La delicada situación en Terminal Puerto de Rosario (TPR), concesionaria de la terminales I y II, hizo eclosión esta semana. Primero, por la falta de inversiones en mantenimiento de la infraestructura se volvió a producir un hundimiento en uno de sus dos muelles operativos, que no produjo víctimas pero sí daños materiales, y ahora la empresa –propiedad de la chilena Ultramar y la santafesina Vicentin- suspendió a todos sus trabajadores, que son unas mil personas entre sindicalizados y fuera de convenio, argumentando dificultades financieras para hacer frente al pago de salarios y aumentos paritarios.

Con respecto al hundimiento, la situación operativa de TPR es tan delicada que no deja de ser un nuevo pozo (similar a los “corralitos” de Aguas Provinciales adonde quedan atrapados autos) ya que en la actualidad casi el 50% del frente de muelle no se puede utilizar a riesgo de que se hunda.

La bajante, que quitó la presión del agua, sobre los viejos muelles franceses puso al descubierto décadas de falta de inversión en mantenimiento por parte de TPR con el visto bueno de la anterior gestión del Enapro durante los años de gobierno provincial del socialismo. En concreto, este nuevo hundimiento, que se puede ver en la foto y en el video, ocurrió el martes pasado.

Se hundió otra parte del muelle de Rosario

Pero la situación se complicó ahora en el frente gremial. El miércoles, TPR tomó la decisión de cerrar el puerto suspendiendo a sus mil trabajadores (600 sindicalizados y 400 fuera de convenio) argumentando razones disciplinarias. Ya lo había hecho hace 10 días, pero luego dio marcha atrás ante el dictado de conciliación obligatoria por parte del Ministerio de Trabajo de la Provincia. Esta vez, la misma empresa pidió la conciliación, que se volvió a dictar, por lo que este mediodía volverá a estar activo el puerto. Este conflicto ocurre en medio de la discusión paritaria con el gremio de estibadores (Supa Rosario).

“TPR sostiene que para que le rinda económicamente la actividad necesita que el gremio le convalide una suerte de flexibilización laboral que les rebaje las cargas que nosotros no vamos a aceptar. Y ante nuestra negativa, amenaza con despedir a más del 50% del personal”, resaltó César Aybar, secretario general del Supa Rosario.

“Pero en realidad lo que está ocurriendo es otra cosa. TPR quiere el conflicto social para que la provincia lo deje de presionar para que concrete las inversiones que por pliego debería concretar y no está haciendo y por eso ocurre lo que está ocurriendo con la infraestructura de los muelles”, advirtió el sindicalista.

“TPR está haciendo todo los posible para que el gremio salga a la calle para acusarnos de paralizar el puerto y así poder negociar con la provincia menores inversiones. Pero nosotros vamos a defender los derechos de los trabajadores sin pisar el palito y dejando expuesto que el problema es que TPR no invierte. Está haciendo la gran Vicentin”, fustigó.

“Están haciendo un lock out patronal buscando que el gremio prenda fuego el puerto. Pero no vamos a caer. Ellos sostienen que sólo con una flexibilización laboral o un 50% menos de trabajadores les rinde el negocio. Pero de eso antes no se quejaban. Claramente están buscando que el Enapro y la Provincia le aflojen la presión por invertir, cosa que por contrato están obligados pero no lo hacen”, recalcó Aybar.

Desde que asumió el gobierno de Omar Perotti, las nuevas autoridades del Enapro empezaron a presionar a TPR por la falta de inversiones generándose así alta tensión ya que en el gobierno anterior el ritmo de la relación lo ponía la empresa concesionaria. Es más, el Enapro contrató a una consultora especializada que por primera vez en la historia analizó el estado de los muelles y determinó planes de obras de mínima y máxima necesarias a encarar para evitar los derrumbes. TPR siempre buscó que le extienda, al menos por 30 años la concesión, a cambio de refaccionar los muelles.