Ante la pregunta en cuestión, expertos europeos señalaron que, de forma excepcional, el chicle sí puede contribuir a limpiar los dientes. Sin embargo, debe tratarse de un chicle libre de azúcar y con xilitol para aumentar el pH bucal y dificultar la acción agresiva de las bacterias.

Desde el Consejo General de Dentistas de España, instan a evitar el chicle con azúcar ya que éste es metabolizado por las bacterias orales y transformado en ácidos que provocan erosión y caries. En cambio, "los chicles sin azúcar contienen sustitutos del azúcar común y no tienen ese problema".

Los beneficios

Masticar chicle sin azúcar estimula la salivación, que a su vez incrementa su PH, de forma que es menos ácida y permite remineralizar los dientes con más facilidad. Por este motivo, en quienes se necesita incrementar la producción de saliva (por ejemplo, quienes padecen xerostomía), se recomienda masticar chicles sin azúcar y con xilitol.

De todos modos, resaltan que masticar chicle no sustituye al cepillado dental: “El chicle nunca sustituye el cepillado dental, pero cuando no pueda realizarse después de comer, excepcionalmente, se puede mascar chicle sin azúcar y con xilitol”.

Sin pasarse

Por otra parte, recomiendan que esto no se torne un hábito o costumbre. Los expertos advierten que mascar chicle en exceso pude causar un desgaste dentario y sobrecarga en la articulación temporomandibular, que conecta la mandíbula con el cráneo.

Por este motivo, está especialmente contraindicado en aquellos pacientes que tienen problemas en esa articulación, bruxismo o en los que llevan ortodoncia con brackets.

A su vez, se comprobó que un consumo de xilitol superior a 40 gramos al día genera molestias digestivas: “Por ello, no es recomendable masticar chicle más de 20 o 30 minutos al día”.

El sabor

En cuanto al sabor, nada interfiere en la eficacia del chicle con xilitol. Tampoco importa si son en grageas o son blandos, porque a los minutos de masticación se transforman en lo mismo.

Fuente: EFE.