Una investigación que se da en centros de salud de varias provincias, impulsada desde el Hospital Eva Perón ubicado en la ciudad de Granadero Baigorria, reveló que una de cada dos mujeres aparentemente sanas presenta señales incipientes de daño vascular que no fueron detectadas por los métodos tradicionales.
El estudio, que comenzó en la Unidad de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular, logró identificar lesiones arteriales tempranas en mujeres jóvenes quienes no contaban con factores de riesgo visibles. Fue a través de la tecnología de Velocidad de Onda de Pulso (VOP), un estudio no invasivo que permite detectar alteraciones funcionales en las arterias antes de que se vuelvan visibles por imágenes.
El equipo médico dio cuenta con esa tecnología que la mitad de las pacientes evaluadas presentaban signos de rigidez arterial no detectados por métodos clínicos habituales.
“En una primera etapa del estudio nos encontramos con mujeres jóvenes, entre 18 y 29 años, que no eran hipertensas, no tenían colesterol alto ni diabetes, y, sin embargo, tenían enfermedad arterial sub clínica”, explicó Albertina Ghelfi, médica clínica especializada en hipertensión, integrante del equipo interdisciplinario del Hospital Eva Perón y coordinadora del grupo nacional de Hipertensión Arterial en la Mujer de la Sociedad Argentina de Hipertensión.
“La primera causa de muerte en mujeres es la enfermedad cardiovascular. En Argentina, eso equivale a una mujer muriendo cada 10 minutos. Sin embargo, solo en tres de cada 10 se sabe que esa es su principal causa de muerte”, advirtió Ghelfi.
Algunos resultados alarmantes y un estudio que se regionalizó
El trabajo comenzó con pacientes del propio hospital, especialmente mujeres que habían atravesado preeclampsia o presentaban enfermedades autoinmunes, en articulación con otros servicios como el de ginecología y reumatología.
“Logramos detectar que ocho de cada 10 mujeres que habían tenido preeclampsia ya presentaban signos de daño vascular, y una de cada tres pacientes con enfermedades reumáticas también”, señaló Ghelfi.
Con esos resultados, el equipo ganó en 2023 el premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, y también fue reconocido por la International Society of Hypertension.
A partir de estos hallazgos iniciales, el estudio se amplió a nivel nacional como investigación multicéntrica, incluyendo datos de hospitales públicos de Mendoza, Córdoba y Rosario, y se alcanzó una muestra de casi 300 mujeres de entre 18 y 59 años.
La investigación confirmó que una de cada dos mujeres consideradas de bajo riesgo cardiovascular según los criterios tradicionales presentaba ya enfermedad arterial incipiente. “Estos son cuadros tratables, que si se detectan a tiempo permiten hacer prevención primaria y reducir el riesgo de un evento grave como un infarto o un ACV”, subrayó la especialista.
Los datos fueron publicados en 2024 en la revista científica American Journal of Preventive Cardiology, con apoyo de la Universidad Abierta Interamericana.
El estudio se enmarca en un enfoque de medicina con perspectiva de género, que busca suplir una deuda histórica de las ciencias médicas, ya que subestimó el riesgo cardiovascular en las mujeres. La médica alertó sobre una baja cobertura en los controles cardiovasculares a mujeres: “A nivel mundial, solo entre el 30 y el 40% de los chequeos clínicos incluye examen cardiovascular”. En esta línea, el abordaje del equipo santafesino propone un cambio de paradigma: incorporar los llamados factores de riesgo género-específicos (como la preeclampsia, los antecedentes gineco-obstétricos, tener una enfermedad auntoinmune o el haber atravesado un cáncer), en la evaluación de riesgo cardiovascular en mujeres. “Hay que hacer otras preguntas, buscar otros indicadores. No todas las herramientas sirven igual para todos los cuerpos. Incorporar este enfoque permite detectar enfermedades antes de que sean visibles, cuando todavía es posible prevenirlas”, concluyó.Un cambio de paradigma en la medicina cardiovascular