La suma de las restricciones cambiarias para la compra de dólares y un contexto de tasas de interés más bajas en pesos está empujando a los productores agropecuarios a largarse a invertir en maquinaria y a capitalizar sus empresas. Es más, las intenciones de inversión de los productores son las más altas en dos años y la principal fuente de financiamiento son los créditos bancarios y las tarjetas rurales, cuando el año pasado lo eran las operaciones de canje y el fondeo propio. Así se desprende del relevamiento de septiembre del índice de confianza de los productores elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.

Al indagar sobre la situación financiera actual comparada con un año atrás y la oportunidad para realizar inversiones en activos fijos, el índice mejoró 42% superior a la medición previa, e incluso fue un 15% superior al de un año atrás.

“Un driver importante de este cambio está vinculado con la mejora en la proporción de productores que consideran que hoy es un buen momento para realizar inversiones donde el índice de 91 es el mayor desde que se computa este Índice ( octubre 2018)”, señala el informe de la Universidad Austral.

“La combinación de una brecha cambiaria elevada, el poco atractivo de las colocaciones en pesos, sumada a la recuperación de la rentabilidad (aumento de los precios) y las bajas tasas de interés en términos reales, hace que muchos productores empiecen a considerar con buenos ojos la posibilidad de capitalizarse haciendo inversiones en activo fijo”, agrega.

Con respecto a las expectativas futuras, que incluye percepciones acerca del futuro de la explotación agropecuaria y del sector agropecuario en general, mejoró un 44 % respecto de la última medición, aunque queda un 18% por debajo de la medición de hace un año.

“El pesimismo con relación al futuro se fundamenta en las dudas acerca de la evolución en el mediano plazo del sector, y la desconfianza que genera la actuación del gobierno para con el sector”, precisa el relevamiento. 

En tanto, el índice muestra además una leve recuperación de la confianza de los productores, que si bien sigue en niveles bajos, manifiesta una mejora desde la medición de junio. Actualmente son similares a los de un año atrás, que reflejaban una abrupta caída como consecuencia de las PASO.

Unos dos tercios de los productores aún cuenta con parte de la cosecha gruesa 19/20 por vender. Cubrir alquileres y gastos es el principal motivo de la reserva, mientras menos del 10% retiene esperando precios más altos.

La complejidad de la situación climática también genera preocupación: la mitad de los productores ve fuertes condiciones de stress hídrico en su zona, siendo Córdoba y el norte del país las zonas más afectadas.