicas, startups, y hay al menos 15 de ellas que pertenecen a la red de emprendedores Endeavor, según se confirmó hoy. El número total es bastante más grande y más difícil de estimar.

“Muchos tenían ahí fondos que les costó mucho levantar y conseguir. Hoy desde Endeavor los estamos ayudando. Por suerte, muchos ya los recuperaron. Todo pasó en pocos días. Son unas 15 startups locales de nuestra red en esa situación. Son empresas en franco rendimiento. Algunos sacaron fondos el jueves y otros tenían menos de USD 250.000, el corte inicial para sacar dinero”, dijo María Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor.

“Los ayudamos a que puedan abrir otras cuentas en otros bancos aliados que tenemos en EEUU para que puedan seguir haciendo frente a sus compromisos. Están inmersos en los trámites de apertura de cuentas en bancos, son contactos con JP Morgan y el Chase, no bancos chicos”, aclaró.

Bearzi no dio nombres de las empresas involucradas, pero Infobae pudo saber que entre ellas están VU, una importante empresa de seguridad informática desde donde aseguran haber sacado todos los fondos depositados. “Fue un fin de semana de mierda para muchas empresas”, reconocieron.

Desde Endeavor destacaron que, en todos los casos, no hay afectación para los clientes de las empresas, que se trata de fondos que las startups usan para hacer frente a algunos de sus compromisos.

“El jueves pasado cumplía años y a las 16 me llegó un mensaje hablando de la posibilidad de riesgo del SVB, no les di bola. Pero luego me llamaron los fondos que invirtieron en la empresa y ahí todo cambió”, le contó a este medio Martín Perri, CEO de Nulinga, una plataforma de enseñanza de idiomas en empresas, con clientes como Mercado Libre, dLocal, Kavak, AB Inbev y otros. “Sacamos la plata rápido porque imaginamos que podría haber una corrida y por suerte el viernes se ejecutaron las transferencias, antes que el regulador tomara el control del banco”, detalló.

Tomás O’Farrell, del marketplace de freelancer Workana, publicó en Linkedin que la empresa tenía en el banco el 25% de sus fondos, que finalmente pudieron sacar. Algo similar ocurrió con Moova, un proyecto de logística digital, según Tony Migliore, su CEO: “Nos movimos rápido y sacamos los fondos de la cuenta”. Algo similar ocurrió con el marketplace de servicios agropecuarios La Rotonda, del emprendedor Leonardo Valente.

Los nombres aparecen en cuentagotas y muchos emprendedores no quieren figurar en la prensa por más que hayan salvado sus fondos, pero los “chats del sector están prendidos fuego, ahora un poco más calmados, es verdad”, reconoce un integrante del ecosistema emprendedor.

Otro de los sectores involucrados es el de venture capital, o fondos que invierten en distintas etapas del crecimiento de las compañías.

Según un extenso relevamiento de administradores de fondos de inversión realizado por la herramienta Diligence Express de Castle Hall, al que accedió Infobae, hay decenas de ese tipo de compañías que habrían estado expuestas a la caída del banco. Allí, el fondo Kaszek –de los argentinos Hernán Kazah y Nicolás Szekasy, y uno de los más grandes en su tipo de la región– figura con 8 cuentas por unos USD 4.800 millones en SVB a mediados del año pasado. Este medio corroboró con documentos de la SEC, la comisión de valores de EEUU, la existencia de los mismos.

A pesar de las versiones que circulan en el mercado, desde Kaszek aseguraron que “no teníamos nada de nada en SVB al momento del shut down”. También aseguraron que la cifra que figura en el relevamiento no es correcta.

Desde la aceleradora y fondo local NXTP aseguraron que de las 200 inversiones que tienen en la región, la mitad había abierto sus cuentas en el banco californiano. “Quedamos expuestos y también muchos de los fundadores de las empresas. Les avisamos a todos y muy rápido nos dispusimos a cuidar el capital de todos. Por ser argentinos tenemos experiencia en hacer todo esto rápido. Muchos giraron fondos rápido el jueves pasado y el fin de semana fue intenso. Muchas de nuestras empresas, el 20%, quedaron con capital «adentro», por suerte el gobierno de EEUU salió luego a bancar todos los depósitos“, afirmó Ariel Arrieta, CEO de NXTP, que prefiere no mencionar los nombres de esas compañías.

¿Qué es el Silicon Valley Bank?

 

En una semana en la que las acciones bancarias mundiales se hundieron -el índice de bancos regionales del S&P 500 ha caído un 18%-, el ambiente sigue siendo frágil.

El gobierno de EEUU intervino para garantizar los depósitos de los clientes, pero la caída del SVB sigue golpeando en los mercados financieros a nivel mundial. El gobierno también cerró el Signature Bank, un banco regional que estaba al borde del colapso, y ha garantizado sus depósitos.

Fundado en 1983, el Silicon Valley Bank era, justo antes de su colapso, el 16º banco comercial de Estados Unidos. Prestaba servicios bancarios a casi la mitad de las empresas estadounidenses de tecnología y ciencias de la vida respaldadas por capital riesgo. También está presente en Alemania, Canadá, China, Dinamarca, Irlanda, Israel, Reino Unido y Suecia.

El SVB se benefició enormemente del crecimiento explosivo del sector tecnológico en los últimos años, impulsado por unos costos de endeudamiento ultrabajos y un auge de la demanda de servicios digitales impulsado por la pandemia de covid-19.

Los activos del banco, que incluyen préstamos, se triplicaron con creces, pasando de USD 71.000 millones a finales de 2019 a un máximo de USD 220.000 millones a finales de marzo de 2022, según los estados financieros. Los depósitos se dispararon de USD 62.000 millones a USD 198.000 millones durante ese período, a medida que miles de empresas tecnológicas emergentes depositaron su efectivo en el prestamista. Su plantilla mundial se duplicó con creces.