“Hoy fuimos un equipo agresivo e inteligente. Las sensaciones son positivas, el camino debe ser este. Hay que jugar con la intensidad que se jugó hoy (el martes pasado, frente a Vélez). Fue un buen partido, por el rival y porque debíamos volver a sentirnos de este modo. Veníamos de un partido difícil. Nos propusimos cambiar la imagen y este era un partido ideal. La idea era marcar a los internos de Vélez y salió. El camino debe ser este y tenemos que seguir jugando con la intensidad de hoy”, repitió, como si fuera un versículo de la Biblia, Matías Lequi tras la resonante, y de alguna manera sorprendente, victoria de Central sobre Vélez.

El técnico, en su alocución, utilizó varias veces la palabra intensidad, un aspecto del juego que Central había ido perdiendo con el correr de los partidos, pero no sólo eso.

Recuperó seguridad defensiva, porque Vélez no atacó con menos gente porque se quedó con uno menos, al contrario.

Curiosamente, con uno de sus mejores jugadores afuera de la cancha, Jaminton Campaz, Central jugó su mejor partido del campeonato.

El desafío debe ser mantener el nivel del martes pasado cuando le toque enfrentar el lunes a Defensa y Justicia, uno de los equipos de peor rendimiento del campeonato.

Después le llegarán unos cuantos días de reacondicionamiento por el parate de eliminatorias y pegaditos una serie de partidos como para aprovechar el envión y reinsertarse en la pelea por un lugar en una copa continental para 2025.

Primero Banfield en Arroyito, después instituto en Córdoba, luego Barracas adentro e Independiente Rivadavia en Mendoza.

Pero más allá de los nombres y las realidades de los rivales, Central debe reencontrarse a sí mismo. Y el punto de partida debe ser el encuentro ante el mejor equipo del campeonato, al que le cortó una racha de una docena de partidos sin derrotas.

El desafío debe ser mantener el nivel del martes pasado cuando le toque enfrentar el lunes a Defensa y Justicia, uno de los equipos de peor rendimiento del campeonato

Intensidad parece ser la palabra mágica para recuperar la competitividad que Central había perdido en los últimos partidos. Sí, es cierto, cualquiera tiene el derecho a suponer que la reunión entre dirigentes y jugadores disparó una inyección de adrenalina que llevó al plantel a mostrarse persistente como en otros tiempos.

Por lo qué sea, Central recuperó capacidad para competir. Eso sí, lo logró en un partido y deberá refrendarlo en los que vienen. Si no es así, el triunfo frente a Vélez no habrá servido de nada.

La receta se encuentra en Internet.

Intensidad: hablar de intensidad en el fútbol hace referencia a la descripción del nivel con el que se realiza una serie de acciones concretas tanto físicas, como psicológicas y emocionales. Para alcanzar un objetivo previamente determinado en el fútbol suele utilizarse como la capacidad más importante del futbolista.

¿Habrá sido la mano del entrenador?, ¿los cambios?, ¿jugar con uno más?, ¿los regresos de titulares?, ¿la reunión con los dirigentes?

Por lo que sea, el martes pasado Central se encontró a sí mismo. Ahora el desafío es mantener la postura para acercarse a la clasificación a una copa internacional. Tiene muchos puntos por descontar.