En el mapa empresarial argentino, son pocas las compañías que logran celebrar su 60° aniversario manteniéndose no solo relevantes, sino en un claro proceso de expansión. Menos aún son las que lo consiguen operando desde el interior del país, consolidando un modelo que redefine las reglas de juego. La historia del Grupo Televisión Litoral y su señal insignia, El Tres, es un caso de estudio sobre cómo una visión de largo plazo, una profunda conexión con el territorio y una audaz estrategia de crecimiento pueden transformar a un pionero local en un jugador de escala nacional. Al cumplir seis décadas desde su primera transmisión, la trayectoria del canal rosarino ofrece valiosas lecciones sobre evolución empresarial, resiliencia y la construcción de su activo más importante: la confianza de su comunidad.
La historia comenzó en la Rosario pujante de los años 60. La idea de un canal de televisión propio para la ciudad era, en ese entonces, una apuesta tan arriesgada como visionaria. Fue un 20 de junio de 1965, en un gesto cargado de identidad local, cuando Canal 3 emitió sus primeras imágenes. Aquel hito, impulsado por la sociedad Televisión Litoral S.A., fundada por Alberto Gollán con la pericia técnica del ingeniero Ernesto Juan Daumas, no fue simplemente el nacimiento de un medio, sino la colocación de la piedra fundamental de una institución rosarina. Los primeros años fueron de un crecimiento acelerado. La demanda de contenidos locales superó todas las expectativas, forzando una rápida mudanza desde los estudios iniciales a la sala Mateo Booz en 1966 y, finalmente, la inauguración en 1973 de la imponente planta transmisora de Avenida Perón 8101, un complejo que consolidaba la apuesta por el futuro.

Desde ese centro de operaciones, El Tres se convirtió en el cronista por excelencia de la región. Su ambición fue clara desde el principio. Se puso al hombro la transmisión del Mundial de Fútbol de 1978 desde Rosario, un evento que lo catapultó al escenario nacional. Posteriormente, con una notable intuición para los negocios y la comunicación, impulsó festivales de publicidad de talla internacional como el FIAP, posicionando a Rosario como un polo creativo, mucho antes de que el concepto de "economía creativa" se popularizara. La empresa no esperaba los avances, salía a buscarlos. La transición a la televisión a color en 1980 fue un ejemplo de ello, un salto cualitativo que la mantenía en la vanguardia técnica del país.

Durante décadas, el canal construyó un sólido vínculo con su audiencia. Programas como el noticiero “De 12 a 14”, en el aire ininterrumpidamente desde 1966, se convirtieron en parte del ritual diario de miles de hogares, con periodistas que eran y son la cara visible de la ciudad. Esta visión de futuro, presente desde sus inicios, llevó a Televisión Litoral a evolucionar orgánicamente hasta consolidarse como un potente grupo multimedia.
La empresa siempre entendió que el futuro de los medios no estaba en una sola pantalla, sino en un ecosistema integrado. Así, potenció sus emisoras, como la histórica Radio 2 y la popular FM Vida, y apostó con fuerza al universo digital, con Rosario3.com como punta de lanza, una de las plataformas digitales más influyentes del interior del país, con más de 3,5 millones de usuarios únicos al mes.

Paralelamente a ésto, la compañía emprendió de la mano de Gustavo Scaglione, un nuevo y audaz capítulo para su futuro: la expansión nacional. Una decisión estratégica que lo llevó a replicar su exitoso modelo de gestión en otras plazas clave del interior. La adquisición y desarrollo de señales como El Seis en Bariloche, El Ocho en Tucumán, El Nueve en Bahía Blanca y El Once en Salta, conformaron una red federal única en su tipo. No se trata de una red de repetidoras, sino de un conglomerado de medios que potencian la producción y la identidad local en cada una de sus regiones, generando un contrapeso real al habitual centralismo mediático.
Un pilar de la comunidad y un socio estratégico para el crecimiento
Más allá de los hitos empresariales, para comprender la verdadera dimensión de Televisión Litoral hay que analizar lo que representa. No es simplemente una empresa de medios; es una institución fundamental en el tejido social, político y económico de Rosario y la región. Durante sesenta años, ha sido el principal escenario donde se dirimen los grandes debates de la ciudad, la principal vidriera para sus talentos y el megáfono que amplifica las necesidades y los anhelos de su gente. Ser la voz de la región no es un eslogan publicitario; es una responsabilidad que el grupo ha ejercido con una constancia que le ha ganado un nivel de influencia y prestigio inigualables.

La trayectoria del grupo está indisolublemente ligada a la de las empresas e instituciones que han forjado el carácter de la región. Las historias de innovación de las pymes locales, los grandes proyectos de infraestructura, los debates del Concejo que definen el futuro urbano y los hitos de las universidades y centros de investigación, encuentran en sus plataformas una caja de resonancia natural y fundamental. Es allí donde las ideas toman escala pública y los proyectos buscan legitimarse ante la comunidad. Por su profundo arraigo, el grupo se ha convertido en un interlocutor por excelencia, un puente que conecta a los distintos actores del ecosistema productivo y social.
El impacto del grupo trasciende lo comunicacional para convertirse en un catalizador del desarrollo económico. Es uno de los principales empleadores de la industria creativa local, invirtiendo en la formación y retención de talento rosarino. Al mismo tiempo, su expansión nacional ha llevado el "sello rosarino" a todo el país, demostrando la capacidad de gestión y la visión de los empresarios locales. Cada vez que una de sus señales en Salta o Bariloche produce contenido de calidad, está reafirmando el valor del modelo gestado en Rosario. A sus 60 años, Televisión Litoral no solo celebra su historia; reafirma su presente como una institución vital y proyecta su futuro como un aliado clave para el crecimiento de toda una comunidad que lo reconoce como propio.
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