Las hepatitis víricas B y C afectan a 325 millones de personas en todo el mundo y causan 1,4 millones de muertes al año. Son la segunda enfermedad infecciosa con mayor mortalidad después de la tuberculosis, y hay 9 veces más personas infectadas por los virus de la hepatitis B y C (VHB y VHC) que por el VIH. Las hepatitis víricas se pueden prevenir, tratar y, en el caso de la hepatitis C, curar. Sin embargo, más del 80% de las personas con hepatitis carecen de servicios de prevención, detección y tratamiento.

Durante la campaña del Día Mundial contra la Hepatitis 2019, la OMS insta a todos los países y asociados a promover el tema "Invertir en la eliminación de las hepatitis".

Rosario3.com fue en busca de la opinión de un especialista, el doctor Fernando Bessone, médico hepatólogo, Profesor Titular de la Cátedra de Gastroenterología de la UNR.: “celebro el día de la hepatitis reflexionando sobre el tiempo que me ha tocado llevar adelante mi especialidad; comencé en una época donde contábamos con muy pocos elementos, sabíamos mucho menos que ahora y ofrecíamos menos soluciones; Sabíamos muy poco de la Hepatitis C; la tratábamos con un solo fármaco y se curaba sólo el 15% de los infectados. Después de estos años transcurridos, hoy contamos con una pastilla que usamos durante 8 semanas para curar el 100 % de los enfermos no cirróticos. Es impactante. He tenido la fortuna de transitar los dos escenarios por eso podemos decir que hemos avanzado muchísimo, afirma Bessone.

Sin embargo, el facultativo reflexiona sobre lo que resta por hacer: “Somos conscientes que tenemos muchas cosas por hacer; primero, el pico de la pandemia de la hepatitis C todavía no llegó; se lo espera para el 2030 lo que nos avisa que van a seguir ocurriendo cirrosis hepáticas en muchos millones de personas”.

¿No se ha descubierto una vacuna?

Todavía no la tenemos; el virus C es escurridizo porque muta y tiene muchos genotipos, además, hay cosas que se tienen que mejorar, pero el poder curar una enfermedad incluso en su fase cirrótica, casi en un 100 % de los casos es un avance increíble.

¿Hoy hay gente que es portadora del virus de la hepatitis C y no lo sabe?

Ésta es, a mi juicio, la parte dramática de la situación, porque a veces la cirrosis hepática avisa cuando el vientre se hincha con líquido; o cuando hay una hemorragia digestiva; lo que deviene en la necesidad de un trasplante hepático.

Pero muchas veces, los pacientes debutan con un tumor hepático ya que la cirrosis hepática tiene una alta incidencia de hepatocarcinoma que es el cáncer primario de hígado. Muchas veces nos llegan pacientes con un tumor de 10 centímetros que no nos deja posibilidades y nunca tuvo un síntoma en 40 años. Ésta es la parte dramática de la situación que vivimos hoy.

¿Quiénes son esa personas portadoras del virus C?

Puede estar ocurriendo con personas que fueron transfundidas con anterioridad al año 1993, época en la cual no había kits en los bancos de sangre, pueden esas personas estar corriendo esa suerte. Pueden ser personas  que recibieron sangre antes de 1993; o quienes hicieron procedimientos odontológicos, ya que en esa época no existía una adecuada esterilización; tratamientos con pedicuros; alguien que compartió jeringas; personas que maniobraron con objetos punzantes y cortantes; todas esa personas están en riesgo de ser portadores de una hepatitis C. Es menester aclarar que el virus de la hepatitis C se descubrió en el año 1989.

¿Qué es lo aconsejable?

Chequearse; sobre todo las personas que tienen los factores de riesgo que acabo de mencionar.

Se trata de una determinación muy sencilla; además, un análisis que da positivo no nos dice que haya enfermedad, ya que hay un 20% de anticuerpos no la desarrolla.

Otro hecho a poner en lugar destacado es el mal hábito de no usar profilácticos. Esto es fundamental para la transmisión de la hepatitis B. El gran avance en el tratamiento del sida hizo que se relajaran los controles. En nuestros servicios empezamos a ver muchos virus B en pacientes jóvenes. Esta forma de hepatitis es cien veces más contagiosa que el HIV.  El poder del contagio de este virus es muy alto.

También debemos tener en cuenta que este comentario va de la mano con la vacuna de la hepatitis B que por una decisión que juzgamos acertada, desde hace años está en el Calendario Nacional de Vacunas. En el Hospital del Centenario, al mismo tiempo que chequeamos el virus C, mandamos al examen del virus B.Lo ideal que los todos los adultos estemos vacunados contra la hepatitis B.

Como síntesis diría que un pinchacito inocuo puede salvar muchas vidas.

Dr.  Fernando Bessone, médico hepatólogo, matrícula 7243